Don Edmundo Montes Ataucuri - que es además un estudioso de las toponimias andinas- nos permite reproducir esta nota sobre los cinco rostros del Apu Qiqaña. Importante documento para entender los territorios sagrados y el espacio como el gran poema, gracias
LOS CINCO ROSTROS HUMANOS DEL APU QIQAÑA
Por Edmundo Montes Ataucuri
El apu Qiqaña, es una de las importantes deidades regionales de la nación Ch’umpiwillka. Se le atribuye el sexo masculino, está personificado como Mariano Hilaqaña. En torno a esta divinidad se ha tejido una serie de mitos y leyendas, en las cuales destaca sus propiedades de ganado, riqueza mineral y la gigantesca vejiga de agua. Por otra parte, se sabe que Qiqaña se caracteriza por ser un experto viajero, ganadero, chacarero, mujeriego, solidario, guerrero y hasta abigeo. Su fama llega a tierras arequipeñas y apurimeñas. Se dice, que como buen ganadero tiene diez maqt’as (muchachos a su disposición).
Hace una década atrás descubrimos su rostro principal de Mariano Hilaqaña desde la altura del ruedo de toros de la comunidad de Lutto. En el presente año realizamos una visita etnobotánica a Qiqaña, y sorprendentemente en las inmediaciones de la cumbre de nuestro APU sagrado pudimos descubrir a cuatro rostros humanos petrificados, y estamos seguros que estos son los maqt’as de las cuales se cuenta en la mitología local, solo faltando identificar a los otros cinco muchachos, que pronto lo encontraremos.
Desde tiempos inmemoriales, Qiqaña es nuestra divinidad muy querido por los llusqueños que vivimos asentados en su manto sagrado, porque gracias a él tomamos el líquido vital, el agua. Un yachaq nos decía: “Qiqaña orina para Llutto como para Llusco y anexos, gracias a ello podemos producir el maíz regando con sus aguas”. Entre Qiqaña y el runa llusqueño descendiente de los famosos QURIRASUS hay una permanente crianza de vida, él nos cría con amor y nosotros correspondemos a través de las ofrendas y ritos.
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