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Volveremos y seremos millones. Nilo Tomaylla

Desde Ginebra  Nilo Tomaylla comparte la version en español  traducida por su hija  Eva Jesus Tomaylla Caytiuro un articulo en francés que apareció en el Courier de Ginebra el 11 de marzo pasado. "En Perú existe un discurso de impostura intelectual, incluido en los teóricos de izquierda. Los conceptos como «minoría étnica», «poblaciones aborígenes», utilizados sobre todo en períodos de revuelta social, esconden un discurso paternalista inspirado en las fuentes del positvismo, entre otros, del siglo XIX. ¡En el Perú, no existe tal minoría! En realidad, el 85% de peruanas y peruanos provienen de esta cepa indígena quechua y aymara. Si tal minoría existe, no es otra que esa élite, que se erogó las riquezas de este vasto territorio." Mundo al revés

Imagen: Jesus Ruiz Durand


VOLVEREMOS Y SEREMOS MILLONES*


Por Nilo TOMAYLLA

La historia nos cuenta que, en 1526, en la Isla del Gallo, situada entre Ecuador y Colombia, el futuro « conquistador » del Perú, Francisco Pizarro, trazó una línea con su espada sobre la arena y retó a sus tropas: « De este lado quedaréis miserables; del lado sur, seréis ricos hasta el final de vuestras vidas ¡Elegid! ». Tan solo 12 aventureros de un con[ngente de 112, desgastados por la decepción y la

enfermedad, se atrevieron a cruzar la línea. En esos momentos, el drama norte-sur había nacido. Finalmente, Pizarro, soldado analfabeto, fue ennoblecido como marqués, provisto de un palacio en el centro de Lima, que hoy es la sede del Gobierno Central del Perú.

La actual presidenta, Dina Boluarte, va cumpliendo más de 100 días de gobierno con más de 70 muertos y centenares de heridos como resultado de los disparos letales de parte de la policía y el ejército sobre manifestantes pacíficos que reclaman, desde diciembre 2022, la renuncia de Dina Boluarte, el cierre del Congreso, una nueva Cons[tución y la libertad de Pedro Cas[llo.

Esta marea humana que viene desde el interior del Perú -sobre todo del sur- para ocupar Lima, en protesta contra este régimen, se parece por su resonancia telúrica a la de Tupac Amaru y Tupac Katari, héroes de la resistencia quechua y aymara respec[vamente, quienes llevaron una lucha contra el poder colonial de los Borbón, en 1781 y que terminó con la derrota de los rebeldes. Aún hoy, como un eco resuena en la memoria colec[va la frase que pronunciaran, antes de ser descuar[zados por cuatro caballos, ¡Volveremos y seremos millones! El grito de libertad de hoy es el mismo de ayer. Es la voz de un pueblo humillado por siglos de dominación.

En Perú existe un discurso de impostura intelectual, incluido en los teóricos de izquierda. Los conceptos como «minoría étnica», «poblaciones aborígenes», u[lizados sobre todo en períodos de revuelta social, esconden un discurso paternalista inspirado en las fuentes del posi[vismo, entre otros, del siglo XIX. ¡En el Perú, no existe tal minoría! En realidad, el 85% de peruanas y peruanos provienen de esta cepa indígena quechua y aymara. Si tal minoría existe, no es otra que esa élite, que se erogó las riquezas de este vasto territorio. Esta casta privilegiada tejió un modelo de país basado en arque[pos supremacistas. Los jerarcas del ejército, la policía, la prensa, las grandes escuelas profesionales, incluso la iglesia descienden de este linaje.

El presidente Cas[llo había bloqueado algunas ventajas a estas honorables familias, como no transferir el dinero del Estado por concepto de publicidad a los magnates de la prensa o exigir el pago de las deudas fiscales a las grandes empresas. La prensa limeña que ayer se ensañaba con Pedro Cas[llo, hoy guarda silencio sobre los actos de un régimen asesino: prueba que la señora Presidenta acaba de res[tuirles esas ventajas. Desde la aplicación de la polí[ca neoliberal por Alberto Fujimori, en 1990, todo ha sido priva[zado, incluida la educación. El único indicador invariable, desde entonces, es que el 70% de la población económicamente ac[va está abandonada a su suerte en una economía informal. Más injusto aun, cuando es este sector el que más contribuye al tesoro público, dado que se privilegia el impuesto indirecto al consumo. Es este sinsabor que cons[tuye la bomba escondida por siglos, en las grietas profundas que separa pobres y ricos, que amenaza con reventar.

En este punto, las marchas que exigen la salida de la señora Dina Boluarte y la disolución del Congreso con[núan. El poder legisla[vo no alcanza el 7% de aceptación, en un país de 33 millones de habitantes, la vida fastuosa que llevan los parlamentario-as han acentuado aun más el rechazo de la población. Y como si fuese poco, al sufrimiento del pueblo peruano, se añade las inclemencias naturales causadas por el ciclón Yaku y el fenómeno del Niño. En respuesta a los pueblos damnificados, La señora Presidenta anuncia no tener presupuesto y pide una colaboración voluntaria

a las buenas almas para luchar contra los huaycos que han devastado zonas enteras; pero para sorpresa de todos anuncia, a toda pompa, la compra de 12 helicópteros para las fuerzas armadas.

El malestar del Perú se ha replicado en el exterior. La plaza de las Naciones Unidas de Ginebra es tes[go de numerosas manifestaciones en apoyo a los pueblos andinos. En este espacio se ha visto, junto a los compatriotas peruanas y peruanos del exterior, la solidaridad de personas de países hermanos. En este marco estuvieron el señor Wilfredo Robles, abogado del Presidente Pedro Cas[llo; la señora Lourdes Huanca, representante del pueblo aymara; así como también personalidades de la polí[ca helvé[ca, como Carlo Sommaruga o Antonio Hodgers, que nos recuerdan que el des[no del lejano Perú está unido también a este suelo. Suiza es uno de los países donde termina el recorrido de ese oro que nace en las entrañas de la Pachamama, de aquel país ensangrentado.

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(*) articulo en francés “Nous reviendrons et nous serons des millions » que apareció en Le Courrier de Ginebra, el 11 de marzo 2023.

Traducción de Eva Jesús Tomaylla Caytuiro

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