El poeta Juan Ramírez Ruiz busca el graal entre las calles de su prision, escrito antes de su muerte cuando lo vi tumbado en la Plaza Francia y nadie hizo caso. Guillermo Gutierrez Lymha

 Con honda pena por las circunstancias de su sensible fallecimiento compartimos el primero de una serie de poemas enviados  por Guillermo Gutierrez Lymha en la segunda mitad del año 2013, a partir de unas conversaciones sobre Juan Ramírez Ruiz. Hay acaso en este poema algo premonitorio de un poeta que también pasaba su marginalidad por el graal de  las calles del centro. Entregado a ella, Guillermo comprendió como pocos la pasión mística de la poesía de Juan. Aprovechamos la oportunidad para saludar y agradecer a Mary Soto y varios amigos  que hicieron los trámites, infructuosos para que  el poeta  tuviera una sepultura digna. Nos sumamos al pedido de la pronta devolución de los restos del poeta a su familia. Y al pronunciamiento de sus amigos que bajo el rótulo  "Infierno Iluminado" que  le harábn  el 26. Descanse en paz Tia Factos

El poeta Juan Ramirez Ruiz busca el graal entre las calles de su prision-escrito antes de su muerte cuandop lo vi tumbado enla plaza francia y nadie hizo caso

El poeta Juan Ramírez Ruiz busca el Graal entre las

calles de su prisión
Ozatak, ozatak! ¡Yuzul, yuzul! ¡Uzzuldaroum!
El busca la palabra significante que no es imagen
sino presentimiento
intuición de la Realidad desconocida
El intuye la Manifestación tras la forma física que el
Graal ha tomado en estas calles
donde su origen se ha manifestado. Estruja y manipula
los símbolos,
no de los creados por reyes y sacerdotes, sino por
chamanas y artesanos
que desde su simplicidad trabajaban sin saberlo con el
espíritu griálico
interiorizado en sus almas en medio de conflictos
pues casi nunca el Espíritu ha logrado ser uno con la
carne
en la pesada Tierra. Solo en manifestación salvaje,
sangrienta y terrible
en los tremendos ojos de la noche, en los alaridos
que rodeaban los santuarios y las noches Tremendas.
Y en esta Tierra el Graal navegó entre lanzas
chavinoides, vasos Moches llenos de sangre, y el Sol
queriendo brillar sobre las altísimas montañas.
Juan Ramírez busca el sol que encarna el Graal más
positivo y no quiere ver la evidencia sangrienta
que la complementa, pero en las noches su mirada se
desvía y observa a fondo lo que quiere negar.
El quiere que el silencio profundo hable
El busca que el Universo se exprese a través suyo
en función de lo inexpresable
como solo lo puede hacer el poeta.
Temible es su lucha cuando un horror superior,
profundo y rojizo,
palpitante se apresura a rodear el mundo en el que el
yace,
y lo perturba y amenaza, lo rodea y no le deja Ver
plenamente,
lo atrapa y lanza de nuevo a la vereda caótica y se
hunde
en farragosa, patética y terminal embriaguez
hasta perder la visión de lo Cercano y después
la horrorosa vuelta a escarbar para recuperar la senda
y el hilo de lo perdido. Mientras
la inconsciencia hasta la inconsciencia total.