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Quechua ukupi quechua runakuna llimpiqkunapa llimpinman anchuykuy Aproximación a las pinturas de los pintores de los quechuas que pintan desde adentro. Óscar Huamán Águila

 Óscar Huamán Águila comparte una valiosa reflexión en torno a la auto representación pictórica indigena en contraposición a las imagenes paternalistas y condescendientes de indigenismo e intelectuales, que nos ven como "el otro". La pungna por la imagen essun arduo proceso, Gracias Oscar


Quechua ukupi quechua runakuna llimpiqkunapa llimpinman anchuykuy

Aproximación a las pinturas de los pintores de los quechuas que pintan desde adentro

 

Óscar Huamán Águila

Miembro de grupo de investigación Eila-FLCH.-UNMSM

oscar.huaman3@unmsm.edu.pe


 


 

 

 

Introducción

 En esta presentación nos aproximaremos a las pinturas de los artistas que se encuentran en los Andes del Perú, de manera particular, a los del departamento de Ayacucho. Nuestro acercamiento no es de un especialista en arte, y por ende no pretendemos resolver un problema desde una perspectiva artística, sino más bien, es una aproximación crítica sobre algunos elementos culturales presentes en las obras del arte andino. El interés de analizar y reflexionar sobre los cuadros que pintan los artistas plásticos de la parte andina surge a raíz de la observación de la presencia dinámica y la plenitud de la vida de los pueblos quechuas que estaban plasmado en ella.  

          Los artistas que radican en la parte andina y que tienen un origen de la cultural quechua; ellos han logrado representar un universo distinto a los pintores de la ciudad, es decir, de las urbes costeras como Lima. Con esto no quiero decir que no tienen la calidad artística los que pinta de las ciudades, de ninguna manera. Lo que hay es la diferencia en cuanto a la representación pictórica de los pueblos indígenas quechuas del Perú. Generalmente los pintores de la urbe moderna representan a los pueblos originarios como sujetos que llevan un dolor humano, sujetos explotados, pobres o que están en la lucha. Si bien esto es cierto, pero no todo es así. Lo mencionado se muestra en los colores, en las posturas de los cuerpos representados, en los rostros de los personajes representados en los cuadros. En cambio en los cuadros de los pintores del ande es lo opuesto, en su gran mayoría. Esto se revela en los trazos, en las figuras de las personas, en la representación de la Pachamama‘Madre tierra’, las actividades (trabajo, fiestas, etc.) de los seres humanos, en los colores y en el matiz de sus pinturas. Estos son algunos aspectos que marcan la diferencia de sus pares artistas pintores mencionados en líneas anteriores que a los pueblos indígenas del Ande. 

           Cabe mencionar sobre este tipo de arte plástica que esta resurgiendo en el Perú y lo más probable en los demás espacios de América Latina; puesto que hay todavía muchos pueblos originarios en estos espacios. Este fenómeno de la presencia de los indígenas en las manifestaciones artísticas se produce en un contexto de despertar de los pueblos indígenas del continente. En otros términos, es el momento de la toma de conciencia política, cultural, identidad de los quechuas, aymaras, mapuches, wayu, etc.  Para Francisco Hidalgo, este hecho: “[…] es la erupción de los pueblos, las nacionalidades ancestrales, de los explotados y excluidos, que desde las tierras profundas emerge con fuerza y vigor para hacerse sentir con sus demandas […]” (2004, p. 53). Pero este acontecimiento social está ligado a un suceso mayor de la humanidad. Nos referimos al tiempo de la hegemonía del pensamiento neoliberalismo como el único mundo posible del hombre, es decir, la globalización como guía del horizonte de las perspectivas de la humanidad. No obstante en este paradigma propuesto por un sector de la sociedad quedó perturbado con llegada de Covid-19 al planeta Tierra. 

             Esto es por un lado, pero también está la parte de las manifestaciones artísticas plásticas que se producen en América Latina. Como mencionamos en los párrafos anteriores, hay pintores que plasman a los pueblos originarios de nuestro país desde mucho antes a este periodo de siglo XX yXXI. De manera particular hay una tradición en el Perú en cuanto a la creación del arte plástica. Muchos de ellos son arte abstracto. En esta circunstancia artística es donde surgen los indígenas y no indígenas que plasman a los pueblos originarios de este continente de manera distinta a sus pares. Entre los indígenas que en la actualidad pinta a su cultura se encuentran Enrique Casanto Shingari (asháninka) Lastenia Canayo García (shipibo-konibo), Brus Rubio Churay (murui-bora), etc. a esto se suman los pintores de los andes, de manera particular, de los de Ayacucho. 

               Cabe mencionar que, esta práctica de arte por parte de los indígenas, es reciente. Nos referimos a este tipo de pintar y exponer. La presencia de las pinturas en los andes es un signo de una nueva percepción de la realidad por los mestizos y los indígenas. Esto implica que hay una búsqueda de la identidad cultural y de una estética propia. No es gratuito que aparezca en la ciudad como Huamanga; el núcleo cultural del pueblo quechua. En este espacio es donde encontramos, también desde mucho más antes, qillqas harawi‘poesía quechua escrita’, en la década de 1930. En la actualidad sigue esa tradición de la producción literaria en la lengua indígena. En ese sentido, es un anuncio lo que sucederá en los años posteriores de esta etapa de la creación de arte pictórico. 

                Para el presente trabajo hemos elegido los cuadros de los pintores Moisés Anchahua Huamaní, de Zenobio Orlando Palomino Huamán y de Víctor Poma Canchari Michue. Las sobras de arte seleccionadas en total fueron seis. Estas obras de arte, según la información recabada, corresponden a la primera década del siglo XXI. Esperamos con este análisis y reflexión esperamos contribuir a los estudios andinos de sobre los aspectos culturales de nuestro país; de manera específica, a los estudios de la literatura quechua y al arte en sí. 

Los artistas ayacuchanos 

Antes de entrar a mencionar a los pintores del departamento de Ayacucho-Perú, cabe mencionan el espacio donde se recogió la información que más adelante mostraremos. Las pinturas estaban expuestas en la “Exposición Artística: 200 Años de la Proclamación de la Independencia del Perú”, programadas para los días 28 y 29 de julio de 2021. Esto en el frontis de la Municipalidad de Huanta. 

        Dicho esto, a continuación, pasaremos a mencionar a los artistas de quienes hemos tomado sus trabajos artísticos para esta nota. Los cuadros que analizaremos son de los pintores Moisés Anchahua Huamaní, de Zenobio Orlando Palomino Huamán y de Víctor Poma Canchari Michue; ellos son provenientes de la provincia de Víctor Fajardo (de Carmen alto y del distrito de Sarhua), provincia Víctor Fajardo, respectivamente.

          Los artistas del mundo andino en la actualidad no sólo logran representar en los colores y en los trazos a los pueblos quechuas, sino también llevan sus trabajos a la comunidad a la que representan en sus cuadros. Desde mi punto de vista, este hecho podría denominarse como la reciprocidad andina; puesto que, en la cultura quechua runakuna‘personas varón y mujer’ tienen que devolver con la misma intensidad, dimensión etc. a la persona que les dio algo o les apoyó. 

              Esta presencia de los pintores en el espacio andino nos llama la atención, ya que no es usual esta práctica en los espacios donde se encuentran las personas quechua hablantes. Este fenómeno artístico nos revela que lo más probable es que se está gestándose una manifestación artística por los propios quechuas, así como en la poesía quechua escrita de América del Sur. Estas dos expresiones estéticas ya tienen un antecedente en la población que habla quechua de la variedad quechua Ayacucho-Chanca. El primero tendrá como antecesor a las tablas de sarhua; el segundo, al taki‘el canto’. Con esto no quiero decir que están imitando a los artistas que antecedieron, de ninguna manera; sino más bien, han podido dar un matiz distinto, pero casi sin alejarse de su sapi‘raíz cultural’ quechua. En ese sentido, es que se puede observar en los cuadros de los artistas mencionados, un universo andino lleno de esperanza y de vida. 

Dinamismo y plenitud de la vida en el universo andino

 En las pinturas de los artistas de los Andes del Perú, específicamente de los ayacuchanos, el pueblo indígena quechua se muestra dinámico, lleno de vida y envuelto en múltiples eventos de plenitud. Lo mencionado se encuentra en las actividades que realizan los pueblos quechuas representados. Este aspecto veremos más adelante del presente texto.   

        Un aspecto que traspasa como tema central a la pintura de los tres artistas ayacuchanos mencionados es la actividad de los hombres del Ande. En cada pintura, los personajes representados están en una actividad, a pesar de que estén solos. Este es el caso de la imagen 1. En el cuadro aparece una mujer andina quechua. Ella lleva en su espalda a un niño, pero a la vez, está hilando lana blanca. Aquí se revela el trabajo simultáneo que realiza la mujer quechua



Imagen 1: Cuadro de Víctor Poma Canchari Michue

 Foto tomado por Óscar Huamán Águila (2021)


          En cambio, en la imagen 2, hay dos mujeres que están peinándose. La presencia de la parte superior de la iglesia nos lleva a plantear lo siguiente:sipaskuna‘mujeres jóvenes’ están arreglándose para ir a la misa. Esto revelaría la religiosidad presente de los pueblos indígenas quechuas.



                                                                      

                                       

              En las imágenes 3 y 4 aparecen los varones quechuas. Ellos están en otra actividad; es decir, en una práctica distinta a la de las mujeres de las pinturas anteriores. Tanto en la imagen (3) como en la imagen (4), las personas representadas son músicos. Vemos que, en la tercera fotografía tomada a la pintura, se puede observar a un grupo de personas que están tocando dos instrumentos musicales, entre los que se encuentran el arpa y la guitarra; las personas que tocan dichos instrumentos, serían entonces, un arpista, un guitarrista y un cajeador (persona que golpea al arpa con las manos para general el sonido del zapateo). Ahora bien, en la imagen cuatro solo aparece un waqra pukuo ‘cornetero’. Estas actividades tienen que ver con el arte; es decir, con la práctica del arte musical de los pueblos indígenas y la asimilación de los instrumentos que vienen de otra cultura. Desde luego la conservación de su propia cultura quechua como wakawaqra.  

           Hasta esta parte hemos podido percibir algunos eventos que realizan los hombres del Ande, ya sea de manera individual o grupal. Pero en otros cuadros se puede observar ya no uno o un grupo pequeño de personas, sino a una multitud que interactúan en un espacio y tiempo; es decir, a una colectividad. Esto nos muestra lo siguiente, para los pintores que se encuentran en las comunidades indígenas quechuas hay eventos en la que puede realizar una sola persona y también de manera colectiva o individual algunas actividades. Esta manera de representar a los pueblos originarios de los andes tiene que ver con el conocimiento que tienen los pintores que se encuentran en las áreas del pueblo quechua. Puesto que en la cultura quechua lo que prima no es lo individual, sino la colectividad. Este hecho muestra el carácter colectivista y comunitario de los indígenas quechuas. Este aspecto cultural es lo que han podido descifrar los artistas y luego plasmarlo en los cuadros. 

            El otro aspecto que vale subrayar en esta parte es la identidad cultural que subyace en los cuadros analizados. Uno de ellos tiene que ver la vestimenta que llevan las personas representadas. La ropa es un elemento simbólico que logra vincular a las personas que están plasmadas en las pinturas con una cultura determinada, ya que es un elemento visible que muestra la pertenencia de una persona a un pueblo. Sin este elemento sería imposible asociarlo a las personas configuradas en los cuadros. Entre estos objetos se encuentran, en la imagen 1, lliklla‘manta’ o chuku‘sombrero’; en la imagen 2, se percibe wali‘falda’; en el cuadro 4, se muestra punchu‘poncho’o chullu‘gorra’; de esta manera, estas piezas constituyen elementos culturales de signo de identidad y de género. Asimismo, en las imágenes 3 y 4 de los cuadros, se muestran la ropa como materiales vinculadores de personas a una cultura determinada del Perú. A esto se puede agregar la casa, es decir la casa de ichu‘paja’ que se muestra en el cuadro 2. Lo que acabamos de mencionar en este párrafo son algunos aspectos que determina la pertenencia cultural de los sujetos representados en las artes plásticas.

            En cambio, los instrumentos musicales que aparecen e incluso el acto de hilado, no son determinantes para hacer filiación al pueblo quechua con las personas representadas, excepto la waqra o ‘corneta’. Tanto la guitarra y el arpa son practicados por los mestizos de los andes y desde luego tienen una procidencia occidental. Por ello no es un elemento determinante de la identidad cultural de las personas que ejecutan dichos instrumentos del cuadro. 

               La presencia de los instrumentos procedentes del mundo occidental en manos de los pueblos originarios representa la práctica del arte musical de ellos y también, la asimilación de lo ajeno. Pero no solo esto, sino también, revela la alegría de los pueblos indígenas. Este hecho resquebraja ese imagen que nos han vendidos intelectuales del Perú. Puesto que ellos crearon una imagen, que hasta hoy pervive en un sector del imaginario del colectivo peruano, de un pueblo melancólico.   



 

 


                La presencia de la alegría está presente de manera simbólica en los colores como saqa‘celeste’, anqas‘azul’ y yuraq‘blanco’ que envuelve a las personas o que aparecen en los cuadros. En algunos cuadros este elemento está presentesen su vida cotidiana de los indígenas quechuas. Esto se muestra en su sonrisa y en su actividad. Para los pueblos quechuas el color celeste de manera simbólica representa la alegría y también el azul. Esto tiene que ver mucho por la relación que existen entre ellos y el medio que les rodea. Puesto que para los hombres del Ande, el cielo despejado, durante el mes de verano o invierno, es el signo de un horizonte más lejano posible, desde un punto de vista espacial y la ausencia de la tempestad se contextualiza en el kay pachao ‘mundo de aquí’. Es así que, cuando hay mayor tempestad, se pone en peligro la existencia de las personas y los animales. Asimismo, encontramos también, que el color blanco, dentro de la concepción del pueblo quechua, simboliza la pureza, y es justamente por este carácter simbólico que asignan los quechuas, que la persona soltera y soltero llevan la flor blanca en su sombrero como una señal de pureza. En relación a esto podemos decir que el color blanco que aparece en la nube, en el imagen 3, manifiesta el tiempo la tranquilidad. En otras palabras, manifiesta la ausencia de sasachakuyo ‘crisis’ en el universo andino. 



 

             Pero no solo este tipo de representaciones aparecen en las pinturas de los artistas ayacuchanos, sino también están representados en ellas eventos mayores o donde mayor colectividad; es decir, ya no se puede cuantificar a los pueblos indígenas que se encuentra en los eventos. Esto se muestra en las imágenes 5 y 6. 

            Desde luego, la dinámica sociocultural es el eje articulador del evento, puesto que las personas representadas en los cuadros no están en un estado de pasividad ni mucho menos en un estado de melancolía; sino más bien se encuentran o participan un ambiente de actividades festivas.

 

 

 


               Tanto en la imagen 5 y 6 se percibe una multitud de pueblo quechua que se dinamiza en un ambiente de festividad religiosa y de comunidad. En la primera, la parte religiosa se muestra en la presencia de una torre de la iglesia católica y desde luego en las tres cruces que aparecen en su lado derecho. Estos elementos culturales que provinieron del mundo occidental están sobre una pequeña montaña. Entorno a estos materiales simbólicos está la población origina andina en un acto de peregrinación. En cambio, en el cuadro 6, el espacio de colectivización y de festividad es la comunidad. De manera específica se encuentra en un espacio público de la comunidad. Los hombres del ande están en una fiesta; ya que aparecen los instrumentos musicales como bombo, tinya. Estos materiales que acabamos de mencionar revelan que la población quechua, que se encuentra representadas en el cuadro, está en pukllayo ‘carnaval’. Es decir, en tiempo de alegría y de tránsito, de un tiempo de escases a la abundancia. Porque para la población pukllayes tiempo de cambio de muchuypachao ‘tiempo de hambruna’ a puquypachao ‘tiempo de madurez’. Entendida a la madurez como los primeros frutos de las cementeras que comienzan aparecer; así como también para indicar que la naturaleza está llena de nuevos frutos.   

          Hay otros elementos que es pertinente subrayarlo en este análisis de los cuadros de los pintores ayacuchanos. Nos referimos a la presencia de la deidad bajo la ropa de la concepción religiosa del mundo occidental. En la imagen 5, las cruces se encuentran en la cima de una montaña. Esta forma de representar no es gratuito en el cuadro. Porque los pueblos indígenas del Ande van apropiar de manera selectiva algunos elementos religiosos como la cruz para su resistencia religiosa; ya que el espacio en la que se encuentra la cruz católica eran lugares de las deidades andinas, pero durante la Colonia es donde se da el proceso de “emplazamiento” por otro elemento simbólico como medio de evangelización. En esta circunstancia es donde los pueblos, como menciona Barabas, inician entrelazar los rituales indígenas con la del mundo occidental. No obstante, no fue de manera mecánica la asimilación de los elementos culturales del mundo occidental por parte de los pueblos indígenas; sino hubo un proceso de resemantización y refuncionalización. Por este factor es que muchas veces, algunas prácticas religiosas católicas que se práctica en las comunidades indígenas quechuas, no se ajusta al paradigma de la concepción de la religión que provino de España. 


          Por último, cabe mencionar sobre la forma de representación de las personas indígenas en la pintura. Nos referimos a la imagen opaca de la configuración tanto del espacio y de la colectividad. En los cuadros anteriores no ocurre esto en cuanto a las personas indígenas representadas. Esto tiene que ver con la concepción de los quechuas sobre la sociedad, su cultura, como mencionamos en párrafos anteriores de este trabajo. Podemos ver que la cultura quechua es más predominantemente colectiva, pues llegaron a comprender que en el universo todo está concatenado y para alcanzar una armonía social se requiere a todos. Es por ello que se sobre dimensiona a llapanchik‘todos’.  

           Por captar estos aspectos culturales del pueblo quechua y luego plasmarlos en los cuadros que hemos analizado, radica la singularidad de los artistas como Zenobio Orlando Palomino Huamán, Moisés Anchahua Huamaní y de Víctor Poma Canchari Michue. Desde luego de otros pintores que pintan al indígena desde los andes. Esto nos explica que pintar al pueblo indígena quechua desde los Andes implica entrar al aspecto cultural, histórico, la sensibilidad andina, a la estética quechua y la percepción del mundo de los hombres del Ande; y desde luego, requiere un conocimiento amplio por parte de los artistas. Sin ello no sería imposible captar esas particularidades que existen en la cultura mencionada. 

           Esta manifestación artística que está surgiendo en los espacios de los pueblos quechuas requiere un estudio multidimensional y desde luego un meto adecuado. Por ejemplo, los colores no tienen el mismo significado que se maneja en el mudo occidental ni otros aspectos culturales. El investigador de las manifestaciones artísticas que provienen de los indígenas tiene un desafío en su objeto de estudio y en su metodología. 

            A manera de colofón se puede señalar que hay un tipo de artes plásticas que está surgiendo en los andes del Perú. Debemos señalar que no configura a un indígena melancólico, sujeto carente o que esta con los puños alzados. También cabe mencionar que hay nueva sensibilidad de los artistas que provienen la cultura quechua y hay una búsqueda de su identidad. En relación a esto si encuentra su revaloración de su pueblo indígena.

 

 

 

Referencias

Barabas, A. (Coord.) (1994) Religiosidad y resistencia indígenas hacia el fin del    milenio. Presentación. Quito: Abya Yala, 7-15.

Hidalgo, F. (2004). Tiempos de cambio y desafíos para el movimiento indígena ecuatoriano. Lima: revista Wifala, n 1, 51-72. 

 

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