Viernes, dia grande. Tocará Daniel Kirwayo. Voy temprano y recalo en el parque al final de 28 de Julio. Todo enrejado. Unica forma que flores y árboles crezcan libres de la manía de arrancarle hojas y tallo a cuanto vegetal encuentran los Atilas urbanos. Niebla que cala en el alma no admite competencia. Atrás los tiempos de parejas detrás del museo italiano, de unos arbustos, a la mitad de una banca, en cualquier trozo de grama, alimentando el deseo hasta límites obsenos y fustrantes, mucho antes que aparecieran por todo lado hotelitos mataderos. Donde se oye un contrapunto de gemidos y el grito de algún cabrón ‘chico, una cerveza’. Tras varios alcaldes jardineros, hay kioscos de picarones y artesanías donde antes era tierra apisonada, periódicos viejos, bolsas de plástico y arbustos creciendo en una costra de polvo seco. Me llama un huayno en quenacho y salgo disparado del micro que ha tomado la cuarta parte de un vuelo a Newark para llegar al centro. Ensaya un g...
Poéticas indígenas y originarias.