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3 Poemas de Carolina O. Fernandez, selección breve

 Carolina O. Fernandez ha tenido la amabilidad de compartir una selection de poemas de  su reciente Bordando quilas (2023)  y Rumikuna del mar (2021). Sulpay




 

Vía Láctea

 

No sé si alguna vez leerás estas quilcas

En el vendaval que las alberga

ellas siguen la banda sonora de la Vía Láctea

 

Escribo en la lengua que se impuso

preñada de las galanías propias de la lengua de mi madre

melodía en rumi viva de las bellas Cahuillaca y Chaupiñamca

melodía fina como dirían el Inca Garcilaso y Gamaliel

 

En piedra viva se escribe lo inconmensurable

para renombrar lo impuesto a las magnolias

 

 

 

 

 

 

 

Soqta

 

 

Dices bien Hannah A.

El oro

carece de importancia

comparado con los monstruos de hierro

el carbón de fuego

el aire violeta del tabaco

la morfina

el coltán del corazón africano

o la metálica avestruz

 

Por cada centésima de onza en flamante muñeca

una tonelada de molles y hercampuris destruida

junto a niñas vizcachas

sagaces panteras y pájaros de fuego

 

Para algunos tiene efecto de conciencia

en aquello que llaman amor

El amor se subasta esta mañana

 

Pero ¿el amor se mide y se pesa

como se miden y pesan los quilates?

 

En mi pueblo cada ser se nutre bajo tierra

del lenguaje uterino

al emerger las cabezas / el agua empieza

a brotar como una fuente

Y así nace el amor

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Chunka hukniyuq

 

Al salir de casa

emprendo el viaje al bosque

de algarrobos consternados

 

En el camino encuentro al mismo yo

con la mirada abstraída

En la rotonda esperan geranios y amapolas

 

Los tulipanes cuentan sus pesadillas a las vecinas

desfallecen en el campo ferial

Los buitres incendian la hierba de los montes

privatizan el respiro y clavan uñas corroídas

en recónditas piedras preciosas

que se arrancan entre ellos

 

Como bien maullaba mi gato Borges

y las warmikuna de mi pueblo

 

el tiempo es como el viento

siempre vuelve y nunca es el mismo

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

sin aceptar con resignación

ni rencor

el despotismo patronal

ni tecnológico

en la fábrica de metales

la refinería de petróleo

o el frenesí del antiaging

 

siento el ovillar de las olas

el Sueño de amor de Franz Liszt

la mirada del perro andaluz

el silencio apabullante de John Cage

la melancolía de María Emilia Cornejo

la sensibilidad de Nina Simone

no hay rabia en estos ojos

 

siento el torrente

que hiende mis entrañas

continuamos

hilando

bregando

bailando

tejiendo

bordando

quilcas

 

seguimos

los acordes

de la Vía Láctea

nos nutrimos de khuyay

el odio no entra en esta casa

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

XIX

 

Y sin embargo, los muertos no son, no pueden ser

cadáveres de una vida que todavía no han vivido.

Ellos murieron siempre de vida.

César Vallejo

 

 

La vanidad de los hombres (y mujeres) de Estado

cuelga en los calendarios de época

En su diario discurrir nombran siempre a Dios

 

Sonríen en su nombre

disparan en su nombre

            legislan en su nombre

                        se peinan en su nombre

                                    se visten en su nombre

            violan en su nombre

                        acumulan en su nombre

                                    devoran en su nombre

            explotan en su nombre

                        educan y roban en su nombre

                                    dicen amar en su nombre

 

Vuelvo a Wisława:

Los hombres de Estado tienen que sonreír

Su sonrisa indica que mantienen el ánimo de lucha

 

Con sabor a impureza

sin poder servir ya nada

millares de claveles ofrecen alfajores

en la contienda ferroviaria

Bellas danzantes encienden las calles

y parques de mi barrio

dicen a Dios que no le temen ya no dan la vida por él

Nadie acumulará cuentas con nuestra sangre

Nadie apilará capital con los fluidos y nervios del lenguaje

 

Lxs muchachxs se preguntan ¡qué hacer!

¡Qué hacer con la gatita”!

¡Qué hacer con el aguajal de nuestros ojos!

Urpay Huachac sorprende al multiplicar los peces

Chaupiñamca celebra el despertar concupiscente del lenguaje

 

Se energiza la imaginación del bosque en plenitud

Desde la cima de mi árbol predilecto siento alejarse el verano

Ladra Laika con inquieto entendimiento

escucha el canto que viene de las rocas

Tinpuqa wayrahinam / sapa Kutim muyumun / ichaqa manam paypuniñachu

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 




 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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