¿Y Nosotros? ¿A qué llamamos literatura?
De Carlos Alexander Espinoza Huañahui
Hawansuyo se complace en reproducir una sugerente reflexion de una nueva generacion de intelectuales organicos andinos hablando del ande desde un sujeto colectivo en donde lo abordado no es el "otro" sino parte constitutiva del sujeto. Notese tambien que al concepto de literarura se le incluyen las producciones orales en vivo o reproducidas electronicamente. Motivo para una nueva reflexion critica. Saludamos la convocatoria al ENCUENTRO DE LITERATURA: REGIONES DEL SUR el 18 y 19 de Noviembre. La convocatoria y el articulo original se pueden ver en el Circulo de estudios andinos.
Llamamos literatura a toda producción verbal que provoque algún tipo de goce en el receptor. En tal sentido, son manifestaciones literarias todos los cantos y cuentos que producen nuestros pueblos de forma oral (a veces acompañadas de instrumentos musicales) y en cualquiera de las lenguas que se hablan en nuestra región (el quechua, el aymara, las lenguas amazónicas y el castellano). También es literatura, claro está, la creación verbal que se trasmite a través de la escritura en las distintas lenguas mencionadas. Distinguimos estas literaturas llamando literatura oral a los cantos y cuentos producidos de manera oral ya sea en vivo o mediante algún soporte electrónico (CD, DVD, Internet), y llamamos literatura escrita a la que tiene como soporte el papel o la pantalla de algún aparato electrónico. Es literatura entonces, los relatos contados por nuestros mayores y que nosotros contaremos a nuestros menores, las huylías de Ayacucho y de Apurímac, las novelas de José María Arguedas y su poemario en quechua Katatay, los cuentos de Oscar Colchado, de Julio Ramón Ribeyro, etc.
Sin embargo, debemos esclarecer los problemas que pueden señalarse al uso del término ‘literatura oral’ y distinguir su valides entre nuestras academias y el de la academia europea y norteamericana. Esto debido a que de acuerdo a la racionalidad europea y norteamericana, resultaría una contradicción y hasta una monstruosidad el empleo de dicho término. A continuación parafrasearé los argumentos que rechazan el empleo del término ‘literatura oral’. Algunos de estos argumentos se encuentran en el libro Oralidad y escritura de Walter Ong.
Los orígenes griegos y latinos del término ‘literatura’ la asocian directamente a la escritura. Litera significaba letra y litteratura, litterarius era la instrucción de un saber relacionado con el arte de escribir y leer. Esta concepción de literatura se manejo hasta el siglo XVIII. Luego vino su asociación al arte verbal escrito que hasta entonces era designado con la palabra Poesía. Posteriormente, con el inicio de los estudios folklóricos en la segunda mitad del siglo XIX surge un interés hacia el arte verbal oral por parte de los académicos de entonces quienes veían este arte como algo primitivo y exótico. En la segunda mitad del siglo XX comienza el uso del término ‘literatura oral’ por parte de los intelectuales que querían referirse específicamente al arte verbal oral que hasta entonces era abarcado por la noción de Folklore. Es aquí donde Walter Ong protesta por el empleo del término ‘literatura oral’, aduciendo no solo la contradicción entre los términos ‘literatura’ y ‘oral’; sino también de que se trataría de un intento de abordar el estudio del arte verbal oral con un aparato fundado en lo letrado, resultando ser una mirada insuficiente y errónea por intelectuales incapaces de pensar de otro modo. Para Walter Ong hablar de literatura oral sería relegar el arte verbal oral a una variedad o genero de la literatura escrita.
En cuanto al término ‘literatura’ es cierto que etimológicamente ésta entra en contradicción al lado del término ‘oral’; sin embargo, creo que el significado de esta palabra ha evolucionado en nuestra región a diferencia de las regiones de habla inglesa. El Diccionario de la Real Academia Española tiene como primera definición para la palabra literatura: “Arte que emplea como medio de expresión una lengua”. Mientras que para el diccionario de inglés americano Webster’s New World Dictionary la palabra literatura significa en primer término: “All writing in prose or verse of an imaginative character” (todo escrito en prosa o en verso con carácter imaginativo). Entonces, no es una contradicción hablar de literatura oral en nuestra región. Hemos tomado el término ‘literatura’ y hemos ampliado su significado en nuestra región. Así como alguna vez se uso el término ‘indio’ para referirse a los indígenas americanos, a pesar de que se sabía que ésta no era la India y se siguió usando el termino hasta darnos cuenta del sentido peyorativo que acompañaba a esta palabra; hoy empleamos el término literatura oral con la conciencia de que su uso permite una relación más justa y horizontal entre la cultura letrada y la cultura ora. Rechazamos el término ‘indio’ porque no nos convenía y aceptamos el término literatura oral porque existe y porque nos conviene.
Por otro lado, la idea de literatura oral como la incapacidad de acercase al arte verbal oral sin dejar de verla como un subgénero de la literatura escrita puede ser válida dentro de las comunidades académicas europeas o norteamericanas y aún en las academias de nuestra región que solo son mero interlocutores de las academias mencionadas o en personas formadas fuertemente a través de la cultura letrada. De ellos podría decirse que sí ven a la literatura oral como una variedad de la literatura escrita. Sin embargo, entre los intelectuales orgánicos que empezamos a formados en esta región, ese tipo de acercamiento y consideración de la literatura oral no existe. Nosotros, los nuevos intelectuales orgánicos, no solo nos hemos formado con la literatura oral sino que seguimos participamos de ella siendo receptores (e incluso productores) con total naturalidad. Al emplear el término literatura oral se nos hace imposible verla como una variedad de la literatura escrita y más bien a veces podemos llegamos a creer lo contrario, que la literatura escrita es una variedad de la literatura oral.
Por lo tanto, el empleo del término literatura oral es totalmente válido en nuestra región. Con esta extensión del significado de la palabra literatura, decimos entonces que Nuestra literatura está compuesta por una literatura oral y una literatura escrita; y es debido a la heterogeneidad de sus componentes y a las interacciones que pueden haber o no entre estos elementos que las posibilidades estéticas aumentan.
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Bibliografía
AGNES, Michael (ed.). Webster’s New World Dictionary. Pocket books, 2003.
ESPASA. Diccionario de la Real Academia Española. Vigésimo segunda edición. La República, 2005.
ESPINO RELUCÉ, Gonzalo. La literatura oral o la literatura de tradición oral. Lima: Pakarina Ediciones, 2010.
ONG, Walter. Oralidad y Escritura, Tecnologías de la palabra. Bogota: Fondo de Cultura Económica, 1996.
De Carlos Alexander Espinoza Huañahui
Hawansuyo se complace en reproducir una sugerente reflexion de una nueva generacion de intelectuales organicos andinos hablando del ande desde un sujeto colectivo en donde lo abordado no es el "otro" sino parte constitutiva del sujeto. Notese tambien que al concepto de literarura se le incluyen las producciones orales en vivo o reproducidas electronicamente. Motivo para una nueva reflexion critica. Saludamos la convocatoria al ENCUENTRO DE LITERATURA: REGIONES DEL SUR el 18 y 19 de Noviembre. La convocatoria y el articulo original se pueden ver en el Circulo de estudios andinos.
Llamamos literatura a toda producción verbal que provoque algún tipo de goce en el receptor. En tal sentido, son manifestaciones literarias todos los cantos y cuentos que producen nuestros pueblos de forma oral (a veces acompañadas de instrumentos musicales) y en cualquiera de las lenguas que se hablan en nuestra región (el quechua, el aymara, las lenguas amazónicas y el castellano). También es literatura, claro está, la creación verbal que se trasmite a través de la escritura en las distintas lenguas mencionadas. Distinguimos estas literaturas llamando literatura oral a los cantos y cuentos producidos de manera oral ya sea en vivo o mediante algún soporte electrónico (CD, DVD, Internet), y llamamos literatura escrita a la que tiene como soporte el papel o la pantalla de algún aparato electrónico. Es literatura entonces, los relatos contados por nuestros mayores y que nosotros contaremos a nuestros menores, las huylías de Ayacucho y de Apurímac, las novelas de José María Arguedas y su poemario en quechua Katatay, los cuentos de Oscar Colchado, de Julio Ramón Ribeyro, etc.
Sin embargo, debemos esclarecer los problemas que pueden señalarse al uso del término ‘literatura oral’ y distinguir su valides entre nuestras academias y el de la academia europea y norteamericana. Esto debido a que de acuerdo a la racionalidad europea y norteamericana, resultaría una contradicción y hasta una monstruosidad el empleo de dicho término. A continuación parafrasearé los argumentos que rechazan el empleo del término ‘literatura oral’. Algunos de estos argumentos se encuentran en el libro Oralidad y escritura de Walter Ong.
Los orígenes griegos y latinos del término ‘literatura’ la asocian directamente a la escritura. Litera significaba letra y litteratura, litterarius era la instrucción de un saber relacionado con el arte de escribir y leer. Esta concepción de literatura se manejo hasta el siglo XVIII. Luego vino su asociación al arte verbal escrito que hasta entonces era designado con la palabra Poesía. Posteriormente, con el inicio de los estudios folklóricos en la segunda mitad del siglo XIX surge un interés hacia el arte verbal oral por parte de los académicos de entonces quienes veían este arte como algo primitivo y exótico. En la segunda mitad del siglo XX comienza el uso del término ‘literatura oral’ por parte de los intelectuales que querían referirse específicamente al arte verbal oral que hasta entonces era abarcado por la noción de Folklore. Es aquí donde Walter Ong protesta por el empleo del término ‘literatura oral’, aduciendo no solo la contradicción entre los términos ‘literatura’ y ‘oral’; sino también de que se trataría de un intento de abordar el estudio del arte verbal oral con un aparato fundado en lo letrado, resultando ser una mirada insuficiente y errónea por intelectuales incapaces de pensar de otro modo. Para Walter Ong hablar de literatura oral sería relegar el arte verbal oral a una variedad o genero de la literatura escrita.
En cuanto al término ‘literatura’ es cierto que etimológicamente ésta entra en contradicción al lado del término ‘oral’; sin embargo, creo que el significado de esta palabra ha evolucionado en nuestra región a diferencia de las regiones de habla inglesa. El Diccionario de la Real Academia Española tiene como primera definición para la palabra literatura: “Arte que emplea como medio de expresión una lengua”. Mientras que para el diccionario de inglés americano Webster’s New World Dictionary la palabra literatura significa en primer término: “All writing in prose or verse of an imaginative character” (todo escrito en prosa o en verso con carácter imaginativo). Entonces, no es una contradicción hablar de literatura oral en nuestra región. Hemos tomado el término ‘literatura’ y hemos ampliado su significado en nuestra región. Así como alguna vez se uso el término ‘indio’ para referirse a los indígenas americanos, a pesar de que se sabía que ésta no era la India y se siguió usando el termino hasta darnos cuenta del sentido peyorativo que acompañaba a esta palabra; hoy empleamos el término literatura oral con la conciencia de que su uso permite una relación más justa y horizontal entre la cultura letrada y la cultura ora. Rechazamos el término ‘indio’ porque no nos convenía y aceptamos el término literatura oral porque existe y porque nos conviene.
Por otro lado, la idea de literatura oral como la incapacidad de acercase al arte verbal oral sin dejar de verla como un subgénero de la literatura escrita puede ser válida dentro de las comunidades académicas europeas o norteamericanas y aún en las academias de nuestra región que solo son mero interlocutores de las academias mencionadas o en personas formadas fuertemente a través de la cultura letrada. De ellos podría decirse que sí ven a la literatura oral como una variedad de la literatura escrita. Sin embargo, entre los intelectuales orgánicos que empezamos a formados en esta región, ese tipo de acercamiento y consideración de la literatura oral no existe. Nosotros, los nuevos intelectuales orgánicos, no solo nos hemos formado con la literatura oral sino que seguimos participamos de ella siendo receptores (e incluso productores) con total naturalidad. Al emplear el término literatura oral se nos hace imposible verla como una variedad de la literatura escrita y más bien a veces podemos llegamos a creer lo contrario, que la literatura escrita es una variedad de la literatura oral.
Por lo tanto, el empleo del término literatura oral es totalmente válido en nuestra región. Con esta extensión del significado de la palabra literatura, decimos entonces que Nuestra literatura está compuesta por una literatura oral y una literatura escrita; y es debido a la heterogeneidad de sus componentes y a las interacciones que pueden haber o no entre estos elementos que las posibilidades estéticas aumentan.
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Bibliografía
AGNES, Michael (ed.). Webster’s New World Dictionary. Pocket books, 2003.
ESPASA. Diccionario de la Real Academia Española. Vigésimo segunda edición. La República, 2005.
ESPINO RELUCÉ, Gonzalo. La literatura oral o la literatura de tradición oral. Lima: Pakarina Ediciones, 2010.
ONG, Walter. Oralidad y Escritura, Tecnologías de la palabra. Bogota: Fondo de Cultura Económica, 1996.
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