6: Albergonischa[1]
©Fredy Amílcar Roncalla Fernández
©Fredy Roncalla
Recuerdo la primera vez que escuché Albergonischay en la radio de mi bisabuela, y a mi padre tarareando junto al Embajador de Quiquijana “mamayuqkuna / taytayuqkuna // mamaykichiqta mañaykuwaychik”. ¿Resonaban esas letras en su orfandad cuando dejó su Cotahuasi para no volver más, así como salió de valles aymarinos para refugiarse en el Aniso de Qantucha de Parinacochas y partir este mundo entre Quillcajasa y Pallankata? Aparte de una conversación surcando un pajonal a lo largo de la naciente de un río, es poco lo recordado de su voz. Pero hay huellas que no se borran nunca, sobre todo cuando al escribir esto se he escuchado versiones de este clásico en el Conjunto Willkamayo (Cusco), Estudiantina del Perú (Huancayo), Manuelcha Prado (Puquio), Agua Bendita (sur de Ayacucho), Lola Mendoza (Chalhuanca), Yeni García (Canchis), Estudiantina de Ayacucho, Jorge Aucahuasi Pimentel (¿Apurímac?) Rony Bohórquez Chapeco (Huamanga), y Lucio Vita (Chumbivilcas). Por su parte los hermanos Armakanki sostienen que se trata de un huayno pokra chanca huancavelicano, y Hugo Carrillo la adscribe a una región pan chanca, con desplazamientos, a lomo de arriero, al Cusco. Cada arreglo tiene su sabor local e instrumentación. La lírica varía, a veces incluyendo más estrofas, y en el caso de Lola Mendoza, una fina tijera ha cortado de Saqsayhuamanpi pukuypukucha del Cusco y pegado “el juramento de las mujeres / en esta vida no vale nada…” a la canción. Además, en varias entregas “poqorquptiyki/ oqeyaruptiyki // oqe kukulim mikurusunki”[2] y variaciones aparecen en lugar del “poqorquptiyki oqeyarutiyki // kachita uchuta necesitanki”[3] del Embajador de Quiquijana, lo cual corroboraría la opinión de Numa Armacanqui y Hugo Carrillo en el sentido de que la versión del embajador es tardía. Aquí la transcripción:
1
Albergonischay albergonischay
qomerchallanpi miski mikuycha
Albergonischay albergonischay
qomerchallanpi miski mikuycha
2
Poqoruspaqa albergonischay
kachi unchuntam necesitanki
Poqoruspaqa albergonischay
kachi uchuntam necesitanki
3
Mamayuqkuna taytayuqkuna
mamaykichikta mañaykuwaychis
Mamayuqkuna taytayuqkuna
mamaykichikta mañaykuwaychis
4
Watan watansi ñoqa purini
mana taytayuq runaq llaqtanpi
Watan watansi ñoqa purini
mana mamayoq runaq llaqtanpi
Intermedio musical.
5
Mamayuqkuna taytayuqkuna
mamaykichikta mañaykuwaychis
Mamayuqkuna taytayuqkuna
taytaykichikya mañaykuwaychis
6
Watan watansi ñoqa purini
mana mamayoq runa llaqtanpi
Watan watansi ñoqa purini
mana mamayoq mana taytayoq
En la primera estrofa el sujeto se dirige a su querida planta de alverjita diciéndole que comerla es gustoso cuando tierna y que - en la segunda estrofa- al madurar, va a necesitar de sal y ají. En la tercera estrofa el sujeto invoca repetidamente a los que tienen madre y padre que le presen su madre; porque en la cuarta estrofa dice que año tras año camina sin padre en tierra ajena, y sin madre en tierra de otros.
Luego de intermedio la quinta estrofa repite la invocación de préstamo a los que tienen madre, y a los que tienen padre; y en la sexta sostiene que cada año camina sin padres en lugares ajenos.
Junto a los creativos arreglos musicales del Conjunto Korimarca de Tinta esta entrega viene con una hermosa línea de bajo en guitarra cusqueña que ya se escucha poco.
Dicho esto, las estrofas 1 y 2 aluden al paso del tiempo de una frescura natural a la necesidad de condimento en las alverjitas, como sucede con varios vegetales en tiempos de maduración y cosecha. Pero dado que la alverjita, muy distinta a la conocida recopilación Alberja saruy o Trilla de alverjas de José María Arguedas, es también el ser amado, el paso de la ternura a la maduración que necesita condimentos, adquiere sutil doble sentido.
Las estrofas 4, 5 y 6 giran en torno al waqcha u orfandad, que es parte del repertorio de símbolos de la cultura. Como tal, más que reducirla a rasgos distintivos unívocos de una supuesta “categoría” que los estudiosos recogen como flores del campo, es preferible “leer” al waqcha de esta canción desde su polisemia poética, sin olvidar que la lírica es apenas parte de su organicidad.
Volviendo al tema: el paso del tiempo en comida y afecto de la primera parte adquiere en la segunda varios sentidos en torno la orfandad y el waqcha, que además significa pobreza, desarraigo, y soledad cósmica, como diría José María Arguedas, cuya errancia y la de su padre se ve en los Ríos profundos. Este motivo permea el huayno en despedidas, viajes, migración, desubicación espacial y humana, así como añoranza y retorno al lugar de origen, sobre todo en fiestas patronales. A nivel mito poético se trata, como diría Octavio Paz, de disyunciones y conjunciones presentes en varios ciclos de creación de la cultura a partir de una inicial separación cosmogónica -la salida de Manko Kapaq y Mama Oqllo del lago, de los hermanos Ayar de Pakaritambo, la fuga e inmersión de Kavillaka en el mar de Pachacamac, el inicio de la caza y la agricultura por alguna trasgresión humana, la separación de los padres y el origen al remontar cumbres y colinas, etc.- que luego será subsanada por el retorno a la semilla que es el rito y la música.
Respecto a Kawillaka, Hugo Carrillo cuenta: “Kawillaka es quien huye y se interna en el mar de Pachakamaq porque no soporta haber concebido a la hija de un pordiosero, Kuniraya. Él la persigue y, en el camino pregunta a las bestias si la han visto. Si le dicen que aún pueden alcanzarla, premia a las bestias; y si le dicen que ya no podrá alcanzarla, las castiga, como es el caso de los loros que serán perseguidos por los hombres”[4]. Y añade que Kawillaka es madre de Urpi Wachaq. Tanto Kawillaka como Urpi Wachaq han sido trabajadas en la poesía de Carolina Fernández, y Urpi Wachaq era interlocutora de nuestra Patricia del Valle antes que se fuera a Hanaq Pacha. Se puede ver cómo Kuniraya es un waqcha que tras su separación de Kawillaca, da origen a la cultura.
La omnipresencia del waqcha explica la afinidad entre Albergonischa y Saqsayhuamanpi pukuy pukucha, donde el sujeto pegunta al querido pajarito llamado puku si llora por no tener madre y padre, como él. Y en su momento, Juanita del Rosal, compañera del Waqcha Miranda de los Olímpicos de Huancayo cantaba maymi mamayki / maymi taytayki waqchaschallay[5].
La versión presentada por el Embajador de Quiquijana en forma sucinta, sin estrofas añadidas o fuga, pero con voces festivas, nos dicen que lo “triste” es apenas un umbral y acaso invita al waqcha al fresco alimento de los afectos.
Comentarios
Publicar un comentario
No se permiten comentarios anonimos, incendiarios, agresivos, despectivos, degradantes ni ad hominem de ningun tipo. Se requieren comentarios bien pensados. Las discrepancias deben ser debidamente sustentadas y no basarse en generalizaciones. Hawansuyo no trata de convencer a nadie de nada y estamos seguros que nos equivocamos a cada rato.