FRENTE A LA SEGUNDA VUELTA
Son tiempos oscuros los que acompañan al centenario del maestro José Maria Arguedas. Y la segunda vuelta electoral será justo en el segundo aniversario de los lamentables sucesos de Bagua, donde la terca negativa al dialogo del poder perdió –vidas mediante- una nueva oportunidad de subsanar una larga ansia de los pueblos indígenas y originarios: ser escuchados con dignidad y respeto a sus derechos.
Ese desencuentro se inició desde el primer día de la conquista, donde el racismo se afinco en tierras del Perú.
Luego del fracaso de la derecha y del gobierno de turno de sacar buenos resultados electorales en la primera vuelta, parte de esta se ha refugiado en apoyar a una candidatura abyecta, que se sostiene artificialmente por la manipulación de la prensa, maniobras ilegales, cierto apoyo popular clientelista, y el racismo de las clases mas pudientes.
Para ello usan la más descarada desinformación y minimizan los reales atropellos y crímenes de la dictadura. Mientras piden que el candidato popular, que representa al subordinado, sea poco menos que un santo. Que sea impecable. Sin darse cuenta que van consiguiendo lo que piden.
Porque a tanta infamia hasta sectores antes opuestos al candidato popular han visto el peligro y defienden, también, la democracia, y un futuro digno para los peruanos.
Camino que de ningún modo recala en el retorno de la dictadura. Ni la instauración de un orden dinástico, justo en tiempos en que la primavera árabe va en sentido contrario. Los peruanos nu buscan un inca. Y mucho menos deben optar por una dinastia japonesa.
A estas alturas no es mucho lo que podemos anadir a las certeras y variadas critidas de los sectores mas lucidos enfrentando una creciente alienacion colectiva. Pero invocamos a la gente pensante, con sentido de decencia y justicia, sin importar su tendencia política, votar por un futuro digno para el Perú.
Invocamos a los sectores democráticos de izquierda y centro derecha, a los votantes independientes de los partidos tradicionales, a los movimientos regionales, a las amas de casa, al trabajador modesto, a los oficinistas, a pequeños y medianos empresarios, a los cantantes populares que expresan el puro sentimiento del ciudadanos del llano, votar por un horizonte social y político con posibilidades para todos, con negociación y dialogo entre los dispares sectores del país buscando la mejoria de la poblacion.
Para que la ilusion del progreso y la estabilidad dejen de ser palabras huecas, que pierden sentido a la hora de pagar la cuenta y las altas tasas de interes, en un pais cabalgantemente ajenizado. Como al inicio de la conquista.
Votar con el corazón y con un sentido de humanidad, para no condenar al prójimo, que puede ser un pariente o un querido vecino nuevamente a un futuro incierto o acaso inexistente.
Votar por nosotros, noqayku. Que ellos son el verdadero otro.
Sus varias chiririnkas zumban en el ambiente.
Por eso votar en contra de lo que no se quiere. Esperando que el voto por el candidato Ollanta Humala abra caminos mejores para el país.
Son tiempos oscuros los que acompañan al centenario del maestro José Maria Arguedas. Y la segunda vuelta electoral será justo en el segundo aniversario de los lamentables sucesos de Bagua, donde la terca negativa al dialogo del poder perdió –vidas mediante- una nueva oportunidad de subsanar una larga ansia de los pueblos indígenas y originarios: ser escuchados con dignidad y respeto a sus derechos.
Ese desencuentro se inició desde el primer día de la conquista, donde el racismo se afinco en tierras del Perú.
Luego del fracaso de la derecha y del gobierno de turno de sacar buenos resultados electorales en la primera vuelta, parte de esta se ha refugiado en apoyar a una candidatura abyecta, que se sostiene artificialmente por la manipulación de la prensa, maniobras ilegales, cierto apoyo popular clientelista, y el racismo de las clases mas pudientes.
Para ello usan la más descarada desinformación y minimizan los reales atropellos y crímenes de la dictadura. Mientras piden que el candidato popular, que representa al subordinado, sea poco menos que un santo. Que sea impecable. Sin darse cuenta que van consiguiendo lo que piden.
Porque a tanta infamia hasta sectores antes opuestos al candidato popular han visto el peligro y defienden, también, la democracia, y un futuro digno para los peruanos.
Camino que de ningún modo recala en el retorno de la dictadura. Ni la instauración de un orden dinástico, justo en tiempos en que la primavera árabe va en sentido contrario. Los peruanos nu buscan un inca. Y mucho menos deben optar por una dinastia japonesa.
A estas alturas no es mucho lo que podemos anadir a las certeras y variadas critidas de los sectores mas lucidos enfrentando una creciente alienacion colectiva. Pero invocamos a la gente pensante, con sentido de decencia y justicia, sin importar su tendencia política, votar por un futuro digno para el Perú.
Invocamos a los sectores democráticos de izquierda y centro derecha, a los votantes independientes de los partidos tradicionales, a los movimientos regionales, a las amas de casa, al trabajador modesto, a los oficinistas, a pequeños y medianos empresarios, a los cantantes populares que expresan el puro sentimiento del ciudadanos del llano, votar por un horizonte social y político con posibilidades para todos, con negociación y dialogo entre los dispares sectores del país buscando la mejoria de la poblacion.
Para que la ilusion del progreso y la estabilidad dejen de ser palabras huecas, que pierden sentido a la hora de pagar la cuenta y las altas tasas de interes, en un pais cabalgantemente ajenizado. Como al inicio de la conquista.
Votar con el corazón y con un sentido de humanidad, para no condenar al prójimo, que puede ser un pariente o un querido vecino nuevamente a un futuro incierto o acaso inexistente.
Votar por nosotros, noqayku. Que ellos son el verdadero otro.
Sus varias chiririnkas zumban en el ambiente.
Por eso votar en contra de lo que no se quiere. Esperando que el voto por el candidato Ollanta Humala abra caminos mejores para el país.
me grada mucho tu articulo; las mismas esperanzas que comparto.
ResponderEliminarun abrazo huallki
alex