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LA LENGUA CULLE: Entrevista a Manuel Flores Reyna Escribe: Danilo Sánchez Lihón / Lima

Tomado de la Revista Peruana de Literatura, que desde hace varias watas hace un gran trabajo de difusion de literaturas regionales


LA LENGUA CULLE: Entrevista a Manuel Flores Reyna

Escribe: Danilo Sánchez Lihón / Lima


1. Esencia
y dones

Nací, me crié y estudié la Educación Primaria y Secundaria en Santiago de Chuco, tierra de César Vallejo.

Mi pueblo fue la capital religiosa o espiritual de los chucos que reverenciaron al dios Catequil, maestro, pedagogo y líder social.

Su adoratorio se ubica en el cerro Ichal, montaña abrupta y escarpada que se perfila nítida y hierática desde mi pueblo, como si lo tuviera bajo su protección.

Mis antepasados indígenas mágicos y asombrados hablaron la lengua culle donde depositaron no solo los arrullos, sus cóleras sino también la armonía de la naturaleza y el concierto de las estrellas.

Lengua chamánica, mántrica, metafísica; honda y sonora; propia de un alma pasmada, que ha hecho de Santiago de Chuco tierra de poetas.

Y esto por no rehusarle nada al destino, ni a ninguno de los misterios de la vida y del cosmos, sino al contrario: dispuestos a enfrentarlos, como a desentrañar su esencia, sus dones y potencialidades.


2. En tierra
de sus abuelos

Tenemos en Santiago de Chuco al principal investigador de la lengua culle, citado así en Wikipedia y por Federico Kauffman en la Enciclopedia Lexus.

Él es Manuel Flores Reyna, un personaje consagrado, místico y ya legendario en los estudios del culle, quien estudió la educación superior en Huánuco y la maestría en lingüística en la Universidad de San Marcos.

Fue al seguir estos últimos estudios que prometió a sus maestros reconstruir el culle y lo está logrando. Para ello hasta trabajó de peón entre los ashaninca para conocer su lengua y luego con el Instituto Lingüístico de Verano en Yarinacocha a fin de aprender el trabajo de campo en estudio de lenguas nativas.

Y es que en la tierra de sus abuelos, en Curhuachique, frente a Pallasca, pero del lado de Santiago de Chuco, se hablaba el culle.

Su herencia en tierras y casas lo ha dilapidado en fotocopiar documentos coloniales que en décadas anteriores costaban tres reales por página. No se ha casado ni tiene hijos. Ahora ejerce la cátedra en la Universidad Nacional Federico Villarreal. He aquí parte de una larga entrevista que le hiciera:



LA
ENTREVISTA

Manuel: ¿Cómo esbozarías un primer acercamiento a la lengua culle?

Diciendo que la lengua culle, culli o culla, fue una antigua lengua preincaica, perteneciente a la época arcaica, siendo que los documentos encontrados lo vinculan, relacionan y ubican en las provincias de Pallasca, Santiago de Chuco, Huamachuco, Otuzco, Cajabamba y Cajamarca. Etros documentos, principalmente del obispo de Trujillo, don Baltasar Jaime Martínez Compañón y Bujanda, aportan listados de palabras de dicha lengua, como de 42 vocablos el del obispo, y otro del cura de Pallasca Teodoro González Meléndez, en donde encontramos un listado de 19 palabras culle, recogidas en 1915, documentos que don Santiago Antúnez de Mayolo juntó y entregó al peruanista Paul Ribet quien los publicó en 1949 en la revista del Museo del Hombre de París.

Pero, aparte del culle, había otras lenguas en la región norte del Perú, ¿no es cierto?

Sí, precisamente, gracias a Martínez Compañón conocemos un listado de ocho lenguas, traduciendo 42 palabras españolas a esas lenguas indígenas de su obispado, que son: la lengua yunga o mochica, que se hablaba en las provincias de Trujillo y Saña; la lengua de Colán; la lengua de Catacaos; la lengua de Sechura; la lengua Cholón en los territorios de Huaylillas que corresponden a las provincias de Pataz y Bolívar; y la lengua jivito o shivito que se hablaba por esa misma zona, para luego registrar el culle que se hablaba en Huamachuco, Santiago de Chuco, Otuzco, Pallasca y Cajamarca; y luego finalmente la lengua quechua.

Acerca de la lengua culle, ¿entre qué siglos se enmarca su vigencia?

El culle ha tenido una vigencia de más de cuarenta siglos. Se habló en Chavín de Huantar. Arqueológicamente hay pruebas que desde el siglo III, antes de Cristo, ya se hablaba en La Libertad, Ancash y Cajamarca, el culle. Y esta fue la lengua de tres grandes culturas o señoríos preincaicos: los Conchucos, en Ancash; el señorío de Huamachuco, en la Libertad; y el señorío de Cushmanco, Chuquimanco o Cashamarca. Cuando llegaron los españoles encontraron esos reinos que tienen sus bases en Pashas que data del siglo III a.de c. La pacarina o madre de todo esto tiene que ver con la cultura de La Galgada que floreció entre Tauca y Santiago de Chuco, que data de dos mil años antes de Cristo, es decir mil años antes de Chavín.

¿Allí surgió la lengua culle?

Sí, en La Galgada y luego se extendió a Caral. En el año de 1996 yo planteé que en Caral se hablaba culle y me dijeron que estaba loco. Sin embargo, de cinco años para acá ya se empieza a aceptar que en Caral se hablaba en parte culle, por los toponímicos que se encuentran. Y fue precisamente en la parte alta de La Galgada que tuve la referencia proporcionada por don Alipio Villavivencio Chávez, que existió la última cullehablante, la viejita Ishpe.

¿Cuántos vocablos se conocen de la lengua culle?

Por los distintos recopiladores se conocían aproximadamente 50 palabras, que a los listados de Martínez Compañón y del cura González Meléndez, de los cuales hay que descartar las palabras castellanas y quechuas, habría que sumar algunos que aportan la crónica agustina, otros 5 vocablos que es la contribución de don Fernando Silva Santisteban y 3 términos con los cuales contribuye don Waldemar Espinoza Soriano.

¿Y eso es todo lo que se conoce?

Yo he podido recoger más de mil palabras culle, que es mi aporte. 500 vocablos ya se han publicado en un léxico preliminar.

¿Y tahuashando, utilizado por Vallejo, qué significa?

En ese vocablo hay una asociación de quechua y culli, en el fonema sh. Para mí significa caminando en fila de cuatro. O caminando entre cuatro. Hay que entender que en la época en que vivía Vallejo había muchos términos que influían en el español sino también en el quechua que con el tiempo se han ido perdiendo.

¿Y qué es lo que extinguió al culle?

Cuando inicio mis trabajos de reconstrucción del culle, el año de 1994, la idea general era que esta lengua fue extinguida por el quechua, y eso no es cierto. En el año de 1997 en el Archivo Arzobispal de Trujillo, gracias a las indicaciones y al apoyo de la Sra. Imelda Solórzano, encargada de ese archivo, me informó que había un documento referido al culle del año de 1746, que correspondía a la labor pastoral del obispo don Gregorio de Molleda, quien ejerció su labor como obispo 35 años en la diócesis de Trujillo. Gracias a ese dignatario nos llega un expediente completo sobre la lengua culle, en 19 folios, cuyo objetivo es la evangelización en lengua culle y los problemas que había al no contar con sacerdotes “lenguaraces”, o que dominaran la lengua culle. De ese documento, que obra en mi poder paleografiado, se deduce lo siguiente: que el culle es hablado por el cien por ciento de los indígenas y también por una parte de los mestizos, lo que prueba que el quechua no extinguió al culle, sino que la lengua esta lengua fue extinguida por el español. En la época en que vivía en Santiago de Chuco César Vallejo estaban muriendo los últimos cullehablantes de Santiago de Chuco.

¿Qué es lo que caracteriza a esta lengua y a esta cultura?

La lengua fonológicamente tiene la pronunciación abundante del sonido sh, esto es al inicio, al centro o al final de cada palabra. Otras constantes son los sonidos: con y dan, con resonancias palatales y plenos de musicalidad. A nivel de significados caracteriza a esta cultura el asombro, representado en las cabezas clavas de que está poblada, y que son gigantescas en comparación a las que se encuentran en Chavín. En Cochamarca las había en los caminos y también las hemos visto en la cuesta de Salesipuedes, que va de Santiago de Chuco a Cachicadán. Otro registro es que los allcos, que en culle significa sacerdotes, se bañaban en una especie de piscinas como las hay en Huaylío en las alturas de Cachicadán, en donde el agua tiene un carácter ritual muy trascendente; los entierros se hacía en tumbas tipo ventanillas, las construcciones de los muros era de tipo pachilla, con cuñas de piedra, y sus palacios estaban rodeados de paredones.

¿En qué extensión se habló el culle?

Voy a referir la siguiente versión que está recogida en la crónica agustina de 1560. Y es que, cuando Huayna Cápac destruye el templo del dios Catequil y hace pedazos al mismo ídolo indignado porque le anuncia la destrucción del imperio de los incas, imagen aquella que era de tamaño natural y estaba hecha de oro macizo, después de arrojarlo al río en Porcón, dividido en tres pedazos, los huamachucos, después que se van los incas, recogen los restos, lo sueldan y lo esconden en Pashas, que queda en Cabana, que es otro señorío. La pregunta es básica: ¿Por qué los huamachucos llevaron el ídolo de Catequil del lugar en que quedaba su templo a otro señorío? Eso demuestra que había vínculos muy antiguos entre ellos. ¿Por qué tres señoríos ubicados en zonas muy distintas hablan la misma lengua y adoran al mismo dios? Lo que nos prueba esto es que estos tres señoríos son descendientes de una cultura mayor. A esa cultura yo la llamo la cultura culle o cultura chuco, que debió haber florecido entre los siglos V al siglo III antes de Cristo.



3. Universalidad
sin perder identidad

Y aquí detengo la entrevista, que es larga, con Manuel Flores Reyna, reafirmando mi identidad que se hunde en la lejanía como en la hondura del tiempo, de un país de fábula y legendario como es el Perú.

Santiago de Chuco es tierra de origen, cultura madre, umbral y comienzo. Donde las palabras y los nombres son testigos insobornables de todo lo que se quedó y de todo lo que avanzó desde allí.

Pero así como interesa saber el lugar en que hemos nacido y estar orgullosos de él, hemos de hundir también nuestra visión en el porvenir.

Nos interesa no solo la verdad arqueológica, etnológica o histórica sino que a ello debemos agregar la verdad de nuestros sueños e ideales a futuro.

Y así como Catequil se yergue inhiesto en el panorama de apus que rodean a Santiago de Chuco interesa también los horizontes por donde proyectar el futuro para nuestros niños y jóvenes.

Es decir la universalidad sin perder identidad, que es el camino que supo realizar y nos trazó con huella indeleble, senda plena de compromiso y solidaridad humana, César Vallejo.

Comentarios

  1. Estimado Freddy Roncalla:
    Te quisiera pedir los datos originales de la revista donde se publicó esta entrevista (número, fecha, etc.). ¿Es una revista peruana? Muchas gracias por compartirla. Tu amigo, Luis Andrade

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  2. Hoal Luis, lo mejor es dirigirse directamente al facebook de la revista,

    http://www.facebook.com/groups/60734731417/

    esgtoy seguro que Ricardo te va a dar la informacion precisa,

    tambien, si gustas me puedes escribir a

    fredyamilcar@gmail.com para ponerte en la lista de Hawansuyo

    gracias

    F

    ResponderEliminar

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