Tomado de la Primera
Pocas palabras, suaves, despaciosas y seseadas como un buen serrano que es, de habla castiza y de habla quechua, pronuncia para presentar la melodía a interpretar…”una canción recogida y cantada por nuestro hermano José María Arguedas, cuyo espíritu está en cada uno de nosotros; para ustedes la Trilla de Arvejas en Pampas, Tayacaja, Huancavelica”.
El silencio que se extiende por el auditorio, se parece al silencio de las punas, en que apenas el ichu – ahora las cuerdas de la guitarra de Raúl García Zárate – cantan quejumbrosas y sensibles, despertando en el hombre los más intensos sentimientos.
O la leyenda trágica del amante que recorre desesperado las calles de Ayacucho, llevando en sus manos el corazón sangrante, arrancado del pecho de la infiel que acurrucó sus sueños con el hombre, que ahora ciego de locura y de burla, no termina de saciar su venganza.
La leyenda decíamos, nos transporta por callejas oscuras, zaguanes, casas soñolientas, patios arrinconados en el tiempo y nos lleva a sentir esa vía crucis, casi tropezando con nuestros mismos cuerpos al son desgarrador del huayno “Helme”, que recoge la historia pasional acaecida en Huamanga a fines del siglo XIX.
“Adiós pueblo de Ayacucho, ciertas malas voluntades hacen que yo me retire…”. No escucharemos más el tañer de tus 33 iglesias y capillas. Serán sonidos que nos acompañarán en el ostracismo, lejanos del pueblo que nos vio nacer y amar. El camino es ahora otro, desconocido y ajeno. Atrás un muro opaco e insensible niega, rechaza nuestro retorno.
Es la despedida de todos los pueblos, pueblos que nos vieron sufrir y nos santiguaron a nuestras espaldas como estigma y que se resume en este himno al adiós impostergable, definitivo. Apenas estas tres canciones reseñadas , sirvan para ratificar nuestra admiración y respeto por este gran artista y señor, que esta semana ofrecerá un concierto con motivo de haber cumplido 67 años de fructífera y continua vida artística como exponente de la guitarra ayacuchana y peruana.
Hermosa obligación
Nuestra tradición musical es riquísima, es increíble la vastedad y variedad de ella. Los pueblos del Perú cantan y bailan todos los días en sus fiestas costumbristas, religiosas, ancestrales, festejando alguna fecha del calendario agrícola ganadero del ciclo vital nativo, del santoral cristiano occidental, de la convivencia social.
Al respecto García Zárate nos dice: “Yo creo que esta riqueza es una de las fuentes principales para tomar conciencia de nuestro país. Conocerla, respetarla, amarla es una hermosa obligación, de igual manera conocer nuestro idioma quechua en su riqueza simbólica, en su inteligencia significativa, en su belleza metafórica”.
Y el maestro Raúl García Zárate lo hace así desde siempre, desde que tuvo conciencia de esta hermosa realidad – niño aún - escuchaba a sus mayores y a los campesinos que llegaban a Huamanga con sus guitarras, violines, arpas, charangos a tocar y cantar en las ferias, en Semana Santa, en los carnavales o cualquier otra celebración que los convocara.
En 1966, Raúl García Zárate graba su primer Larga Duración con el título de “Ayacucho” con portada de la procesión de Semana Santa . Esta primera grabación va ha convertirse en una importantísima referencia de inicio de una nueva etapa en la Música andina en el Perú. Este mismo año de 1966, el escritor José María Arguedas escribe en el diario El Comercio: García Zárate es un virtuoso en quien el virtuosismo no ha perturbado la pureza de la vivencia de la Música folclórica.
Ha perfeccionado su dominio instrumental para mejor interpretar la Música que él aprendió desde su infancia con la cual aprendió a amar, a ahondar el amor y el regocijo y a contagiarlo a los demás como artista cabal.
Lima que mira su ombligo
La Lima conservadora, prejuiciosa, frívola, sensual, casquivana, la que muchas veces prefiere mirar al extranjero y cerrar los ojos para no ver ni escuchar a los pueblos del Perú o verse simplemente el ombligo y hacerse la sorda, no quiere saber de estas cosas. Lastimosamente pareciera ser una conducta permanente.
Sin embargo, esta grabación “Ayacucho” provoca en Lima un disimulado cambio de actitud. Se piensa en la numerosa colonia provinciana que poco a poco va ganando mayor espacio en la gran capital o son tiempos nuevos los que soplan. Una renovada oleada del huayno (no fue LA PRIMERA ni será la última) llega a Lima.
Fue como consecuencia, en parte, de la reapertura de la Universidad Nacional de San Cristóbal de Huamanga en 1959. Un grupo de intelectuales, muchos de residencia capitalina, enseñan en ese centro de estudios, donde, unos más que otros, se sensibilizan con las costumbres del pueblo participando, por ejemploi en sus fiestas, costumbres, viajes a comunidades, etc.
Recordemos a los poetas Antonio Cisneros, Reynaldo Naranjo, Marco Martos, al musicólogo Josafat Roel, el antropólogo Luis Lumbreras, el sociólogo Luis Millones, al actor Jorge Acuña, al periodista Maynor Freyre, etc, etc.
Después de algunos años retornan a Lima y al abrir los recuerdos de sus vivencias en Huamanga, afloran de inmediato los waynos como “Peualla Perua”, “Helme”, “Adiós pueblo de Ayacucho”, Huérfano Pajarillo”, “Araskasjas”, “Carnavales”, coincidiendo con la edición del primer Larga Duración (LP) (1966) de Raúl García Zárate que lleva por título “Ayacucho” y en la portada luce en toda su extensión la imagen de la procesión de Semana Santa. Ayacucho y Semana Santa se conjugan en lo emblemático de lo mestizo. Un pueblo, su fe y lo popular de su Música.
Día de la Canción Ayacuchana
El concierto que brindará Raúl García Zárate esta semana, es también una ofrenda a su hermano Nery y al Día de la Canción Ayacuchana, Ese día, se instaura como un homenaje a Nery, muerto hace 30 años (06 noviembre de 1980). Nery García Zárate fue un reconocido y querido profesor, primera voz del Dúo, considerado como el más fiel intérprete de la canción tradicional ayacuchana y acucioso recopilador del cancionero popular.
Justamente, gracias a la sensibilidad y las gestiones de Raúl García Zárarte, para los primeros días de noviembre tendremos tres nuevas producciones musicales, las cuales han sido remasterizadas de las cintas originales de los años sesenta que hiciera la disquera Sono Radio.
Se trata de las grabaciones del Dúo Hermanos García Zárate, denominadas “Ayacucho Musical” (1968), Qori Kinto (1972), Y Recital Folclórico (1976) que fue acompañado por la Orquesta de Cuerdas del maestro Enrique Lynch.
Hace unos días el 6 de setiembre Raúl García Zárate recibió en Santiago de Chile el premio APES de la Asociación de Periodistas de Espectáculos, Arte y Cultura por el “Aporte Trascendental al Arte y a la Cultura Universal”, por considerarse que posee una extraordinaria trayectoria musical, que le confiere el nivel de “Patrimonio Artístico Universal”.
Es importante señalar además, que el maestro García Zárate es uno de los guitarristas latinoamericanos más reconocidos en el mundo, quien ha recibido diferentes homenajes y condecoraciones como la de Patrimonio Cultural Vivo de la Nación, la Orden del Sol en Grado de Gran Cruz y las Palmas Magisteriales en el Grado de Amauta.
García Zárate ha paseado su arte por toda América Latina, Europa y Asia y tiene también numerosas distinciones de gobiernos extranjeros que han reconocido su valía universal como embajador musical peruano.
Antonio Muñoz Monge
Colaborador
Pocas palabras, suaves, despaciosas y seseadas como un buen serrano que es, de habla castiza y de habla quechua, pronuncia para presentar la melodía a interpretar…”una canción recogida y cantada por nuestro hermano José María Arguedas, cuyo espíritu está en cada uno de nosotros; para ustedes la Trilla de Arvejas en Pampas, Tayacaja, Huancavelica”.
El silencio que se extiende por el auditorio, se parece al silencio de las punas, en que apenas el ichu – ahora las cuerdas de la guitarra de Raúl García Zárate – cantan quejumbrosas y sensibles, despertando en el hombre los más intensos sentimientos.
O la leyenda trágica del amante que recorre desesperado las calles de Ayacucho, llevando en sus manos el corazón sangrante, arrancado del pecho de la infiel que acurrucó sus sueños con el hombre, que ahora ciego de locura y de burla, no termina de saciar su venganza.
La leyenda decíamos, nos transporta por callejas oscuras, zaguanes, casas soñolientas, patios arrinconados en el tiempo y nos lleva a sentir esa vía crucis, casi tropezando con nuestros mismos cuerpos al son desgarrador del huayno “Helme”, que recoge la historia pasional acaecida en Huamanga a fines del siglo XIX.
“Adiós pueblo de Ayacucho, ciertas malas voluntades hacen que yo me retire…”. No escucharemos más el tañer de tus 33 iglesias y capillas. Serán sonidos que nos acompañarán en el ostracismo, lejanos del pueblo que nos vio nacer y amar. El camino es ahora otro, desconocido y ajeno. Atrás un muro opaco e insensible niega, rechaza nuestro retorno.
Es la despedida de todos los pueblos, pueblos que nos vieron sufrir y nos santiguaron a nuestras espaldas como estigma y que se resume en este himno al adiós impostergable, definitivo. Apenas estas tres canciones reseñadas , sirvan para ratificar nuestra admiración y respeto por este gran artista y señor, que esta semana ofrecerá un concierto con motivo de haber cumplido 67 años de fructífera y continua vida artística como exponente de la guitarra ayacuchana y peruana.
Hermosa obligación
Nuestra tradición musical es riquísima, es increíble la vastedad y variedad de ella. Los pueblos del Perú cantan y bailan todos los días en sus fiestas costumbristas, religiosas, ancestrales, festejando alguna fecha del calendario agrícola ganadero del ciclo vital nativo, del santoral cristiano occidental, de la convivencia social.
Al respecto García Zárate nos dice: “Yo creo que esta riqueza es una de las fuentes principales para tomar conciencia de nuestro país. Conocerla, respetarla, amarla es una hermosa obligación, de igual manera conocer nuestro idioma quechua en su riqueza simbólica, en su inteligencia significativa, en su belleza metafórica”.
Y el maestro Raúl García Zárate lo hace así desde siempre, desde que tuvo conciencia de esta hermosa realidad – niño aún - escuchaba a sus mayores y a los campesinos que llegaban a Huamanga con sus guitarras, violines, arpas, charangos a tocar y cantar en las ferias, en Semana Santa, en los carnavales o cualquier otra celebración que los convocara.
En 1966, Raúl García Zárate graba su primer Larga Duración con el título de “Ayacucho” con portada de la procesión de Semana Santa . Esta primera grabación va ha convertirse en una importantísima referencia de inicio de una nueva etapa en la Música andina en el Perú. Este mismo año de 1966, el escritor José María Arguedas escribe en el diario El Comercio: García Zárate es un virtuoso en quien el virtuosismo no ha perturbado la pureza de la vivencia de la Música folclórica.
Ha perfeccionado su dominio instrumental para mejor interpretar la Música que él aprendió desde su infancia con la cual aprendió a amar, a ahondar el amor y el regocijo y a contagiarlo a los demás como artista cabal.
Lima que mira su ombligo
La Lima conservadora, prejuiciosa, frívola, sensual, casquivana, la que muchas veces prefiere mirar al extranjero y cerrar los ojos para no ver ni escuchar a los pueblos del Perú o verse simplemente el ombligo y hacerse la sorda, no quiere saber de estas cosas. Lastimosamente pareciera ser una conducta permanente.
Sin embargo, esta grabación “Ayacucho” provoca en Lima un disimulado cambio de actitud. Se piensa en la numerosa colonia provinciana que poco a poco va ganando mayor espacio en la gran capital o son tiempos nuevos los que soplan. Una renovada oleada del huayno (no fue LA PRIMERA ni será la última) llega a Lima.
Fue como consecuencia, en parte, de la reapertura de la Universidad Nacional de San Cristóbal de Huamanga en 1959. Un grupo de intelectuales, muchos de residencia capitalina, enseñan en ese centro de estudios, donde, unos más que otros, se sensibilizan con las costumbres del pueblo participando, por ejemploi en sus fiestas, costumbres, viajes a comunidades, etc.
Recordemos a los poetas Antonio Cisneros, Reynaldo Naranjo, Marco Martos, al musicólogo Josafat Roel, el antropólogo Luis Lumbreras, el sociólogo Luis Millones, al actor Jorge Acuña, al periodista Maynor Freyre, etc, etc.
Después de algunos años retornan a Lima y al abrir los recuerdos de sus vivencias en Huamanga, afloran de inmediato los waynos como “Peualla Perua”, “Helme”, “Adiós pueblo de Ayacucho”, Huérfano Pajarillo”, “Araskasjas”, “Carnavales”, coincidiendo con la edición del primer Larga Duración (LP) (1966) de Raúl García Zárate que lleva por título “Ayacucho” y en la portada luce en toda su extensión la imagen de la procesión de Semana Santa. Ayacucho y Semana Santa se conjugan en lo emblemático de lo mestizo. Un pueblo, su fe y lo popular de su Música.
Día de la Canción Ayacuchana
El concierto que brindará Raúl García Zárate esta semana, es también una ofrenda a su hermano Nery y al Día de la Canción Ayacuchana, Ese día, se instaura como un homenaje a Nery, muerto hace 30 años (06 noviembre de 1980). Nery García Zárate fue un reconocido y querido profesor, primera voz del Dúo, considerado como el más fiel intérprete de la canción tradicional ayacuchana y acucioso recopilador del cancionero popular.
Justamente, gracias a la sensibilidad y las gestiones de Raúl García Zárarte, para los primeros días de noviembre tendremos tres nuevas producciones musicales, las cuales han sido remasterizadas de las cintas originales de los años sesenta que hiciera la disquera Sono Radio.
Se trata de las grabaciones del Dúo Hermanos García Zárate, denominadas “Ayacucho Musical” (1968), Qori Kinto (1972), Y Recital Folclórico (1976) que fue acompañado por la Orquesta de Cuerdas del maestro Enrique Lynch.
Hace unos días el 6 de setiembre Raúl García Zárate recibió en Santiago de Chile el premio APES de la Asociación de Periodistas de Espectáculos, Arte y Cultura por el “Aporte Trascendental al Arte y a la Cultura Universal”, por considerarse que posee una extraordinaria trayectoria musical, que le confiere el nivel de “Patrimonio Artístico Universal”.
Es importante señalar además, que el maestro García Zárate es uno de los guitarristas latinoamericanos más reconocidos en el mundo, quien ha recibido diferentes homenajes y condecoraciones como la de Patrimonio Cultural Vivo de la Nación, la Orden del Sol en Grado de Gran Cruz y las Palmas Magisteriales en el Grado de Amauta.
García Zárate ha paseado su arte por toda América Latina, Europa y Asia y tiene también numerosas distinciones de gobiernos extranjeros que han reconocido su valía universal como embajador musical peruano.
Antonio Muñoz Monge
Colaborador
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