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7: Frutera serrana (14 canciones del Embajador de Quiquijana) Fredy Amílcar Roncalla Fernández

 

7: Frutera serrana[1]

©Fredy Amílcar Roncalla Fernández

©Fredy Roncalla

 

 

Vía internet, Yolanda Cornejo Bravo da señas de Frutera serrana, huayno de una de las regiones musicales más ricas y territorio de Waqcha pukito me llaman todos/ porque no tengo padre ni madre.  Dice Yolanda: “Raúl Castillo Gamarra es la atribución de autoría más común que se encuentra en internet, y algunos intérpretes, como las Hermanas Echarri, lo mencionan como autor en sus grabaciones. Sin embargo, no hay una fuente oficial que lo confirme. Odolín Saturnino Rodríguez Tinoco aparece como autor en un cancionero publicado en línea, pero este documento no tiene carácter oficial y su veracidad no está comprobada. Debido a la falta de información confiable, es imposible determinar con certeza quién escribió Frutera Serrana. Tal vez el huayno sea de autor anónimo, o su autoría se haya perdido con el tiempo. A pesar de la incertidumbre sobre su origen, Frutera Serrana sigue siendo un huayno popular y querido en el Perú, especialmente en la región de Puno. Su letra describe la belleza de una vendedora de frutas del altiplano, y su melodía alegre y contagiosa la convierte en una pieza ideal para bailar y celebrar”[2].

Aquí las letras de la entrega del Embajador de Quiquijana que, pese a su cercanía geográfica con Puno, no parece salvar diferencias estilísticas regionales, aunque logra trasmitir la humanidad y empatía de una canción que celebra a una mujer que mantiene a su hijo y atiende su negocio mientras el padre no aparece ni en pintura.

 

1

Me parece verte frutera serrana

con tu ancho vestido sobre tres enaguas

con tus chapas rojas y tu trenza larga

con tu pequeño hijo cruzado a la espalda

 

2

Me parece verte frutera serrana

con tu ancho vestido sobre tres enaguas

con tus chapas rojas y tu trenza larga

con tu pequeño hijo cruzado a la espalda

 

3

Recuerdo (y) a veces cuando ibas a casa

a veces cantabas y a veces bailabas

unas notas tristes llenas de nostalgia

“cosas de mi tierra” tú nos explicabas

 

4

Recuerdo (y) a veces cuando ibas a casa

a veces cantabas y a veces bailabas

unas notas tristes llenas de nostalgia

“cosas de mi tierra” tú nos explicabas

 

Intermedio musical.

 

5

A veces cantabas y a veces bailabas

los lindos huaynitos de mi gran Perú

y luego te ibas un poco cansada

bajo el doble peso de tu hijo y tu carga

 

6

A veces cantabas y a veces bailabas

los lindos huaynitos de mi gran Perú

y luego te ibas un poco cansada

bajo el doble peso de tu hijo y tu carga

 

Acuarela conmovedora, breve como toda gran poesía, de una frutera que el narrador “parece” haber visto vestida tradicionalmente con su hijo a la espalda. Esa duda perceptiva (influenciada por el sufijo narrativo quechua -s / -si) se disipa en la segunda parte, cuando se recuerda sus visitas. A nivel literal, incluyendo las variaciones posteriores, la narración es diáfana, pero lo que le da su miskipa o sabor, es que ambas instancias son remotas, con sutil cambio perceptivo de imprecisión atemporal hacia recuerdos certeros, de una mujer que al llevar a su hijo y mercancía sostiene el peso del mundo, como sucede en un momento de la película aymara Wiñay Wayna de Jorge Catacora, cuando el anciano intenta tocar una tarka y su esposa ensaya unos pasos. Dicho en otras palabras: la ambigüedad perceptiva aumenta la humanidad de la vendedora y de quien la recuerda en su casa, que es la memoria. Somos música.

Otro aspecto resaltante, que ayuda a comprender a qué se refiere Hugo Carrillo cuando habla de rima y métrica al interior de los versos, es que en Frutera serrana éstos se dividen línea por línea en dos partes de seis silabas: me parece verte /frutera serrana; bajo el doble peso/ de tu hijo y tu carga, etc. Lo cual abre una serie de posibilidades de análisis en torno a ordenamientos duales simultáneos y patrones rítmico / líricos del huayno puneño y en general. Estas mitades también se pueden ver en waqcha pukito / me llaman todos (Puno); alalaw chiri wayrita / punkuykita kichariway (Cusco); todos me han aconsejado / amaña kuyaychu nispa (Caraybamba), etc. 

Finalmente, conversando con el poeta Isaac Soto Gamarra, reparamos que mucho antes de Ambulante soy de los Shapis, este es un homenaje al trabajo y la valentía de la mujer andina en general y la vendedora de los mercados, paradas carreteras, y triciclos donde lleva la economía familiar, siendo parte de un circuito de intercambio no sólo de valor de uso, sino también relacional entre caseritos. Cosa que se va perdiendo, no sin las adaptaciones debidas, con la polución impersonal del super mercado y el mal mall. Tanto en Puno, Cusco, Huancayo, y Abancay de doña Felipa la mujer incluso hace de padre y madre.  

Pero si la canción es ligeramente triste, el universo de las vendedoras de mercados es vivaz, multifacético y poco estudiado, aparte de Sólo un cargador de don Gregorio Condori Mamani. Uno de los investigadores que sí lo hizo -junto a su interés por don Joaquín López Antay, los hermanos Mérida, la poesía y narrativa quechua, más la edición de la revista Runa en el INC- fue el poeta Mario Razzetto que, a finales de los setenta, años antes que llegaran traducidos los escritos carnavalescos de Bajtín sobre la risa y el mercado, estudió el kaminakuy -insultos construidos en base a metáforas más que epítetos- entre las placeras del Cusco, cuyas peleas verbales son finos bisturís. No es seguro si el poeta Mario Razzetto llegó publicar algo al respecto[3].  

Y en este punto no se puede olvidar el valor de las mujeres andinas -puneñas, ayacuchanas, apurimeñas, cusqueñas y huancavelicanas- tomando iniciativa en el repudio masivo al actual gobierno y enfrentando la vileza de unos policías que no dudaron en un momento en golpear madres con niños, y el peso de la lucha por los derechos ciudadanos a la espalda. Vayan los debidos respetos.



[1] Ver: https://youtu.be/yXG6f7qntes?si=eQy_ytwDu5XrNCbM

[2] Comunicación personal, 28 de junio, 2024.

[3] Con su estudio sobre don Joaquín López Antay, escrito en torno a la polémica de si lo que hacía el maestro retablista era arte, Mario Razzeto se adelantó a su época poniendo la respuesta afirmativa fuera de toda discusión. Como ya se mencionó, otras áreas de interés de Mario fueron música, narrativa y poesía en lenguas indígenas, sobre las cuales difundió sendos ensayos y estudios en las revistas Runa del INC, donde se abordan quechua y esse eja. Estos estudios, que se han extendido a otras áreas y son parte de la academia, eran poco comunes en su época. Mario Razzetto fue un precursor. Vaya el reconocimiento al quien además fue buen poeta y mejor persona. Fue Segundo premio Poeta Joven del Perú en 1960 con Las palomas y la fuente, publicado en Ediciones de cuadernos trimestrales de poesía.

 

 

Comentarios

  1. Mario Cerrón Fetta18 de julio de 2025, 12:51

    Fredy Roncalla , tengamos en cuenta que por la codicia han aparecido muchos " autores y compositores " con el afán de monetizar y obviamente, ganar dinero. La mayoría de la música andina antigua es de autores anónimos iletrados, somos un país de ladrones...

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  2. Esa canción me acompaño desde que era un niño campesino, de 7a 8 años. En mi pueblo de origen (Sanka), Acomayo/Cusco. Primero por las radios a pilas que salían, luego en la tienda comercial en las ferias dominicales de Acomayo. Allí conocí y aprendí otras canciones de Pastorita Huarasina, de Jilguero de Huscarán, los Errantes de Chuquibamba. Luego con un grupo de ayacuchanos antropologos, tocando, llorando y cantando en la región de Huancavelica. En Lircay escuché una estrofa nueva de esa canción. Debe ser un añadido local. Dice así:
    Lircayplazapi Padre Alberto, llapa huchayta perdonaykuway. Warma yanaypa tayta mamansi casarakuyta obligawashkan.
    Cuando era recién migrante a la ciudad de (1963), vivía en Surquillo. Y por casualidad estaba cerca al mercado , en la calle Dante. En esos momentos sale una persona de una peluquería, con pelo largo y teñido. Me acompañante me dice :" es el Embajador de Quiquijana", pero es un maricon.
    De el me acuerdo mucho una canción relacionada a rutas rurales y esa:
    : "chofercito de mala suerte". Claro, obvio, en mi salida de mi pueblo hacia Lima, viaje en un camión lleno de bultos de toda clase, animales,perros y gallinas, hasta carneros. Y llegué a Cusco, vomitando como 10 veces.
    Mi tinca el corazón y la emoción que, esa canción Albergonidchacsea probablemente sea de las alturas de Apurimac o de Cusco. Lo que pasa es que los ayacuchanos se achintan como suyos muchas canciones de las alturas de Apurimac.

    Chaychallawanmi purini wayqichay

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