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Canto curativo para Fernando Tupamaru en la iglesia de San Sebastian. Irma Álvarez Ccoscco



Había un solo propósito para llegar a Madrid: ir a la calle Atocha, entrar en la iglesia de San Sebastián, la misma que alberga también los restos óseos de Lope de Vega. Aunque amo al poeta, no vine por él. Vine por Fernando Tupamaru.
En mi desvariado proceso de sanación histórica, quería abrazarme a sus huesos y cantarle, amarlo desde este asincrónico pero in situ tinkuy. No sé si le canté mezcla entre qhaswa o ayataki, tal vez él quería todos los cantos quechuas sin orden, entrecortados, sin coherencia, sentí que solo quería escuchar. Se me entrecortaba la voz, todo fue tan súbito.
Este encuentro con Fernando inició hace cuatro años, cuando empecé a escribir el poema Tupamaru, fue un proceso de acompañarlo en el yawarñan cuando era traido desde los andes y culmina aquí, cuando llego a su prisión para amarlo y liberarlo.
Ahora lo he hecho.
Esta noche dormiremos por fin en paz, Fernando en la iglesia y yo al lado, en una casona.
[Agradezco al padre responsable de la iglesia, quien pudo escucharme desde el corazón, señalarme el lugar donde se encuentran entremezclados los restos óseos de Fernando y otros personajes ilustres desde la guerra civil, y permitirme contra todo proceso burocrático cantar en la iglesia. Asimismo, agradezco a las personas que me acompañaron amablemente y realizaron esta grabación.]


 

 Tupamaru 

(a Fernando,  al ayllu)

 

[Wañu Chimpay]

 

No querían que vieras el color 

ni sintieras la piedra, la lluvia...

 y te arrancaron los ojos.

 

Sunquypi mana tukukuq waylluywan

Pacha Tikrariq mayu pataman chayarisaq.

 

Irun ichhuta yawarpi chulluchikpa 

chakata qhasillamanta simparisaq.

 

Kay mana tukukuq kallpaywan 

kawsaymanta wañuyman chimparisaq.

 

[Yawar Ñan]

 

Con este amor profundo a la existencia, 

traspaso el tiempo.

Corro y abrazo los huesos 

de mis padres, mis hermanos… mis wawas.

 

Me abrazo al ayllu, 

limpio el deshonor.

 

Antikunaman phawarispa 

machuykunap tullunta pallarikuspa

allpa ñak'arisqanta saminchasaq.

 

Yawar mayu ñan pataman chayarispa

willka qurakunawan k’irinkuta hamp’irisaq.

 

Raprayuq llamakunapi  hunt’a chayarispa

miski mikhuywan mikhuchisaq,

wikuña awaykunawan pisturisaq.

 

 [Taki] 

 

Yawar mayu

qucha mayu *

 

 

[Tupamaru]   

 

Alzo el vuelo

traspaso el tiempo

para seguir sanando mi ADN.

 

Las tinieblas y el frío 

no llegan al corazón del hombre que amo.

Corro y miro por los barrotes de su prisión

busco entre las sombras y por fin 

lo encuentro.

 

Yanaytaqa 

manam pipas sarunchanmanchu

Munasqay qharitaqa 

manam pichas sipinmachu.

Sunqun rawrariqtaqa 

manam imapas thasnuyachinmanchu.

 

Laqha llanthuman such’uykuspa 

uyanta qhawarini, 

wakmanta riqsiwananpaq 

samayniyta qurini.

 

Le entrego mi ser entero 

para calentar las tinieblas. 

Me preño de su coraje,

que traspasa la frontera de la carne.

 

Wiksayman aysarini,

yarqasqa yana pumahina mikhunanpaq

chakaykunawan raphraykunawan wayturini, 

samayninman kutirinanpaq.

 

Waylluni, 

imaynachus kunturkuna pumakunawan 

wayllukunku kikin.

Chullallam kanchik.

 

He parido hijos

de hombres que resistieron.

Y las venas, río inagotable

 arrulla la descendencia.

 

 

 

* Fracción del canto de Rosa Chaiña, Yahuar-Mayu

                             

 

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