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10: Valicha (14 canciones del Embajador de Quiquijana).Fredy Amílcar Roncalla Fernández

10: Valicha[1]
©Fredy Amílcar Roncalla Fernández
© Fredy Roncalla
 
Esta canción, signada como Sono Radio 10120 y grabada en 1964, con Chofercito de mala suerte, comparte con Helme su inserción en la tradición literaria oral, escrita y musical,  esta vez del Cusco.
Mismo Rashomón, las versiones varían de acuerdo a quién y cómo se cuenta, sobre todo si aparecen en superficiales páginas dedicadas el turismo. La historia se basa en un amor trunco entre la joven monolingüe quechua hablante, Valeriana Huillca Condori (Valicha) y el joven profesor de música Miguel Ángel Hurtado, descendiente de terratenientes locales de Acopía, Cusco. La bellísima Valeriana era hija de la empleada en casa en los Hurtado, y aparentemente tuvo una relación breve con Miguel Ángel, antes que sus padres, acaso por el inmenso abismo social entre ellos, la separan y enviaran al Cusco. Por su parte Miguel Ángel siguió sus estudios en Lima, fue profesor de música y llegó a ser jurado en concursos y eventos musicales, junto a José María Arguedas.
En uno de sus retornos a Acopía, junto a su hermano Evencio y otros músicos crean la melodía que llaman Tusuy con letra en castellano, evocando aquella hermosa joven. Si,  como veremos en un momento,  Tusuy devino en Valicha, no está demás señalar que también alimentó a toda una fauna de caníbales “incas” que difundieron sus mesclas de new age y música “tradicional”, dirigidos hasta el hastío a la mirada eurocéntrica. Pero mejor volver a la letra original en castellano[2], tal como se registra en la página Facebook de Runa llaqta yachachiy:
 
Cholita flor de la sierra / jilguero andino / lozana hermana / entre las pajas bravas / y valles andinos / qué estarás haciendo / seguro que estás cantando / las memorias nuestras / de nuestro dulce amor / entre las pajas bravas / y valles verdes / cholita hermana / si tú supieras lo que hago / sufriendo y llorando / por nuestras querencias / con esta amarga suerte / que del llanto y goce / se saca la vida...”
 
En otro retorno, Miguel Ángel se entera que Valeriana está en el Cusco y hace que sus padres, usando su poder de mistis, la traigan de vuelta a Acopía, pero ella se escapa con “Ciscucha” Francisco Hancco, alguien de su misma extracción social, con el cual tiene siete hijos. Al rechazar a un misti y optar por Ciscucha la joven Valeriana mantiene lealtad a sus raíces quechuas e indígenas no solo entonces sino toda su vida, como se verá más adelante.
Entonces, curiosamente, el desengaño amoroso de Miguel Ángel, es expresado no por él sino por su hermano Evencio, quien compone las letras en quechua de Valicha en base a la melodía de Tusuy, y gana un concurso en 1945. 
Tras la extraña triangulación que generan Tusuy y Valicha, se inicia una polémica aun no resuelta en torno a si la versión quechua, que ubica en la joven en las chicherías y cuarteles del Cusco, es insultante e incluso racista. Antes de limitar la canción al racismo, optamos por la opinión de Hugo Carrillo que dice se trata de una canción de desengaño de un misti   rechazado; cosa que en su momento rompería   expectativas de sumisión socio sexual que él y su hermano acaso mantenían paralelas a la fijación romántica por la joven. Por su parte, Issac Soto Gamarra opina que si juzgamos la obra artística desde “moral” no iríamos muy lejos en apreciar a la persona de la Sra. Valeriana Huillca Condori, cuya vida dentro de la comunidad fue plena y frutífera. 
Desde la aparición de Valicha en 1945, pasaron varias décadas hasta que, a inicios de los años 70, la señora Valeriana fuera reconocida gracias a la política cultural de mirada al Perú profundo del gobierno de Juan Velazco Alvarado que le organizó un homenaje en Lima, al cual no fue porque era monolingüe quechua y tenía miedo a la capital, según dice el escritor y dramaturgo Walter Ventosilla, que ha trabajado un guión sobre ella.
Mas tarde, respondiendo a la reiterada pregunta si Valicha podría ser racista, Walter Ventosilla añade lo siguiente vía messenger:
 
“La segunda versión, la del hermano Evencio Hurtado, la que se conoce hoy, no creo que lo sea. La primera tampoco, la de Miguel Ángel Hurtado, que es más lírica. Describe el día a día de Valeriana, es decir mientras trabajaba en las chicherías, si mal no recuerdo. Al contrario, ella se hacía respetar. Eso me comentó una de sus bisnietas en Cusco. El término ‘lisa’ antiguamente hacía referencia a tener coraje, hacerse respetar. Ser liso o lisa era mostrar carácter para no dejarse pisar. Lo que pasa es que con el tiempo derivó en ‘malcriada’ o ‘malcriado’. Y la RAE menciona entre otras acepciones: desvergonzado, atrevido, insolente, respondón. Por eso mismo alguien que no se deja pisar, maltratar, ofender y Valeriana era así desde niña”.[3]
 
También, fue muy activa en su comunidad, asistiendo en comitivas, como embajadorade Acopia, a diversos eventos y gestiones en el Cusco a los cuales acudía vestida elegantemente al modo de su pueblo.  Su belleza no fue solo externa.
En cuanto a la canción, que siguió su curso de las márgenes de las chicherías al ser himno nacional del Cusco, el conocido compositor y conocedor de música popular peruana Manuel Acosta Ojeda, en un blog que lleva su nombre expresa los siguiente en “Valicha el (otro) himno del Cusco”:
 
“En un muy importante diario capitalino la frase ‘Valicha lisa pasñawan’ fue traducida como ‘chola puta’, lo que no es cierto. Su interpretación sería coqueta, atrevida…Es extraño que la letra pertenezca a su hermano, pues el desolado enamorado era Miguel…Aquí en Lima la obra se conoció recién a fines de la década de 1950, por don Efraín Cuba, cuyo nombre artístico era el Embajador de Quiquijana; en su momento fe el más famoso de los cantantes... Tenemos que resaltar que ese huayno lo presentaba con el título de Huaraca tusuy y lo cantaba bailando con una huaraca de colores sobre su cabeza. No tuvo mucha acogida porque lo cantaba de corrido, sin las pausas actuales, que lo hacen tan hermoso para el oído y la danza…A Efraín se le atribuyó por años la autoría de Valicha, pero o fue el único. También a Policarpo Caballero y a Demetrio Gutiérrez (Quien escribió la partitura)”[4]
 
Don Manuel, que trata con respeto y reconocimiento a don Efraín Cuba,  también cuenta que siendo ya gobernador de Acopia en 1953 Miguel Ángel murió en un accidente ecuestre luego de una fiesta de agasajo: en su ley. La Sra. Valeriana Huillca dejaría este mundo en 2014, 61 años después, también en su ley.
Aquí convienen unas observaciones puntuales sobre el tránsito de las estéticas marginales al gusto oficial:
 
·      Discrepamos con el maestro Acosta Ojeda en lo que concierne al valor estético del cantar sin pausas, ya que esto es la modalidad indígena -diferente al huayno mestizo- que al final popularizó la canción y abrió paso a sus versiones posteriores; 
·      Si la modalidad mestiza se caracteriza por los adornos o tránsitos, la indígena se caracteriza por  varias acentuaciones en la curva melódica al interior del “verso” y varias vocales alargadas que le dan su miski caracteristico.
·      De acuerdo a Ulises Juan Zevallos, Efraín Cuba es de la misma extracción étnica que Miguel Ángel Hurtado, pero optó por la estética musical indígena;
·      Según Walter Ventosilla el Embajador fue un visionario: ‘(en televisión) incluso usaba una huaraca de colores para mover los brazos. Esos pasos sirvieron para que ya a fines de los 70 se creara la primera coreografía (Tusuy) para una presentación en el Teatro Segura en homenaje a Valeriana Huillca Condori’.
 
Pasemos entonces a la versión del Embajador de Quiquijana:
 
1
Valicha lisa pasñawan niñacháy deveras
maypiña tupanki 
Valicha lisa pasñawan niñacháy deveras
maypiña tupanki
 
2
Qosqo uraytañaman niñacháy deveras
aqtata suwashian
Qosqo uraytañaman niñacháy deveras
maqtata suwashian
 
3
Qosqoman chayaruspari niñacháy deveras
imata ruqanqa 
Qosqoman chayarupari niñacháy deveras
imata ruwanqa
 
4
Aqa wasikunapi niñacháy deveras
sarata kutanqa
aqa wasikunapi niñacháy deveras
sarata kutanqa
 
5
No solo chayllataraqchu niñacháy deveras
Valicha ruwanqa 
no solo chayllataraqchu niñacháy deveras
Valicha ruwanqa
 
 
6
Cuartel punkukunapi niñacháy deveras
(llipinta) mallinqa
cuartel punkukunapi niñacháy deveras
sonquta suwanqa
 
Intermedio musical con parlamentos. 
 
7
Qosqoman chayaruspari niñacháy deveras
imata ruwanqa 
Qosqoman chayaruspari niñacháy deveras
imata ruwanqa 
 
8
Aqa wasikunapi niñacháy deveras
sarata kutanqa
aqa wasikunapi niñacháy deveras
sarata kutanqa
 
9
Chaykunallataraqchu niñacháy de veras
Valicha ruwanqa
chaykunallataraqchu niñacháy de veras
Valicha ruwanqa
 
10
Cuartel punkukunapi niñacháy deveras
llipinta mallinqa
cuartel punkukunapi niñacháy deveras 
sunquta suwanqa
 
En esta versión ‘niñacháy deveras’   acentuada atípicamente como palabra aguda en la segunda ‘a’[5], se repite 20 veces en diez estrofas. Es un apelativo donde el sujeto califica a la digna joven (lisa pasña) Valicha como su verdadera niña o ser querido, pero en la primera estrofa pregunta a alguien no especificado al llegar a qué lugar se ha encontrado con ella, nombrándola como un actor remoto, en tercera persona. Esta suerte de fragmentación emotiva se mantiene en todas las siguientes estrofas. En la segunda estrofa se sostiene que el ser querido ya dirigiéndose a las partes bajas[6] o marginales del Cusco, está robando jóvenes. En la tercera pregunta qué hará la joven amada al llegar al Cusco. En la cuarta responde que molerá maíz en las chicherías. En la quinta dice que no solo hará eso, usando una forma adverbial es español y su correspondiente quechua, en una combinación de ocho sílabas, que sin embargo calan en el patrón melódico general. Para declarar en la sexta que en la puerta de los cuarteles probará (mallinqa) a todos y reiterar que robará corazones. Luego del intermedio musical se repiten los segmentos referentes a la llegada al Cusco, el trabajo en las chicherías, y el hurto de corazones en los cuarteles. 
A decir verdad, y escuchada varias veces, resulta chocante la alternancia llipintas mallinqa (probará) a todos / sonqota suwanqa (robará corazones) en la puerta de los cuarteles. Esto validaría la acepción de Valicha como un huayno insultante e incluso racista. En varias otras versiones sonqota suwanqa (robará corazones) se repite dos veces, y no se ve a Valicha probando a todos en los cuarteles. Por lo cual pensamos que malliy, ha sido añadido por inercia retórica como alternancia complementaria de suway: la belleza de Valicha es la que roba corazones. 
Entonces vayan algunas observaciones acerca de chicherías, cuarteles y espacios acústicos marginales.
En el interesante artículo ‘Invernaderos de cultura’: apuntes sobre la historia de las chicherías cusqueñas, publicado por Walter Flores Jiménez, en el blog de la CCHI[7], se hace un detallado recuento histórico de las chicherías, y luego picanterías, desde el origen incaico del consumo de chicha hasta la inserción de estos locales marginales al inicio de la colonia, donde su importancia histórico política es creciente. Tras recordar que el Maestro Uriel García había llamado a las chicherías “cavernas” de la nacionalidad, cita a Víctor Navarro del Águila: “La chichería y la picantería permiten estudiar temáticas en torno a la ‘comida y bebidas populares, las canciones y los bailes populares, los dichos, proverbios, insultos, galanterías populares; el mensaje doméstico, la vivienda, los trajes y los adornos, los instrumentos musicales populares”[8]  Walter Flores también indica que en 2014 las chicherías y picanterías cusqueña y piuranas fueron declaradas patrimonio cultural de la nación, y que  en su mayoría las propietarias eran mujeres como es el caso de doña Felipa, dueña y protagonista de la rebelión de las chicheras en los Ríos profundos de José María ArguedasJunto a la opinión de estos estudiosos, no hay que olvidar que, como zona lingüística y simbólica de alta densidad, las chicherías fueron lugares preminentemente quechuas o de contacto lingüístico con el español. Lo cual se ve reflejado en el cancionero popular.
Volviendo al tema, José Carlos Olazábal opina: “Veo a una mujer decidida que va sola al Cusco para sobrevivir muele jora y “roba” el corazón a los soldaditos. No le veo racismo por quién describe, que es alguien de su misma condición”[9]. Ahora bien, respondiendo a tema de los cuarteles, Isaac Soto Gamarra cuenta que los soldados de los cuarteles provenían de las mismas comunidades que las trabajadoras, por lo que es natural que se juntaran en sus tiempos libres, del mismo modo como, desde hace décadas, han funcionado, desarrollando sus dinámicas afectivas y sexuales con total independencia, los clubes provincianos en los grandes centros urbanos. Lo cual es decir que la Sra. Valeriana al rechazar a Miguel Ángel Hurtado, juntarse con “Ciscucha” Francisco Hancco, no viajar a Lima incluso para un homenaje, y vivir toda su vida en Acopía, donde desarrolló una consistente labor social, fue radicalmente leal consigo misma y su cultura, siendo marginal sólo desde las miradas oficiales, que no pueden ver el mundo sino en términos de jerarquía y exclusión.
Volviendo a doña Felipa y su chichería en Huanupata: ahí se tocan huaynos de diversos lugares que el niño Ernesto escucha. Lo mismo sucedió con Valicha, que sonaba en chicherías / picanterías como Siki tacana, Ch’achumotor, Munuchayuq, Roqoto maldito, Ch’uqucha, Universitaria, La analfabeta, Pabellón CH. Lata ñawi, Chinkana y la Wali, donde también se escucharían versiones por el Cuarteto Cusco Criollo y los Hermanos Cárdenas que incluyen estrofas más románticas, pastoriles y acarameladas en español -como “hermosa flor de la sierra’ en vez de “Valicha lisa pasñawan”- que acaso “domestican” un poco su derrotero en cuarteles y chicherías.
Si tras un largo proceso que va desde cuando el Embajador de Quiquijana puso el wiñapo[10] cantando la letra “de corrido” al estilo llaqta, a uno acorde al huayno señorial e incluso a la balada en versiones recientes como las de William Luna, Juan Diego Flores, y Sylvia Falcón -que acaba de cantarla en el Terrace Theater-Kennedy Arts Center de Washington DC[11]-, la melodía también parece haberse independizado en cantidad de adaptaciones y pasado de chicherías, coliseos y fiestas a: 
 
·      Peñas (Hatuchay, Saycope, etc.) frecuentadas por sectores de clase media ilustrada, mayormente de izquierda, turistas y acaso bricheros cazadores de gringas.
·      Teatros y salones de concierto (Derrama Magisterial, Gran Teatro Nacional) 
·      Cafés donde se practica música tradicional de culto (Jazz Zone)
·      Fondo musical de restaurantes de turistas (Wallpa Waqay, Brisas del Titicaca)
·      Escenarios de culto en el extranjero: Europa, Estados Unidos y recientemente Asia.
·      Integrándose al repertorio de música andina latinoamericana, que fue producto de consumo “espiritual” del norte global.
 
Largo  el camino que va desde las primeras presentaciones de Valicha por el Embajador de Quiquijana a la Embajada Peruana y el Ministerio de Relaciones exteriores presentando a la querida Sylvia Falcón, quien lleva la posta de Yma Sumaq. Ese tránsito de la periferia cultural y social, que convierte a Valicha en huayno representativo del Cusco y el Perú, también lo han hecho frente a sus respectivas hegemonías musicales internas milonga, tango, perico ripiado, rumba e incluso el árabe flamenco. Pero tanto el Embajador de Quiquijana como la Sra. Valeriana Huillca mantendrían su mismidad radical. 
 
Lisapuni chay pasñaqa kasqa 
 

[1] Ver: https://youtu.be/W4o-gaovLzs?si=PE4tLwFEuZPYUF4Y
[2] https://www.facebook.com/100066955307666/posts/168472620488263/
[3] Walter Ventosilla, comunicación vía messenger, 11 de julio, 2024.
[4] Manuel Acosta Ojeda: Valicha, el (otro) himno del Cusco. Maniuel Acosta Ojeda Blogspot, 29 de junio, 2012. https://manuel-acosta-ojeda.blogspot.com/2012/06/?m=1&fbclid=IwY2xjawEtvH9leHRuA2FlbQIxMAABHS8ZtaQW-CAm355G0CbsYsd-e34iF89GURFQlcOQwCeixY8udEoVDEKKtA_aem_SVu4MomRQmQtrvC7jt2rWg
 
[5] Salvo raras excepciones las palabras quechuas son graves, por lo cual no se marcan con tilde. Aquí la acentuación en la última sílaba marca un momento crucial en la curva melódica. Llama la atención que la conocida canción del compositor William Luna, Niñacháy esté acentuada como aguda.
[6] Recordar que la división espacial hanan (arriba) y uray (abajo) son más referencias socio políticas que geográficas, como en Hanan Cusco y Urin Cusco: linajes de poder paralelo.
[7] Ver: https://enfoquescusco.wordpress.com/2018/12/11/invernaderos-de-cultura-apuntes-sobre-la-historia-de-las-chicherias-cusquenas/
[8] Víctor Navarro del Águila: Contribución al estudio de la picantería cusqueña. Boletín de la Sociedad Científica del Cusco. 1949
[9] Comunicación vía messenger, 14 de julio, 2024.
[10] Wiñapo= gérmen.
[11] Embassy of Perú in the USA organizó un concierto de música lírica Andina titulada “Gala de Música Peruana con la Diva Andina Sylvia Falcón” en el Terrace Theater-Kennedy Center…Sylvia Falcón deslumbró al público con danzas folclóricas peruanas icónicas como “Vírgenes del Sol”, “El Picaflor” y “Carnaval de Arequipa”. Además, honró nuestra herencia al interpretar clásicos en quechua como “El Cóndor Pasa” y “Valicha”. Nota del Facebook, Julio 23, 2024.
 


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