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Sobre Pirqakunawan parlaspa. Hablando con las paredes de Elvia Andia. Ulises Juan Zevallos Aguilar

 Pirqakunawan parlaspa. Hablando con las paredes. Elvia Andia Grageda. La Paz: Editorial 3600, 2021, 117 pp.

 

Esta novela breve bilingüe, en quechua y castellano, fue ganadora de la última versión del Premio Guamán Poma de Ayala en lengua originaria del 2019. La traducción del quechua al castellano fue emprendida por la misma autora. Su tardía publicación, en abril del 2021, se debe a la reciente crisis política de Bolivia, provocada por el golpe de Estado parlamentario que eliminó al Ministerio de Culturas y Turismo, organizador del premio, y la pandemia del COVID 19 que ha causado estragos en la sociedad boliviana. 




Pirqakunawan parlaspa  (La Paz: Editorial 3600, 2021, 117 pp.)es una novela testimonial de una mujer quechua. Elvia Andia Grageda recrea la historia de vida de su tía abuela paterna Vitalia (hatun mama Vitaku) con ciertos elementos ficcionales para darle más atractivo a su opera prima. El título alude a la soledad que sufre cuando sus familiares no se encuentran en casa. Aunque no señala una situación de urgencia, el propósito para escribir la novela fue destacar el papel activo que desempeñan las mujeres desde niñas, aun en casos de discapacidad física, en las comunidades campesinas y el multifacetismo de los comuneros como estrategia de sobrevivencia. De alguna manera repite el proceso de escritura de la novela   Phuyup Yawar Waqaynin(2013)  de Gladys Camacho Ríos  en cuanto toma como fuente de información los relatos de su padre y abuelo, migrantes de Potosí a Cochabamba.

 

             En Pirqakunawan parlaspa, la octogenaria, Hatun Mama Vitaku  narra en primera persona los acontecimientos más importantes de su vida junto a  su familia nuclear. Esta pequeña familia está conformada por su padre Florencio, su madre Victoria, su hermana mayor Inés y la narradora Vitalia, en el pueblo de Torrecillas. La novela destaca por tener una protagonista femenina que relata la vida dura de provincia. Para asegurar el bienestar de la familia todos los miembros son multifacéticos. Florencio es agricultor, ganadero, electricista y corregidor del pueblo. Victoria es una excelente ama de casa, tejedora, carnicera y chichera. Las hijas desde muy niñas pastan ovejas, ovillan su lana y ayudan en los quehaceres de la casa. La protagonista empieza a ser pastora cuando tenía cinco años de edad. Luego del fallecimiento del padre, como resultado de un accidente de trabajo en el mantenimiento del alumbrado público, la viuda y las dos hermanas empiezan a desempeñar labores masculinas para mantener la economía familiar. Vitalia se vuelve ciega a los catorce años, por un mal congénito, pero sigue teniendo un papel activo en la familia realizando labores domésticas. Cuando tiene 20 años fallece su madre. Después de seis meses de la muerte de Victoria, Vitalia pasa a integrar la familia que inicia su hermana Inés con su esposo Julián y ayuda a la crianza de diez sobrinos. Otro tema es el abandono en el que se encuentran los pueblos del interior. El Estado sólo proporciona educación primaria, no existen medios de transporte adecuados y tampoco hay un buen sistema de salud. Cuando Vitalia se vuelve ciega tienen que esperar el paso de un camión para ser trasladada a la ciudad de Cochabamba. En la ciudad, casi de inmediato es descartada del hospital público y le dan atención en una clínica privada luego de pagar una enorme cantidad de dinero. Para poder cubrir el costo los servicios médicos primero tienen que vender diez ovejas. Luego para hacerle exámenes médicos exhaustivos venden un terreno a un precio subvaluado. No hay una idealización de la comunidad. El comprador aprovecha la emergencia familiar para pagar una bicoca. Por último, la madre muere joven a consecuencia de la enfermedad endémica de Chagas de los valles bajo andinos.

 

            Otra motivación para escribir la novela testimonio fue la carencia de material de lectura para estudiantes avanzados de quechua. Su escritura tuvo el desafío de estandarizar el quechua. Era un requisito de las bases de la convocatoria del concurso. Así que por un lado los lectores quechua hablantes no pueden apreciar las especificidades la variante de esta región; pero por otro lado, facilitará su lectura de los estudiantes de quechua. Asimismo, la atención puesta en la gestión femenina en las áreas rurales llevó a que se pueda ubicar el testimonio geográficamente por el nombre de pueblos (Torrecillas)  y ciudades bolivianas (Cochabamba, Santa Cruz), pero no temporalmente. No hay referencia a un año o fecha precisa. Tampoco se encuentra información de eventos históricos de Bolivia. La única manera de ubicar la novela temporalmente es de manera indirecta. Cuando termina sus declaraciones mama Vitaku dice tener ochenta años. Suponiendo que las últimas entrevistas fueron realizadas en 2018, puesto que el manuscrito fue enviado al Premio Guamán Poma de Ayala en el 2019, los años de su historia de vida han tenido lugar entre 1938-2018 aproximadamente.

 

Pirqakunawan parlaspanos es el primer texto quechua enunciado por una mujer. Tiene como antecedente bastante cercano el testimonio Mama Florencia: Life in the Andean village of Pocona in Bolivia, South America(1998) del cochabambino Luis Morató Peña. En su libro trilingüe (quechua, castellano e inglés),  Morató Peña transcribe y edita las entrevistas en quechua hechas a su madre, pobladora del pueblo de Pocona, del Departamento de Cochabamba. Mama Florencia también cuenta la vida difícil de una familia, similar a la de Vitalia, la doble discriminación a las mujeres quechua hablantes y las contribuciones de la esposa a la familia que no son reconocidas. Asimismo, la novela de Andia Grageda complementa testimonios de mujeres quechuas peruanas que se expresan en variaciones del Quechua II. Entre ellos el testimonio de Asunta Quispe Huamán, incluido en Gregorio Condori Mamani. Autobiografía(1977) de Ricardo Valderrama y Carmen Escalante, e Hilos de mi vida – el testimonio de Hilaria Supa Huamán, una campesina quechua(2002). En sus testimonios Quispe Huamán y Supa Huamán narran su niñez en la hacienda y su emigración a ciudades durante su pubertad. Ambas testimoniantes cuentan los riesgos que conllevan sus nuevos trabajos de empleadas domésticas tales como asedio sexual, violación, trabajo no asalariado e incumplimiento de promesas.

 

Pirqakunawan parlaspaincrementa el archivo de narrativa boliviana quechua que supera en número al archivo peruano. El Departamento de Cochabamba posee una tradición bien cimentada de narradores quechuas. Entre los más visibles Jesús Lara, aparte de su trabajo de recopilación de tradición oral, antologador, poeta y editor de textos coloniales en runasimi, subtitulaba como “novelas quechuas” a Surumi(1943), Yanakuna(1952), Sinchikay: El Valor(1962). Luego su sobrino político Luis Morató Peña escribió el testimonio trilingüe Mama Florencia (1998). En recientes años Gladys Camacho Ríos publica su novela bilingüe en quechua e inglés Phuyup Yawar Waqaynin(2013) y finalmente circula la novela Pirqakunawan parlaspa (2021).Un detalle que hay que resaltar es que estos narradores por un lado son activistas lingüísticos. Promueven la difusión, preservación y estudio del quechua. Como tales, a excepción de Lara,  lo han estudiado y enseñado en universidades norteamericanas. Morató Peña se jubiló como profesor de quechua en Ohio State University en el 2016 al completar una carrera docente de cuarenta años. Camacho Ríos está terminando su doctorado en Lingüística  en la University of Texas, Austin. Planea escribir una tesis que investiga su lengua materna. Andia Grageda es profesora de lengua y cultura quechuas en Ohio State University desde el 2016.  De otra parte, establece vasos comunicantes con narradores quechuas de otros departamentos de Bolivia. Entre ellas destacan las novelas cortas Sumaq Urqu. El Cerro Hermoso (2012) de la potosina Zulema Pary Montesinos y Saqapa. El cascabel (2013) del paceño Jinés Cornejo Endara. Para mí, Saqapaes uno de los primeros libros que aborda los efectos del calentamiento global en un valle interandino. 

 

En suma, los narradores bolivianos quechuas han contribuido a la formación y renovación de un archivo considerable en castellano, inglés y runasimi que amerita ser investigado. Concursos y editoriales independientes han fomentado su creación. Los estudios de estas novelas pueden ayudar al aumento de lectores. Los sellos editoriales, que se animaron a publicarlas, declaran que el número de ejemplares vendidos es reducido.  Se constata este hecho cuando se consultan los catálogos de las bibliotecas. Incluso bibliotecas especializadas en estudios andinos no poseen en sus colecciones varias de ellas.

 

Referencias bibliográficas

 

Cornejo Endara, Jinés.Saqapa. El cascabel. La Paz: Plural Editores, 2013.

 

Camacho Rios, Gladys. Phuyup yawar waqaynin. The cloud's bloody tears. Traducida al inglés por Gillian Gallagher. Cochabamba, Bolivia: [Kipus], 2018.

 

Condori Mamani, Gregorio. Gregorio Condori Mamani: autobiografía. Ricardo Valderrama Fernández y Carmen Escalante Gutiérrez editores. Cusco: Centro de Estudios Rurales Andinos "Bartolomé de las Casas", 1977.

 

Lara, Jesús. Surumi, novela quechua. Buenos Aires: Librería Perlado, 1943.

 

__________. Yanakuna: novela quechua. Cochabamba: Los Amigos del Libro, 1952.

 

__________. Sinchikay. El valor. novela quechua. Cochabamba: Los Amigos del Libro, 1962.

 

Morató Peña, Luis. Mama Florencia: Life in the Andean Village of Pocona in Bolivia

Editor Donald H. Burns. Dallas, Texas: Summer Institute of Linguistics, 1998.

 

Pary Montesinos, Zulema.Sumaq Urqu. El Cerro Hermoso. La Paz: Santillana, 2012.

 

Supa, Hilaria y Waltraut Strölben. Hilos de mi vida. El testimonio de Hilaria Supa Huamán, una campesina quechua. Cuzco: Willkamayu Editores, 2001.

 

Ulises Juan Zevallos Aguilar

Ohio State University

 

 

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