9: Helme[1]
©Fredy Amílcar Roncalla Fernández
© Fredy Roncalla
Junto a Adiós pueblo de Ayacucho, Helme es una de las canciones más representativas de Huamanga. Ambas se basan en sendas tradiciones del siglo XIX y como tal, a decir de Rina Lilibet Felices Morales[2], se expresan intertextualmente en memorias, poesía, teatro y canciones, cada una con su propia versión de un tema generatriz. En líneas generales, Rina nos cuenta que se trata de un triángulo de amor entre el casi Huámbar “joven bohemio, guitarrista y versista” Hermenegildo Santa Cruz (Helme), la joven de dieciocho años Rosa Abregú Calle, y el platero Jesús Santos Flores de cuarenta años. También figura personaje secundario apodado “el Crespo”, amigo de Santos. Aparentemente Helme y Rosa ya tenían una relación amorosa, pero a ella la casaron con el platero por arreglo con sus padres. Por cuestiones de negocio Santos solía ausentarse por largos periodos, cosa que era aprovechada por Helme y Rosa para estar juntos. Como en todo “pueblo chico infierno grande” no tardaron los rumores, especialmente de parte de Crespo, que al parecer chantajeó a Rosa para acceder a ella, de lo contrario le contaría al platero. Como esta no aceptó, Crespo corrió con el chisme, tras lo cual Santos – en un libreto archiconocido de triángulos amorosos- fingió estar de viaje para regresar de improviso, y encontrarlos infraganti. Entonces Rosa trata de despertar a Helme que duerme mientras Santos entra, golpea a Rosa, la obliga a traer un cuclillo de la cocina, saca el corazón de Helme, lo corta a pedacitos, obliga a Rosa a comérselo y luego la mata. La historia finaliza con diversas variantes, entre ellas el enloquecimiento de Santos yla constante alucinación de ver sus manos manchadas para lavárselas repetidamente en las piletas de Huamanga e incluso ser beato en el convento de Ocopa. Las versiones varían de acuerdo a cuanto de su fascinación por lo macabro quiera ponerle el narrador del momento. Teatralizada, es posible que esta tradición esté en los orígenes del cine regional de horror en torno al qarqacha (animal producto del incesto), uma (cabeza voladora), y fantasmas que abunda en Huamanga, Huancayo y otras regiones andinas.
Como canción anónima Helme parece haber circulado desde finales del siglo XIX. En ésta se van visualizando escenas parciales de la trama que serán completadas por el oyente que ya conoce la historia. No es un detalle cualquiera que aquí la tradición permite un relato no lineal, de collage, mucho antes que el boom[3].
Para efectos comparativos se reproduce una versión basada en la transcripción de Hugo Carillo en su Takiynichis[4]:
1
Hawan callipis allqulla awllachkan
hawan callipis allqulla awllachkan
correyá warmachay qawaykamunki
correyá warmachay rikuykamunki
2
Ichari mamallay ichari yanallay
ichari mamallay ichari yanallay
rondalla kaqtinqa kanraqmi remedio
yanallay kaptinqa ya no hay remedio
3
Chisi tutalla musquychallaypi
chisi tutalla sueñochallaypi
yawar mayullañas apallawachkasqa
yawar quchallañas apallawachkasqa
4
Suyaykullaway kuyasqay yanallay
suyaykullaway kuyasqay Santusllay
fustanchallaytaraq watakuykusaq
zapatuchaytaraq churakuykusaq
5
Rikchariy Helme puñunkiraqchu
hatariy Helme puñunkiraqchu
wañuy puñuychu hapillasunki
wañuy puñuychu chayallasunki
6
Rikchariy Helme puñunkiraqchu
hatariy Helme puñunkiraqchu
wañuy puñuychu hapillasunki
wañuy puñuychu chayallasunki
En la primera estrofa Rosa escucha que en Hawan calle (calle de arriba) están aullando perros, y pide que una indefinida criatura suya vaya y se fije; en la segunda estrofa dice que si es su madre si hay remedio, y si es su ‘yana’ o pareja ya no hay remedio; en la tercera estrofa cuenta que la noche anterior soñó que la estaban arrastrando un rio y una laguna de sangre; en la cuarta estrofa se dirige a su yana amado, Santos, pidiéndole que la espere mientras se amarra el fustáncito, y se pone los zapatitos; en la quinta estrofa insta a Helme que despierte, increpándole estar durmiendo aun, volviendo a pedir que se levante de su sueño y le pregunta si le ha llegado o cogido un sueño mortal.
Otras versiones añaden estrofas en las que Rosa acusa a Crespo de maledicencia, dice que Helme es inocente, y pide a Santos que no lo mate porque ella moriría y se iría. También, como fuga se suele añadir el estribillo:
Riqchariy Helme (despierta Helme)
hataqiy Helme (levántate Helme)
Abundan las versiones. A la de Juanita del Rosal en los ochenta, se le puede añadir entregas de Julia Illánez, Nancy Manchego, las hermanas Ascarza y el Trio Ayacucho. Por su parte, a partir de la melodía de la canción tradicional, el Dr. Raúl García Zárate adaptó la tradición a una pieza musical en tres movimientos conmovedores.
Sin que ello explique completamente la fascinación por la “tragedia” de Helme, cuya verisimilitud disminuye a medida que aumenta el atractivo sublime de la abyección[5], cabe mencionar algunos aspectos de la cultura que contribuyen al dramatismo:
· Se trata de un feminicidio desencadenado por el matrimonio forzado de Rosa con Santos.
· El aullido nocturno de los perros es señal de muerte.
· Frente a ello la posibilidad de quien se acerca se divide en la madre y el yana de Rosa.
· Yana se refiere a Santos como esposo o ser querido, siendo parte de un complejo simbólico más amplio que incluye el color negro, yanaconas y yanantin.
· Es sintomático que, a lo largo de los eventos, al referirse al Santos, Rosa usa yana con los sufijos -lla- y -y- que indican pertenencia afectiva.
· Esa afectividad no desaparece ni cuando Santos está agrediendo al amante, por lo que – contrario a la acepción positiva reciente de yana en yanantin- yana puede ser un término ambiguo[6].
· La noche anterior Rosa ha soñado ser arrastrada por un rio y un lago de sangre, símbolos presentes en otras canciones y cargados de la poética quechua[7].
· El sueño de muerte convierte a Helme en personaje central de la trama, que es narrada desde el punto de vista de una mujer que acaba de acostarse con él y ruega a su marido que no mate a ambos.
· Salvo “si hay remedio / ya no hay remedio” el relato se hace en quechua.
· Presentada como tragedia la historia revela – y acaso normaliza- un lacerante machismo feminicida, sobre todo el ande.
Dicho esto, aquí la versión del Embajador de Quiquijana cantando un clásico huamanguino al estilo del sur del Cusco que inicia con sonido de toque de puerta y el parlamento de instrucción, como en una serenata: Riqchariy Helme, warma munasqaykim punkuykipi sayachakani[8]:
1
Riqchariy Helme hatariy Helme
riqchariy Helme hatariy Helme
wañuy puñuychu hapillasunki
wañuy puñuychu hapillasunki
Coro de varias voces:
Riqchariy Helme hatariy Helme
riqchaiy Helme hatariy Helme
2
Hawan callepi allqocha (chaqwamun)
hawan callepi allqocha (chaqwamun)
corriyá warmachay qawarqamunki
corriyá warmachay qawarqamunki
Coro:
Riqchariy Helme hatariy Helme
riqchariy Helme hatariy Helme
3
Rondalla kaptinqa si hay remedio
rondalla kaptinqa si hay remedio
yanallay kaptinqa ya no hay remedio
yanallay kaptinqa ya no hay remedio
Coro:
Riqchariy Helme hatariy Helme
Riqchariy Helme hatariy Helme
Intermedio festivo con palmas y parlamentos celebratorios al parecer improvisados tales como Ahora! Hatariy ya Helme… niñacha, warma munasqayki punkuykipi chiri chiriwashian. Hatariy Helme[9]. ¡Ahora!
4
Chisi tutalla sueñochallaypi
chisi tutalla sueñochallaypi
yawar quchapi nadallachkasani
yawar quchapi nadallachkasani
Coro:
Riqchariy Helme hatariy Helme
riqchariy Helme hatariy Helme
5
Suyaykullaway suyachakullaway
suyaykullaway suyachaykullaway
sapatullaytaraq watachakuykusaq[10]
fustanchallaytaraq watachaykukusaq
Coro:
Riqchariy Helme hatariy Helme
riqchariy Helme hatariy Helme
La versión de Helme por el Embajador de Quiquijana es una parodia situada al otro extremo de la seriedad con que la tratan el Dr. García Zárate y las versiones mencionadas. Aquí los arreglos musicales son cusqueños y el parlamento inicial da la impresión que están dando serenata en la puerta. Luego abrevia la última estrofa ayacuchana como el coro “Riqchariy Helme, hatariy Helme”[11], acaso indicando que este acababa de darse un polvo del cual jamás despertaría, dejando a su amada Rosa en una situación completamente frágil. Los demás segmentos son variaciones en orden y contenido de la versión “original”
Salvo el Huaylas del 64, cantado conjuntamente con algunas voces femeninas y la segunda serie de coros de Chachaschay, esta la única vez en que el Embajador de Quiquijana intercala por cinco veces un coro entre las estrofas. La repetición y el tono más festivo que melancólico hace pensar que, en efecto, no está tomando en serio el dramatismo del tema, y hace de ello una parodia. Lo cual es decir que, si la tragedia feminicida del triángulo amoroso es realmente terrible para Rosa - que, desnuda aún, negocia los afectos en una situación imposible que viene desde el matrimonio arreglado, ríos de sangre en sueño premonitorio, un marido furioso y Helme que duerme en la más absoluta satisfacción- la forma y regodeo en que se cuenta la historia puede llegar a un histrionismo risible, sobre todo si se contrasta al modo en que la tradición pinta a Rosa como una angelical santa.
Vistas así las cosas se podría pensar al Helme del Embajador de Quiquijana como distanciación de varios motivos que en torno a la muerte, orfandad, desarraigo y triangulación amorosa se han asentado como cimientos de la poética del huayno, llevando a muchos a tratar de validarse apoyados en la “alegría” cuando en realidad en la performance del huayno y géneros afines funciona una especie de meta complementariedad: en la canción andina el deseado momento de “puro sentimiento”, similar a lo triste, se da también en momentos festivos, de mucha alegría, donde al mismo tiempo podemos cantar y bailar felices, con lágrimas en los ojos y sonrisa de oreja a oreja los temas más conmovedores, ama waqaspalla. Y sin olvidar las infinitas jaranas de rompe y raja con Wasi masillay de los Bohemios del Cusco, Queridos amigos de Flor Pucarina, Aguarosada de Picaflor de los Andes, Tu boda de Pastorita Huaracina, cuando canta feliz de la vida y con exquisita morbidez ‘cuando tú estés comiendo los manjares de tu boda / a mí me estarán comiendo los gusanos en mi tumba’. Además de las efemérides y celebraciones al maestro José María Arguedas donde el muchacho de poncho y charango del Carnaval de Tambobamba se ahoga ya en un rio de sangre, y en su espumosa semántica.
Vemos entonces que la referencialidad lírica es apenas uno de los elementos constitutivos de la música andina y que la manida percepción de que el huayno es triste pierde sentido en la forma como el Embajador de Quiquijana hizo sus arreglos. Y cómo en tiempos recientes, acompañado de Rufino Quispe y mandolina en mano, Sergio Miranda canta casi llorando con voz de cañazo, animando la fiesta en pollerías, mercados, cumpleaños, matrimonios, divorcios, y cargos hasta en en la punta del cerro[12].
[1] Ver: https://youtu.be/1EYD4K034Vg?si=z3YaK-DJAbQFIJkx
[2] Ver: “La narratividad e intertextualidad en la tradición ayacuchana ‘Helme’”. Rina Lilibet Felices Morales. Revista Educación Vol. 22, Núm. 23 (2024) UNSH.
[3] Entonces la pregunta es ¿podría entenderse la narratividad del huayno y géneros afines como una de collage? Y aun mas ¿Esta narratividad de collage habría empezado con las viñetas de Wamán Poma en la Nueva corónica? Responder a esto ayudaría a replantear la concepción paternalista de la narratividad “moderna” como más avanzada, como se vio en la errónea postura de Cortázar en su polémica con el tayta Arguedas. Ayudaría también en replantear nuestra enfermiza obsesión por lo “moderno” en las artes, sobre todo en tiempos de genocidio.
[4] Hugo Carrillo, obra citada.
[5] Nadie en su sano juicio puede pensar que en efecto Rosa trajo el cuchillo y se comió en picadillo el corazón del amante que dormía plácidamente luego de hacer el amor.
[6] Los estudios recientes sobre categorías andinas se centran en términos bien delimitados, pero han dejado de lado la ambigüedad, que es donde reside la poesía.
[7] Aparte del yawar mayu en Tukucha que ya se ha estudiado estarían Chisituta sueñoyniypi donde luego de soñar haber sido arrastrado por un rio de sangre el sujeto despierta y encuentra a sus padres llorando, para invocarles que no lo hagan. Y también Wasi masillay de los Bohemios del Cusco, donde toca la puerta del vecino para decirle que su madre ha muerto, algo que ya su sueño le había anunciado. El mundo onírico es de mucho cuidado.
[8] Despierta Helme yo, tu ser querido, estoy parado en tu puerta.
[9] Levántate pues Helme… niñita…la criatura que quieres en tu puerta me está haciendo frio.
[10] En contraste a este verso donde Rosa pide que la esperen mientras se amarra el zapatito, en Huámbar, luego de una pelea en la que se ha ido con un policía, Aledayda le dice a Huámbar “sapatutam ruwachikuchkani” (me estoy hacienda hacer cada noche), y luego ambos le dan una tanda al poetastro.
[11] Despierta Helme, levántate Helme.
[12] Ver: https://youtu.be/P5fTGtQDWLs?si=ZdV_C5SAEqZiOrOF
©Fredy Amílcar Roncalla Fernández
© Fredy Roncalla
Como canción anónima Helme parece haber circulado desde finales del siglo XIX. En ésta se van visualizando escenas parciales de la trama que serán completadas por el oyente que ya conoce la historia. No es un detalle cualquiera que aquí la tradición permite un relato no lineal, de collage, mucho antes que el boom[3].
Para efectos comparativos se reproduce una versión basada en la transcripción de Hugo Carillo en su Takiynichis[4]:
Hawan callipis allqulla awllachkan
hawan callipis allqulla awllachkan
correyá warmachay qawaykamunki
correyá warmachay rikuykamunki
Ichari mamallay ichari yanallay
ichari mamallay ichari yanallay
rondalla kaqtinqa kanraqmi remedio
yanallay kaptinqa ya no hay remedio
Chisi tutalla musquychallaypi
chisi tutalla sueñochallaypi
yawar mayullañas apallawachkasqa
yawar quchallañas apallawachkasqa
Suyaykullaway kuyasqay yanallay
suyaykullaway kuyasqay Santusllay
fustanchallaytaraq watakuykusaq
zapatuchaytaraq churakuykusaq
Rikchariy Helme puñunkiraqchu
hatariy Helme puñunkiraqchu
wañuy puñuychu hapillasunki
wañuy puñuychu chayallasunki
Rikchariy Helme puñunkiraqchu
hatariy Helme puñunkiraqchu
wañuy puñuychu hapillasunki
wañuy puñuychu chayallasunki
Otras versiones añaden estrofas en las que Rosa acusa a Crespo de maledicencia, dice que Helme es inocente, y pide a Santos que no lo mate porque ella moriría y se iría. También, como fuga se suele añadir el estribillo:
hataqiy Helme (levántate Helme)
Sin que ello explique completamente la fascinación por la “tragedia” de Helme, cuya verisimilitud disminuye a medida que aumenta el atractivo sublime de la abyección[5], cabe mencionar algunos aspectos de la cultura que contribuyen al dramatismo:
Riqchariy Helme hatariy Helme
riqchariy Helme hatariy Helme
wañuy puñuychu hapillasunki
wañuy puñuychu hapillasunki
riqchaiy Helme hatariy Helme
Hawan callepi allqocha (chaqwamun)
hawan callepi allqocha (chaqwamun)
corriyá warmachay qawarqamunki
corriyá warmachay qawarqamunki
Riqchariy Helme hatariy Helme
riqchariy Helme hatariy Helme
Rondalla kaptinqa si hay remedio
rondalla kaptinqa si hay remedio
yanallay kaptinqa ya no hay remedio
yanallay kaptinqa ya no hay remedio
Riqchariy Helme hatariy Helme
Riqchariy Helme hatariy Helme
Chisi tutalla sueñochallaypi
chisi tutalla sueñochallaypi
yawar quchapi nadallachkasani
yawar quchapi nadallachkasani
Riqchariy Helme hatariy Helme
riqchariy Helme hatariy Helme
Suyaykullaway suyachakullaway
suyaykullaway suyachaykullaway
sapatullaytaraq watachakuykusaq[10]
fustanchallaytaraq watachaykukusaq
Riqchariy Helme hatariy Helme
riqchariy Helme hatariy Helme
Salvo el Huaylas del 64, cantado conjuntamente con algunas voces femeninas y la segunda serie de coros de Chachaschay, esta la única vez en que el Embajador de Quiquijana intercala por cinco veces un coro entre las estrofas. La repetición y el tono más festivo que melancólico hace pensar que, en efecto, no está tomando en serio el dramatismo del tema, y hace de ello una parodia. Lo cual es decir que, si la tragedia feminicida del triángulo amoroso es realmente terrible para Rosa - que, desnuda aún, negocia los afectos en una situación imposible que viene desde el matrimonio arreglado, ríos de sangre en sueño premonitorio, un marido furioso y Helme que duerme en la más absoluta satisfacción- la forma y regodeo en que se cuenta la historia puede llegar a un histrionismo risible, sobre todo si se contrasta al modo en que la tradición pinta a Rosa como una angelical santa.
Vistas así las cosas se podría pensar al Helme del Embajador de Quiquijana como distanciación de varios motivos que en torno a la muerte, orfandad, desarraigo y triangulación amorosa se han asentado como cimientos de la poética del huayno, llevando a muchos a tratar de validarse apoyados en la “alegría” cuando en realidad en la performance del huayno y géneros afines funciona una especie de meta complementariedad: en la canción andina el deseado momento de “puro sentimiento”, similar a lo triste, se da también en momentos festivos, de mucha alegría, donde al mismo tiempo podemos cantar y bailar felices, con lágrimas en los ojos y sonrisa de oreja a oreja los temas más conmovedores, ama waqaspalla. Y sin olvidar las infinitas jaranas de rompe y raja con Wasi masillay de los Bohemios del Cusco, Queridos amigos de Flor Pucarina, Aguarosada de Picaflor de los Andes, Tu boda de Pastorita Huaracina, cuando canta feliz de la vida y con exquisita morbidez ‘cuando tú estés comiendo los manjares de tu boda / a mí me estarán comiendo los gusanos en mi tumba’. Además de las efemérides y celebraciones al maestro José María Arguedas donde el muchacho de poncho y charango del Carnaval de Tambobamba se ahoga ya en un rio de sangre, y en su espumosa semántica.
Vemos entonces que la referencialidad lírica es apenas uno de los elementos constitutivos de la música andina y que la manida percepción de que el huayno es triste pierde sentido en la forma como el Embajador de Quiquijana hizo sus arreglos. Y cómo en tiempos recientes, acompañado de Rufino Quispe y mandolina en mano, Sergio Miranda canta casi llorando con voz de cañazo, animando la fiesta en pollerías, mercados, cumpleaños, matrimonios, divorcios, y cargos hasta en en la punta del cerro[12].
[1] Ver: https://youtu.be/1EYD4K034Vg?si=z3YaK-DJAbQFIJkx
[2] Ver: “La narratividad e intertextualidad en la tradición ayacuchana ‘Helme’”. Rina Lilibet Felices Morales. Revista Educación Vol. 22, Núm. 23 (2024) UNSH.
[3] Entonces la pregunta es ¿podría entenderse la narratividad del huayno y géneros afines como una de collage? Y aun mas ¿Esta narratividad de collage habría empezado con las viñetas de Wamán Poma en la Nueva corónica? Responder a esto ayudaría a replantear la concepción paternalista de la narratividad “moderna” como más avanzada, como se vio en la errónea postura de Cortázar en su polémica con el tayta Arguedas. Ayudaría también en replantear nuestra enfermiza obsesión por lo “moderno” en las artes, sobre todo en tiempos de genocidio.
[4] Hugo Carrillo, obra citada.
[5] Nadie en su sano juicio puede pensar que en efecto Rosa trajo el cuchillo y se comió en picadillo el corazón del amante que dormía plácidamente luego de hacer el amor.
[6] Los estudios recientes sobre categorías andinas se centran en términos bien delimitados, pero han dejado de lado la ambigüedad, que es donde reside la poesía.
[7] Aparte del yawar mayu en Tukucha que ya se ha estudiado estarían Chisituta sueñoyniypi donde luego de soñar haber sido arrastrado por un rio de sangre el sujeto despierta y encuentra a sus padres llorando, para invocarles que no lo hagan. Y también Wasi masillay de los Bohemios del Cusco, donde toca la puerta del vecino para decirle que su madre ha muerto, algo que ya su sueño le había anunciado. El mundo onírico es de mucho cuidado.
[8] Despierta Helme yo, tu ser querido, estoy parado en tu puerta.
[9] Levántate pues Helme… niñita…la criatura que quieres en tu puerta me está haciendo frio.
[10] En contraste a este verso donde Rosa pide que la esperen mientras se amarra el zapatito, en Huámbar, luego de una pelea en la que se ha ido con un policía, Aledayda le dice a Huámbar “sapatutam ruwachikuchkani” (me estoy hacienda hacer cada noche), y luego ambos le dan una tanda al poetastro.
[11] Despierta Helme, levántate Helme.
[12] Ver: https://youtu.be/P5fTGtQDWLs?si=ZdV_C5SAEqZiOrOF
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