Aunque el mentado Nobel qellqapakuq es persona non grata en Hawansuyo y uno puede estar o no de acuerdo con las entregadas posturas de Carlos Quiroz y su blog Peruanista, no podemos pasar por alto su respuesta conmovedora, honesta, valiente y profundamente humana a la desoladora alienacion e ignorancia deshumanisantes de un personaje que ya debe pasar al olvido, y urgente. Articulo tomado de Peruanista
Entre el cáncer y el sida: Mario Vargas Llosa prefiere el odio marzo / Carlos A Quiroz
Elegir entre el sida y el cáncer. Estas son las opciones que tenemos los peruanos, si la segunda vuelta de las elecciones en Perú fuera entre Ollanta Humala y Keiko Fujimori. Lo ha dicho el novelista hispano peruano Mario Vargas Llosa. Lo dijo en 2009 y lo ha repetido esta semana.
Desde hace un tiempo vivo con el virus del VIH, que causa el Sida. No es lo mismo pero están conectados, como deben saber. Esta es la primera vez que escribo sobre este tema, es algo que pocos parientes y amigos cercanos sabían hasta hoy.
Mi madre –quien no sabe de mi condición médica- fue diagnosticada con cáncer el año pasado, pero ella pudo sobrevivir gracias a un tratamiento penoso, que incluyó ir a los hospitales públicos de Lima a rogar literalmente, por atención médica. No exagero, ella tuvo que rogar por una cama donde ser operada. Gracias al esfuerzo de mis hermanos en Lima, ella pudo recibir atención. Aquí en EE.UU. yo no puedo pagar por ese tipo de tratamientos.
Vivir con un virus que sabes que eventualmente causará tu muerte, es algo que no es fácil de aceptar. Por mucho tiempo tuve que luchar contra mis miedos personales, la incertidumbre del futuro, el no saber que me pueda pasar, el estigma social, el miedo a la discriminación, la duda de no saber qué es lo que tienes en tu organismo.
El tiempo, el trabajo que hago y la espiritualidad me ayudaron a aceptar y continuar mi vida. Aunque no ocurre siempre pero trato de ser disciplinado y responsable, felizmente hoy estoy en buenas condiciones de salud. Cuando uno llega a los términos de aceptación de vivir con el VIH o cualquier otra condición médica, uno se siente muy libre, muy fuerte, en paz.
Pero no es fácil.
Cuando leo las palabras de odio del escritor Mario Vargas Llosa, siento mucha pena. Por él, que es un tipo con poca alma y con una crueldad asqueante. ¿Sabe acaso Vargas Llosa el impacto negativo que sus expresiones egoístas causan en la moral y la psicología de tantas personas que viven con VIH o cáncer? Obviamente no le importa, lo ha repetido.
Siento por aquellas personas que viven en el mundo luchando contra el sida y el cáncer y otras condiciones físicas. Sobretodo aquellas que hayan leído esas tristes palabras. Se van a sentir mal y lo harán en silencio, como lo hice por este tiempo. Esta es una lucha diaria y para muchos el solo hecho de aceptar su condición médica es un proceso largo y a veces doloroso.
No es fácil hablar de esto. Para mí es un sacrificio que hago pues la mayoría de mi familia todavía no lo saben y se que van a sentirse muy mal. Supongo que algunos peruanos que odian mis ideas, lo usarán en mi contra. Pero es mejor ser honestos, aunque es difícil.
Por eso pregunto a Mario Vargas Llosa si realmente le importa la humanidad. Más allá de sus preferencias políticas, quiero saber. Porque aunque es un excelente novelista, como ser humano demuestra ser ruin. Como portavoz de los grupos de poder, usted esparce suciedad. Usted no entiende que la política no es literatura ficticia, aunque incluya tanta falsedad. En la vida real, las cosas no siempre son como uno desea.
Por ejemplo, lo que Vargas Llosa llama “10 años de muy buena racha” de Perú, es una farsa, es una novela, un cuento. Para los pocos peruanos beneficiados de la injusticia y la desigualdad, todo está bien en Perú. Por fin hay estabilidad y desarrollo dicen.
Es que a Mario Vargas Llosa ni los peruanos que “están bien” les afecta la miseria que viven la mayoría de los peruanos. A ellos no les impacta la violencia, los asesinatos de indígenas, el nivel escandaloso de desigualdad, corrupción, de crímenes que sufren los otros peruanos en Perú, a diario.
Al racista escritor solo le importa la bonanza de unos pocos, de esas egoístas elites peruanas y sus negocios, de las mineras, petroleras y agro industrias, que extraen todo de Perú mientras destruyen todo, mientras roban. Como mosquitos chupasangres, saquean a una patria dominada.
Mientras tanto, a los peruanos “pobres” les dan tiendas extranjeras, tarjetas de credito que son verdaderos títulos esclavistas de por vida, casinos y restaurantes. Les dan una limosna, un chorreo “al menos ya tienen su televisión y su refrigeradora” me dijo un abogado peruano aquí en Washington, DC, quien hizo lobby por el TLC con EE.UU.
Aquellos como Vargas Llosa que se benefician de la ficticia democracia peruana donde todo se compra, desde candidaturas hasta cobertura de prensa. Ellos tienen miedo de un cambio, mucho miedo. Por eso te quieren atemorizar.
La situación de los peruanos es triste, por eso siento mucha rabia porque Vargas Llosa quiera otra vez influir en la decisión electoral de los peruanos con tanta insensibilidad. El escritor se ha unido a la campaña de odio y de miedo y muchos le creen. Pero lo que pase en Perú, no afectará a Vargas Llosa porque él como su familia viven mayormente en Europa y EE.UU.
Vargas Llosa defiende la injusticia egoísta del neoliberalismo, que vive del odio, del interés comercial y del abuso capitalista que antepone el dinero antes que los seres humanos. Mario Vargas Llosa es un defensor de las diferencias sociales, de la discriminación económica y racial, de las nefastas condiciones que hacen de Latino América la región más injusta del planeta.
Pero para la mayoría de los peruanos, estas elecciones son unas de las más importantes de nuestra historia.
Esta es la única oportunidad en anios que tienen muchos peruanos para liberarse de la injusticia, la única. Cuando yo crecía en los Andes y luego en Lima, mi padre me ensenó mucho de política. Mi viejo era miembro del APRA de antes, ese partido que Alan García ha convertido hoy en una mafia neoliberal. Hoy veo la misma injusticia en Perú que vió mi padre en los 1950′s (mi padre tenia 45 cuando yo nací), pero hoy al menos tienen supermercados y celulares. Entonces hay mucho conformismo, muchos peruanos ya no quieren luchar.
Una de las razones por las que no regreso a Perú, es porque me afecta mucho la desigualdad que hay allá, pero sobretodo porque en EE.UU. recibo atención médica adecuada al ser un hombre gay que vive con VIH. En Lima, me dicen que hay listas de espera para recibir medicina retrovirales, mientras que la discriminación laboral y de vivienda contra personas seropositivas existe, porque no es penada por ley. Yo no me veo como una víctima de mi condición de salud, porque yo conozco las razones de mi infección y asumo mi responsabilidad, continuo mi vida.
Pero detesto la discriminación que sufren los peruanos, me jode el egoísmo de los otros peruanos, me duele cuando escucho a mi madre de la violencia que ella vive en Lima. Por eso me interesa un cambio en Perú.
No le pido a Mario Vargas Llosa que cambie sus ideas políticas. No le pido que no ataque a los políticos que no le gustan. A su edad, quizás él se vaya de este mundo antes que muchos de aquellos que viven con VIH o cáncer. Le pido que demuestre humanidad, respeto, decencia. Porque desgraciadamente, hay gente que lo escucha y tomarán sus palabras como correctas.
Le pido a Vargas que se disculpe con las personas que como yo, celebramos cada día de la vida como un regalo invalorable. Le pido que se disculpe con millones de personas que luchan a diario por vencer al cáncer, con aquellos que han perdido un familiar, una amistad o un ser querido a esta nefasta enfermedad. Con aquellos que han sobrevivido, como mi mamá.
Las elecciones peruanas pasarán, pero el sida y el cáncer no. Es que no se curan todavía, pero se pueden controlar. Se puede vivir con esas condiciones médicas si uno recibe el tratamiento adecuado, pero la mejor medicina es el afecto, es el respeto, la compresión, la solidaridad. No el odio, la falsa compasión ni menos el rechazo.
Entonces
A los peruanos que leen esto les invito, que en estas elecciones sepan reconocer la diferencia y que elijan con honestidad, con coraje, sin egoísmo. No voten solo por motivos políticos ni intereses económicos personales. El voto es un acto cívico, de responsabilidad, tu voto nos afecta a todos. No es un acto de odio. No votes por rechazar sino por contribuir. No votes por miedo sino por convicción.
Todos tenemos la vida prestada, no importa cuánto dinero hagamos al final de la vida, lo que interesa es que nosotros tengamos el control de nuestras vidas, que las vivamos a provecho no aprovechándonos. Por eso no dejes que te manden, que no te mientan, que no te manipulen. Busca tu verdad.
Que no te derrote el pesimismo, que no te contaminen con el virus del conformismo ni el individualismo. Es posible cambiar a Perú, es posible mejorar la pachamama.
Es posible cambiar este mundo. No necesitas de premios ni medallas, de títulos ni condecoraciones, solo necesitas tomar acción. Porque lo más bonito de la vida es construir, porque vivir es un camino de aprendizaje y de enseñanza, tomas y dejas. Porque tú dejas semillas que otros cosechan, de la misma forma que otros abrieron el camino para nosotros. Es una cadena.
No importa cuán difícil parezca el camino, no importa cuántas pastillas tengas que tomar a diario, ni cuantas quimioterapias o inyecciones tengas que recibir, no importa cuánto dinero ya no tengas, no importa que te discriminen, que te tiren piedras, que te boten de la chamba, que te roben en la calle. Parece difícil creer que se puede cambiar. Pero tienes que creer que importas tú, nosotros. Vales porque tu vida vale, y mucho.
Escribo esto porque ante el odio y la ofensa de Vargas Llosa, hay que responder con coraje, verdad.
Nos dicen que tengamos miedo, nos dicen que todo anda bonito, que estamos en buen camino y que nada se puede mejorar. Mira a tu alrededor. Todos aquellos que no creemos que todo está bonito podemos impactar el mundo si unimos esfuerzos. Sin importar como lucimos, como hablamos o vestimos, donde vivimos o de que trabajamos.
Mira bien, porque vivimos tiempos muy especiales de cambios en el mundo. Mira bien quienes están destruyendo el planeta, con su avaricia, su egoísmo, sus mentiras y falsos progresos. Pon atención. Estos son tiempos de extrañas enfermedades. Pero no hay virus más dañino que los de la apatía, del odio, del egoísmo. Esos te matan y ni te das cuenta, crees que sigues vivo.
Cuando seas conciente de todo esto, cuando ya no tengas miedo a aceptarte y al resto, cuando no tengas temor a que te juzguen ni juzguen a otros, cuando dejes el conformismo y la individualidad, cuando sepas que la injusticia se puede terminar, cuando sepas que otro mundo mejor es posible, serás libre.
Precisamente esa es la verdadera libertad, es algo que necesitamos todos. Es algo que quiero que sepas se puede lograr. Es algo que igualmente le deseo a Mario Vargas Llosa, incluso.
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Entre el cáncer y el sida: Mario Vargas Llosa prefiere el odio marzo / Carlos A Quiroz
Elegir entre el sida y el cáncer. Estas son las opciones que tenemos los peruanos, si la segunda vuelta de las elecciones en Perú fuera entre Ollanta Humala y Keiko Fujimori. Lo ha dicho el novelista hispano peruano Mario Vargas Llosa. Lo dijo en 2009 y lo ha repetido esta semana.
Desde hace un tiempo vivo con el virus del VIH, que causa el Sida. No es lo mismo pero están conectados, como deben saber. Esta es la primera vez que escribo sobre este tema, es algo que pocos parientes y amigos cercanos sabían hasta hoy.
Mi madre –quien no sabe de mi condición médica- fue diagnosticada con cáncer el año pasado, pero ella pudo sobrevivir gracias a un tratamiento penoso, que incluyó ir a los hospitales públicos de Lima a rogar literalmente, por atención médica. No exagero, ella tuvo que rogar por una cama donde ser operada. Gracias al esfuerzo de mis hermanos en Lima, ella pudo recibir atención. Aquí en EE.UU. yo no puedo pagar por ese tipo de tratamientos.
Vivir con un virus que sabes que eventualmente causará tu muerte, es algo que no es fácil de aceptar. Por mucho tiempo tuve que luchar contra mis miedos personales, la incertidumbre del futuro, el no saber que me pueda pasar, el estigma social, el miedo a la discriminación, la duda de no saber qué es lo que tienes en tu organismo.
El tiempo, el trabajo que hago y la espiritualidad me ayudaron a aceptar y continuar mi vida. Aunque no ocurre siempre pero trato de ser disciplinado y responsable, felizmente hoy estoy en buenas condiciones de salud. Cuando uno llega a los términos de aceptación de vivir con el VIH o cualquier otra condición médica, uno se siente muy libre, muy fuerte, en paz.
Pero no es fácil.
Cuando leo las palabras de odio del escritor Mario Vargas Llosa, siento mucha pena. Por él, que es un tipo con poca alma y con una crueldad asqueante. ¿Sabe acaso Vargas Llosa el impacto negativo que sus expresiones egoístas causan en la moral y la psicología de tantas personas que viven con VIH o cáncer? Obviamente no le importa, lo ha repetido.
Siento por aquellas personas que viven en el mundo luchando contra el sida y el cáncer y otras condiciones físicas. Sobretodo aquellas que hayan leído esas tristes palabras. Se van a sentir mal y lo harán en silencio, como lo hice por este tiempo. Esta es una lucha diaria y para muchos el solo hecho de aceptar su condición médica es un proceso largo y a veces doloroso.
No es fácil hablar de esto. Para mí es un sacrificio que hago pues la mayoría de mi familia todavía no lo saben y se que van a sentirse muy mal. Supongo que algunos peruanos que odian mis ideas, lo usarán en mi contra. Pero es mejor ser honestos, aunque es difícil.
Por eso pregunto a Mario Vargas Llosa si realmente le importa la humanidad. Más allá de sus preferencias políticas, quiero saber. Porque aunque es un excelente novelista, como ser humano demuestra ser ruin. Como portavoz de los grupos de poder, usted esparce suciedad. Usted no entiende que la política no es literatura ficticia, aunque incluya tanta falsedad. En la vida real, las cosas no siempre son como uno desea.
Por ejemplo, lo que Vargas Llosa llama “10 años de muy buena racha” de Perú, es una farsa, es una novela, un cuento. Para los pocos peruanos beneficiados de la injusticia y la desigualdad, todo está bien en Perú. Por fin hay estabilidad y desarrollo dicen.
Es que a Mario Vargas Llosa ni los peruanos que “están bien” les afecta la miseria que viven la mayoría de los peruanos. A ellos no les impacta la violencia, los asesinatos de indígenas, el nivel escandaloso de desigualdad, corrupción, de crímenes que sufren los otros peruanos en Perú, a diario.
Al racista escritor solo le importa la bonanza de unos pocos, de esas egoístas elites peruanas y sus negocios, de las mineras, petroleras y agro industrias, que extraen todo de Perú mientras destruyen todo, mientras roban. Como mosquitos chupasangres, saquean a una patria dominada.
Mientras tanto, a los peruanos “pobres” les dan tiendas extranjeras, tarjetas de credito que son verdaderos títulos esclavistas de por vida, casinos y restaurantes. Les dan una limosna, un chorreo “al menos ya tienen su televisión y su refrigeradora” me dijo un abogado peruano aquí en Washington, DC, quien hizo lobby por el TLC con EE.UU.
Aquellos como Vargas Llosa que se benefician de la ficticia democracia peruana donde todo se compra, desde candidaturas hasta cobertura de prensa. Ellos tienen miedo de un cambio, mucho miedo. Por eso te quieren atemorizar.
La situación de los peruanos es triste, por eso siento mucha rabia porque Vargas Llosa quiera otra vez influir en la decisión electoral de los peruanos con tanta insensibilidad. El escritor se ha unido a la campaña de odio y de miedo y muchos le creen. Pero lo que pase en Perú, no afectará a Vargas Llosa porque él como su familia viven mayormente en Europa y EE.UU.
Vargas Llosa defiende la injusticia egoísta del neoliberalismo, que vive del odio, del interés comercial y del abuso capitalista que antepone el dinero antes que los seres humanos. Mario Vargas Llosa es un defensor de las diferencias sociales, de la discriminación económica y racial, de las nefastas condiciones que hacen de Latino América la región más injusta del planeta.
Pero para la mayoría de los peruanos, estas elecciones son unas de las más importantes de nuestra historia.
Esta es la única oportunidad en anios que tienen muchos peruanos para liberarse de la injusticia, la única. Cuando yo crecía en los Andes y luego en Lima, mi padre me ensenó mucho de política. Mi viejo era miembro del APRA de antes, ese partido que Alan García ha convertido hoy en una mafia neoliberal. Hoy veo la misma injusticia en Perú que vió mi padre en los 1950′s (mi padre tenia 45 cuando yo nací), pero hoy al menos tienen supermercados y celulares. Entonces hay mucho conformismo, muchos peruanos ya no quieren luchar.
Una de las razones por las que no regreso a Perú, es porque me afecta mucho la desigualdad que hay allá, pero sobretodo porque en EE.UU. recibo atención médica adecuada al ser un hombre gay que vive con VIH. En Lima, me dicen que hay listas de espera para recibir medicina retrovirales, mientras que la discriminación laboral y de vivienda contra personas seropositivas existe, porque no es penada por ley. Yo no me veo como una víctima de mi condición de salud, porque yo conozco las razones de mi infección y asumo mi responsabilidad, continuo mi vida.
Pero detesto la discriminación que sufren los peruanos, me jode el egoísmo de los otros peruanos, me duele cuando escucho a mi madre de la violencia que ella vive en Lima. Por eso me interesa un cambio en Perú.
No le pido a Mario Vargas Llosa que cambie sus ideas políticas. No le pido que no ataque a los políticos que no le gustan. A su edad, quizás él se vaya de este mundo antes que muchos de aquellos que viven con VIH o cáncer. Le pido que demuestre humanidad, respeto, decencia. Porque desgraciadamente, hay gente que lo escucha y tomarán sus palabras como correctas.
Le pido a Vargas que se disculpe con las personas que como yo, celebramos cada día de la vida como un regalo invalorable. Le pido que se disculpe con millones de personas que luchan a diario por vencer al cáncer, con aquellos que han perdido un familiar, una amistad o un ser querido a esta nefasta enfermedad. Con aquellos que han sobrevivido, como mi mamá.
Las elecciones peruanas pasarán, pero el sida y el cáncer no. Es que no se curan todavía, pero se pueden controlar. Se puede vivir con esas condiciones médicas si uno recibe el tratamiento adecuado, pero la mejor medicina es el afecto, es el respeto, la compresión, la solidaridad. No el odio, la falsa compasión ni menos el rechazo.
Entonces
A los peruanos que leen esto les invito, que en estas elecciones sepan reconocer la diferencia y que elijan con honestidad, con coraje, sin egoísmo. No voten solo por motivos políticos ni intereses económicos personales. El voto es un acto cívico, de responsabilidad, tu voto nos afecta a todos. No es un acto de odio. No votes por rechazar sino por contribuir. No votes por miedo sino por convicción.
Todos tenemos la vida prestada, no importa cuánto dinero hagamos al final de la vida, lo que interesa es que nosotros tengamos el control de nuestras vidas, que las vivamos a provecho no aprovechándonos. Por eso no dejes que te manden, que no te mientan, que no te manipulen. Busca tu verdad.
Que no te derrote el pesimismo, que no te contaminen con el virus del conformismo ni el individualismo. Es posible cambiar a Perú, es posible mejorar la pachamama.
Es posible cambiar este mundo. No necesitas de premios ni medallas, de títulos ni condecoraciones, solo necesitas tomar acción. Porque lo más bonito de la vida es construir, porque vivir es un camino de aprendizaje y de enseñanza, tomas y dejas. Porque tú dejas semillas que otros cosechan, de la misma forma que otros abrieron el camino para nosotros. Es una cadena.
No importa cuán difícil parezca el camino, no importa cuántas pastillas tengas que tomar a diario, ni cuantas quimioterapias o inyecciones tengas que recibir, no importa cuánto dinero ya no tengas, no importa que te discriminen, que te tiren piedras, que te boten de la chamba, que te roben en la calle. Parece difícil creer que se puede cambiar. Pero tienes que creer que importas tú, nosotros. Vales porque tu vida vale, y mucho.
Escribo esto porque ante el odio y la ofensa de Vargas Llosa, hay que responder con coraje, verdad.
Nos dicen que tengamos miedo, nos dicen que todo anda bonito, que estamos en buen camino y que nada se puede mejorar. Mira a tu alrededor. Todos aquellos que no creemos que todo está bonito podemos impactar el mundo si unimos esfuerzos. Sin importar como lucimos, como hablamos o vestimos, donde vivimos o de que trabajamos.
Mira bien, porque vivimos tiempos muy especiales de cambios en el mundo. Mira bien quienes están destruyendo el planeta, con su avaricia, su egoísmo, sus mentiras y falsos progresos. Pon atención. Estos son tiempos de extrañas enfermedades. Pero no hay virus más dañino que los de la apatía, del odio, del egoísmo. Esos te matan y ni te das cuenta, crees que sigues vivo.
Cuando seas conciente de todo esto, cuando ya no tengas miedo a aceptarte y al resto, cuando no tengas temor a que te juzguen ni juzguen a otros, cuando dejes el conformismo y la individualidad, cuando sepas que la injusticia se puede terminar, cuando sepas que otro mundo mejor es posible, serás libre.
Precisamente esa es la verdadera libertad, es algo que necesitamos todos. Es algo que quiero que sepas se puede lograr. Es algo que igualmente le deseo a Mario Vargas Llosa, incluso.
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