Breves apuntes sobre Escritura Quechua en el Perú de Julio Noriega Bermuy*
Fredy Amílcar Roncalla
Es un honor presentar Escritura Quechua en el Peru, de Julio Noriega
Escrito en 1992 y publicado en Miami en 1995 como Buscando una tradición poética quechua en el Perú, este libro ha sido republicado en Lima con el título Escritura quechua en el Perú. Pese al tiempo sus páginas han mantenido actualidad. Y aquí haré sólo una breve glosa de sus tres capítulos.
En el primer capítulo: El quechua: voz y letra en el mundo andino. El autor trata la historia de la escritura quechua. Una primera sección se dedica al trabajo y propuestas de los curas y de los concilios limenses en resolver, para sus intereses de envagelización, los problemas del aprendizaje y escritura del quechua. Mas la elaboración de vocabularios, breviarios y gramáticas que resultaron en una primera domesticación del quechua. La segunda sección, dedicada al recurso analógico, es decir, la comparación del quechua con lenguas indoeuropeas, presenta a los europeos Tschudi, Markam y Middendorf y los peruanos Gabino Pacheco y Mariano Eduardo de Rivero. Todos trabajando y publicando en Europa nuevas propuestas de escritura y alfabeto, y dando a conocer documentos como el Ollantay y la crónica Pachachuti Yamqui. Así, por vías ajenas al territorio nacional, se establece la noción de una literatura quechua o incásica. La tercera sección, aborda el problema de la escritura quechua en el siglo XX, el diluvio universal de los alfabetos, y la educación bilingüe cuyo trasfondo siempre ha sido la asimilación al español.
En el segundo capítulo: Poesía Quechua: Las Múltiples voces de la letra. El autor vuelve al rol de los viajeros novecentistas en el establecimiento de la literatura quechua como incásica y de la cultura indígena como folklore. Luego propone tres horizontes poeticos. Primero el católico misionero, es decir una poesía que acompaña a los curas y que sule pasar al canto religioso del ande dejando la impronta del dolor y el sufrimiento como condiciones de redención hasta en el sermón del cura de Patibamba. Esta impronta, encerrará en un campo relativamente limitado el vocabulario metafórico de la poesía quechua hasta momentos recientes. El segundo horizonte, el discurso señorial indigenista tiene su origen en el renacimiento literario quechua del siglo VII, y pasa a la poesía indigenista señorial, misti, del siglo XX, que produce un discurso paternalista, de exaltación del pasado incaico, o de incitación a la rebelión, pero soslayando los problemas reales: la explotación y el despojo de indigena concreto. El tercer horizonte o el discurso de los migrantes, estudia la reciente literatura quechua de migración y desarraigo a partir de José Maria Arguedas y la andinizacion de la urbe.
En el tercer capitulo:La poesia quechua escrita, un mundo mitico en recomposicion, el autor aborda los conflictos que llevan a Garcilazo y Arguedas a escribir poesía quechua tarde en la vida, y trabajando la poesía quechua actual como una de redención y compensación introduce un breve análisis de los primeros poetas escriturales indígenas en el Peru: Titu Kusu Yupanki, Waman Poma, y Gracilazo. Cubre así un espacio que fue, aunque marginalmente, ocupado por la escritura indígena desde el primer momento, y abre campo para plantear la pregunta de si la poesía quechua es sólo la que se ciñe al verso o también está en el canto, el tejido y el trazo espacial. Aquí resalta el estudio de las ambigüedades y el seudónimo de Andrés Alencastre / Killku Waraka, quien inicia la poesía quechua moderna pero a es ajusticiado por los comuneros de Langui. Al tratar del tema mítico, de redención y precomposición, el autor mapea un vocabulario de metáforas y recursos presentes en la poesía quechua escrita desde el uso del paralelismo y la dualidad hasta imágenes como urpi, mallku, o apu. Imágenes que ritualizadas en el poema tratan de recomponer en un plano utópico el caótico mundo producto del desarraigo, la discriminación, la violenta y sentida historia de los andes.
Si es posible que este vocabulario esté en un proceso de renovación en la poesía quechua más reciente de Hugo Carrillo, Washington Córdova Huaman, Feliciano Padilla, Odi Gonzáles y Nina Anka este libro nos dará pautas para estudiar el florecimiento de la creación poética y escritural quechua en la página y en la pantalla, mas allá incluso de la impronta católica que redujo a la pérdida y el dolor la riquísima relación entre el mito, el rito, y la poesía.
Gracias a Julio Noriega por abrir tan deslumbrante ruta.
* Texto leido en la Conferencia de JOse Maria Arguedas at Villanova University el sabado 28 de octubre
Toda mi poesía es quechua en espanhol... atingencia a Noriega.
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