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Escritura e Ideologia en Historia de Mayta / Blas Puente Baldoceda, Ph.D

Tomado de Hipocrita lector


I

Historia de Mayta ha suscitado un inacabable debate entre los críticos por lo controvertida que es la novela en los niveles de estructura narrativa, lenguaje literario e ideología. Exploro algunos aspectos de dichos niveles mediante el manejo dos conceptos narratológicos --autor implícito y situaciones narrativas-- para probar la validez estos conceptos en el esclarecimiento de las relaciones entre historia y ficción y sus implicancias ideológicas.

Autor implícito, término acuñado por Booth, --llamado también el segundo yo, el alter ego novelesco,-- es la proyección literaria del autor biográfico que surge de la totalidad del texto literario. Es la imagen mental del autor biográfico que los lectores se forjan a partir de la lectura de Historia de Mayta. Rimmon-Kenan lo define precisamente como “un artificio que es inferido y ensamblado por el lector en base a todos los componentes del texto”(87). El autor implícito es el que produce el mundo novelesco y lo transmite al lector potencial que concretiza el sentido total mediante una lectura activa (Lintvelt, 18)., Por otro lado, el autor implícito y el lector potencial no se enuncian en el texto literario, es decir, entre ellos no existe una comunicación lingüística directa y explícita. Y esta carencia de voz dentro del texto, es lo que diferencia al autor implícito del narrador. Genette advierte enfáticamente a los que todavía los confunden: el autor implícito no es una instancia narrativa, sino una idea del autor biográfico que se infiere del texto. (Nouveau 102). Chatman, por su parte, establece undeslinde preciso entre ambas:


[El autor implícito] no es el narrador; al contrario, es el principio que inventa al narrador y todo lo demás que existe en la narración, es el que baraja las cartas de una manera personal, y genera los eventos en que participan los personajes, mediante palabras o imágenes. A diferencia del narrador, el autor implícito no dice nada. En otras palabras, carece de voz y otros medios directos de comunicación. Nos orienta en silencio, a través de la estructura total del texto, con todas sus voces seleccionadas que nos dan acceso al texto. Se entiende la noción de autor implícito con mayor claridad cuando comparamos diferentes obras escritas por el mismo autor real o biográfico pero que presuponen diferentes autores implícitos” (148)


Ahora bien, hecha la distinción entre autor implícito y narrador, procederé a reconstruir algunas de las opciones ideológicas y estéticas del autor implícito que subyacen a la novela Historia de Mayta y la manera como se insertan en la dinámica de las situaciones narrativas. Para el esclarecimiento de la estructura narrativa, resultan sumamente efectivas los conceptos de nivel y persona planteados por Genette. El narrador en el nivel extradiegético está fuera de los sucesos narrados, mientras que en el nivel intradiegético está dentro de ellos; por otro lado, el narrador en persona hornodiegética actúa como personaje en sucesos narrados, mientras que en persona heterodiegética no participa como tal en ellos. Historia de Mayta está organizada en base a dos situaciones narrativas. El narrador que se propone escribir una novela sobre la insurrección ocurrida en Jauja, basándose en las entrevistas con los familiares y allegados de éstos, se ubica en una situación narrativa extradiegética y homodiegética cuyo discurso literario se vierte en el presente gramatical. Es extradiegética porque el narrador se constituye en la primera instancia narrativa al asumir el acto de escribir como autor --hecho que lo coloca fuera de los sucesos narrados, y es homodiegética porque que participa en ella como un personaje. Sin embargo, cuando este narrador, que se desempeña en la ficción corno autor y personaje, recuerda sus experiencias infantiles compartidas con el Mayta-colegial , y los esporádicos encuentros con el Maytamilitante de izquierda, se ubica en el nivel intradiégetico, ya que se instala dentro de los sucesos narrados. Otra situación narrativa que se vierte en el pasado gramatical y supeditada a la anterior, puede ser caracterizada como extradiegética porque se narra desde fuera los sucesos de la insurrección de Jauja, pero esta vez la persona es heterodiegética porque el narrador no participa como personaje en dichos sucesos. Esta distinción de de persona narrativa es pertinente en la medida en que nos permite explicar en términos narratógicos las transposiciones que se operan en la narración: por ejemplo, cuando el narrador en situación hornodiegética nos narra sus impresiones y recuerdos en el Museo de la Inquisición y, repentinamente, se traslada a una situación hetereodiegética para narrar las impresiones y recuerdos de su personaje Mayta al que lo ubica en el mismo escenario. En este caso ¿cómo se explica este cambio de la homodiegesis a la heterodiegesis?. Es obvio que el narrador quiere fusionarse íntimamente con la experiencia subjetiva del personaje. Este continuum que va desde la narración (“narrating”) hacia la experiencia subjetiva del personaje (“experiencing self”), es un proceso de reflectorización de la situación narrativa (Stanzel, A theorv, 34)

Reisz de Rivarola ha descrito la estructura narrativa de Historia de Mayta utilizando también la teoría de Genette y concluye que existen dos niveles: un nivel primero con un narrador-personaje que narra en presente y que subordina un nivel segundo con un narrador-escritor que narra en pasado. Aunque describe con precisión el carácter homodiegética de la primera situación narrativa, no hace lo mismo con el nivel y la persona de la segunda. Por otro lado, la mencionada crítica ve obligada a esclarecer que en ambos niveles los narradores pertenecen a la misma identidad personal --el escritor--, aclaración que se hubiese evitado, si habría seguido la advertencia de Genette, según la cual sus categorías narratológicas no caracterizan a individuos o entidades sino a situaciones o funciones narrativas. En lo que si acierta Reisz de Rivarola es en la explicación de cómo se conectan ambas niveles, cuando dice:

La conexion entre los dos niveis se produce, por lo común, mediante alguna redundancia lexica o temática (repetición de una palabra o una unidad semántica mayor) o mediante una aparente respuesta o un aparente comentario a una pregunta o aseveración del nivel diegético precedente (...) semejante tipo de conexión, que yo me atrevería a bautizar como “pseudodialógica’ (pues se crea la sensancion de que los personajes ubicados en distintos niveles dialogan entre si. (847-848)

Una distinción más precisa entre quien habla y quien ve dentro de Historia de Mayta, es decir, entre voz narrativa y focalización podría contribuir a explicitar con mayor rigor la estructura narrativa. En cuanto a la focalización --denominada también “punto de vista” o “perspectiva”-- la narración es presentada mediante tres maneras de focalización: focalización cero, focalización interna y focalización externa (Genette, Narrative 189-90). En esta novela, la voz narrativa del narrador se manifiesta con la focalización externa cuando describe a los entrevistados y su medio ambiente: los ve desde fuera y no puede penetrar los pensamientos y sentimientos ajenos; con focalización interna cuando ve las cosas desde su propia conciencia y la conciencia de Mayta; y con focalización cero cuando describe el Perú apocaliptico plagado por el terrorismo, la guerra y las intervenciones extranjeras, y los ambientes y los otros personajes que intervinieron en el movimiento subversivo. En este tipo de focalización el narrador posee mayor grado de omnisciencia y omnipresencia. En suma, en Historia de Mayta es obvia la destreza en el manejo de las diversas posibilidades combinatorias de nivel, persona y focalización. Sin embargo, el pseudodiálogo de los dos niveles resulta no sólo artificioso, sino monótono, y en cierta medida la verosimilitud de la fábula pareciera ser afectada por dicho artificio. Por otro lado, el logro de la simultaneidad espacial y temporal con miras a lograr la totalidad en el mundo ficticio, se ve interferida por la carencia de un conocimiento íntimo por parte del narrador de algunos de los espacios del mundo referencia!, como, por ejemplo, la cultura y el socio!ecto andinos.

En cuanto al discurso literario, el narrador de Historia de Mayta exhibe un rico repertorio de formas discursivas tales como el discurso narrativisado cuando el narrador asume directamente la narración de los pensamientos de los personajes secundarios y la descripción de ambientes; e! discurso transpuesto --llamado tambien monólogo narrado-- cuando el habla del personaje manipulado por el narrador en forma de discurso indirecto regido y discurso indirecto libre; y el discurso citado cuando el narrador cita literalmente los pensamientos tal como se verbalizan en el discurso interior en forma de discurso directo y de discurso directo libre. En esta última forma no existe ningún signo demarcativo y poseé la autonomía del discurso inmediato. Ahora bien, con respecto a la estructura lingüístico-estilístiva de dichas formas discursivas, Oviedo señala que la textura de la novela es ensayística y periodística. El lenguaje es excesivamente explanatorio y analítico, más adecuado a la discusión de ideas, y abunda en series asindéticas de palabras o frases enteras de estructura triádica, Esta reiteración contribuye a crear una monotonía rítmica (Historia, 155). Asimismo, cuando el narrador adopta expresiones del lenguaje popular le produce al crítico un efecto pintoresco. Habría que agregar, sin embargo, que deficiencias en el lenguaje literario nó se deben atribuir ingenuamente a la premura que tuvo el autor biográfico de culminar dicho proyecto literario, sino al hecho señalado por Zapata: la novela es una suma de monólogos controlados por la voz evaluativa del autor- narrador (Trampas, 195). No es una novela polifónica como La ciuda y los perros, donde la rica orquestación de las diferentes voces representan dinámicamente la heteroglosia de la sociedad peruana.

II

Ahora bien, del narrador de la primera situación narrativa extra-heterodiegética, llamado también narrador-personaje o narrador-autor-personaje, se autodefine como un escritor para quien la creación de ficcion realista consiste en saber mentir con conocimiento de causa; de allí que se proponga a reconstruir ficticiamente un hecho histórico --el intento subversivo de tendencia marxista-leninista ocurrido el 24 de mayo de 1962, cuyos protagonistas fueron un joven alférez de la Guardia Republicana, Francisco Vallejos y Jacinto Renterfa, un viejo militante trotzquista, que sirvió como referente para la construcción del personaje Alejando Mayta. La ficción se elabora utilizando los testimonios de familiares y allegados porque el método de trabajo de este narrador consiste en escribir historias a partir de la historia en mayúsculas y mediante la observación de la mayor cantidad de datos, el cotejo minucioso de diversas versiones, y el alambicado montaje de las mismas, pero, sobre todo, mediante el fantaseo con grandes dosis de invención. Es más: al narrador no le importa si dichos testimonios son falsos o son verdaderos porque no escribe una historia real sino una novela realista donde, según él, hay más mentiras que verdades. En otras palabras, no está interesado en contar lo que realmente pasó, sino que partiendo de dichos testimonios inventa con la mayor vitalidad posible una novela que no es más que “una versión pálida, remota y falsa” del suceso histórico. Este narrador imagina, evoca y conjetura fébrilmente, cree que en la historia en mayúsculas también existe invención; en consecuencia, esta hecha de mentiras. Más aún: afirma que la información de los medios de comunicación y la que circula entre las personas comunes ha de dejado de ser objetiva para convenirse en fantasía, o sea, la realidad peruana es la más absoluta ficción porque todos mienten sin excepción. En algún momento dice:



“Informar” es ahora, entre nosotros, interpretar la realidad de acuerdo a los deseos, temores o conveniencias, algo que aspira a sustituir un desconocimiento sobre lo que pasa, que, en nuestro fuero íntimo, aceptamos como irremediable y definitivo. Puesto que es imposible saber lo que de veras sucede, los peruanos mienten, inventan, sueñan, se refugian en la ilusión. Por el camino más inesperado, en el que tan poca gente lee, se ha vuelto literaria(274)


Por otro lado, los sucesos de Jauja lo convencen de: lo misteriosas e imprevisibles que son las ramificaciones de los acontecimientos, esa complejísima urdimbre de causas y efectos, reverberaciones y accidentes, que es la historia humana (185) Asimismo, cuando Mayta se atormenta con la duda sobre la deserción de los grupos que en un primer momento se comprometieron participar en la subversión, decide en ese momento restarle importancia al hecho porque considera que cobrará relevancia cuando “la historia tomara cuentas y estableciera la verdad”. Acto seguido, el narrador replica desde el presente que él es la historia y sabe que “no es tan sencillo, pues no siempre el tiempo decanta la verdad” (280). Me atrevo a postular que frente la concepción dialéctica de la historia de Mayta, el narrador contrapone una concepción antidialéctica, según la cual , los acontecimientos de la historia se entretejen de manera imprevisible y accidental y, por consiguiente, su decurso es extravagante y misterioso.

El análisis de la ideología subyacente del narrador, se facilita enormemente si se adopta como marco teórico la critica ideológica elaborada por Terry Eagleton. Partiendo del principio de que la ficcionalidad es la esencia del texto literario, dicho crítico postula que la producción de significados de un texto ficticio son representaciones de la realidad como objeto imaginario, y no las situaciones concretas de la realidad histórica. Debido a la ausencia de la realidad histórica en la ficción, ésta adquiere el privilegio de una libertad sin límites, pero que, en definitiva, no responde sino una necesidad interna del carácter ficticio del texto. A diferencia del texto historiográfico--cuyo objeto es la realidad histórica--el texto ficticio auto-produce su propio objeto, o sea, es auto-referencial. La ficción no se refiere, pues, a situaciones concretas de la realidad histórica, sino que su autoreferencialidad se encuadra dentro de ciertos parámetros ideológicos, de modo que su relación con dicha realidad histórica es mediatizada., aunque ésta, en ultima instancia, es el contexto en que se produce dicha autoreferencialidad de la ficción. Esta compleja relación entre ficción, historia e ideología es planteada por Eagleton en los términos siguientes:

El texto literario produce la ideología sin necesidad de referirse en su textura a la realidad histórica. Se configura como una entidad autónoma de hechos imaginados o pseudo eventos cuya importancia radica en la manera corno contribuyen a modelar y perpetuar un proceso de significación. Aparentemente, la realidad histórica se distancia y se torna abstracta, mientras que dicho proceso de significación adquiere mayor relevancia y se toma más concreto. De este modo, el texto literario parece autoproducirse y autodeterminarse con absoluta libertad, porque no esta obligado por la necesidad de reproducir la realidad histórica. Sin embargo, esta aparente libertad absoluta del texto literario simplemente oculta su fundamental determinación por los parametros de la matriz ideológica. Si al nivel pseudoreal--es decir, al nivel de los existentes y eventos imaginarios--cualquier cosa puede suceder, esto no es verdad al nivel de la organización ideológica; de manera que la libertad absoluta del nivel pseudo-real es una mera ilusión, ya que lo pseudo-real --es decir, la ficción-- es el producto de las exigencias ideológicas que saturan sus modos de representación (Criticism 74)


La ficción como producto de la mentira en Historia de Mayta debe entenderse como la propuesta de que la ficción es un proceso de significación autónomo e inmanente, conformado por lo pseudo eventos imaginados por la capacidad inventiva del narrador. ¿Pero como explicar el afán de mentir con conocimiento de causa?. En primer lugar, el narrador reconstruye una situación concreta de la historia real --el conato subversivo en Jauja--, pero se propone persuadir que escribe una novela y no un libro sociopolítico; por lo tanto, le asiste el derecho de inventar mentiras con la más absoluta libertad, lo cual es inobjetable ya que su trabajo no consiste en reproducir fielmente la realidad histórica. Pero esa absoluta libertad de invención funciona dentro de una matriz ideológica, es decir, dentro del cuerpo de principios y prejuicios que constituyen a la vez una visión del mundo y un sistema de valores. Si bien es cierto que al nivel ficticio o pseudo real de la Historia de Mayta el narrador es libre de inventar cualquier cosa que le permite su capacidad imaginativa --la homosexualidad del personaje Mayta o el Perú apocalíptico--, esa aparente libertad se inserta dentro de sus parámetros ideológicos implícitos en los modos de representación ficiticia. De hecho, esta ideología no es expone explícitamente en el texto, sino que es insinuada de manera oblicua, especialmente en los llamados “silencios textuales” que revelan a todas luces las pautas ideológicas del autor implícito. Es Macherey quien sostiene que la ideología esta presente en el texto en forma de silencios elocuentes, de vacíos y fisuras significativas. Eagleton comenta las ideas de dicho crítico de la siguiente manera:

Son estos silencios los que el crítico debe explicitar: es el subconciente del texto al que debe interrogar, el subconciente que no es otra cosa que el juego de la historia misma en la márgenes del texto. Al afirmar una cosa, el texto puede afirmar simutáneamente otra, que no es necesariamente lo mismo; el texto, por su naturaleza, es incapaz de decir una sola cosa a la vez. Lo que el texto nos revela como totalidad no es, entonces, no ésta o esa secuencia de significados, sino su conflicto y diferencia; la articulacion del espacio vacio que divide y une al mismo tiempo sus significados múltiples. (Against 15)


Ahora bien, volviendo al análisis ideológico del narrador, cuando éste se pregunta a si mismo porque se obsesiona en contar la historia de Mayta responde que le conmueve su fuerza dramática. En el carácter absurdo y trágico del conato subversivo de Jauja, el narrador cree encontrar elementos oscuramente sugestivos tales como la truculencia, la marginalidad, la rebeldía, el delirio y el exceso. Esta obsesión por lo espectacular y lo intensamente dramático, lo condiciona en cierto modo cuando deja entrever que la intentona revolucionaria de Rentería y Vallejos fue un delirante aventurerismo, fruto de la insensatez, la irresponsabilidad y la ingenuidad grotescas, tal como lo asevera Cornejo Polar en una sagaz interpretación ideológica de la novela. Según este crítico, el narrador-autor-personaje de Historia de Mayta, extiende la ficcionalización a un terreno que le es ajeno: la interpretación ideológica de la historia del Perú de los últimos veinte años; por esta razón, detrás de la manipulación fabuladora de la realidad histórica en la novela se esconde una conciencia real que tergiversa los hechos reales. Por ejemplo, el hecho de haber adelantado la cronología del conato subversivo trotskista de Jauja--de 1962 a 1958--, no es gratuito: obedece a la necesidad de erigirlo como un símbolo inicial de todos los movimientos populares para subvertir el orden establecido por la sociedad dominante--las guerrillas del 60, los levantamientos de los campesinos de la misma década, el terrorismo de Sendero--, todos ellos eslabones de la violencia revolucionaria izquierdista cuya creciente intensificación culminará en la desintegración apocalíptica del Perú.

Es obvio, pues, que en Historia de Mayta la ideología del narrador es congruente con las pautas ideológicas que establece el autor implícito. Es más: el narrador, una instancia puramente textual, converge a nivel ideológico con el autor biográfico. Esta convergencia se consolida por el hecho de que el narrador de Historia de Mayta comparte con Vargas Llosa algunos rasgos psico-sociales o autoindentificadores tales como su estadía en París, su residencia en Barranco, su condición de escritor y su hábito deportivo de correr. Lo anterior me induce a concluir que el autor biográfico, el autor implícito y el narrador convergen en un objetivo ideológico común: presentar una radiografía caricaturesca de la gran frustración ideológica y política de los revolucionarios e intelectuales marxistas- leninistas en el contexto peruano. Por esta razón, Mayta, que los tipifica, es descrito como un inadaptado y resentido social con tendencia a la autodestrucción, cuya vocación religiosa en su infancia lo predispone a la instransigencia de un sectario y al dogmatismo de un fanático; como un ser anormal debido a su homosexualidad; y, finalmente, como un idealista ingenuo con espíritu heterodoxo y herético que milita en los diversos grupúsculos estériles del mundillo “sórdido, estrecho y vil” de la izquierda peruana, caracterizada por su sectarismo, infantilismo y excesivo radicalismo, y donde impera el cálculo, las segundas intenciones y una retórica pre-fabricada. Estos revolucionarios e intelectuales marxistas- leninistas son descritos corno oportunistas, corruptos, intrigantes y proclives a la traición, que trafican con la revolución y la convierten en algo esóterico y pedante por sus bizantinas discusiones teóricas, su esquematismo y su miedo a acción política, y si actúan están predestinados a la nada porque no saben llegar a las masas. Urdanivia Bertarelli, incide en lo mismo, cuando concluye que los personajes de Historia de Mayta son entes esquematicos, estereotipados y preconcebidos, meros símbolos inmutables de clases y grupos sociales: Mayta, el revolucionario utópico de izquierda; Moises Barbi Leyva; el pequeño burgués radicalizado; el Senador Campos, el militante de izquierda que se ha dejado ganar por las comodidades de la vida burguesa, etc, y todos estos personajes acartonados funcionan como vehículos para probar una tesis a priori: “los grupos de izquierda yerran en su praxis porque parten de un análisis equivocado del Perú” (Realismo 138-139). Por otro lado, el haber seleccionado a un militante del trotskismo, grupo insignificante, marginal y heterodoxo, como símbolo típico de toda la izquierda marxista- leninista del Perú, responde a la misma estrategia de reducir maliciosamente todo proceso revolucionario peruano a la “enloquecida aventura de Vallejos y Mayta”.

Un lector desfamiliarizado con el contexto peruano, al terminar de leer Historia de Mayta, se inclina a creer que crisis política de la sociedad peruana se debe al aventurerismo revolucionario de las sectas marxista-leninistas, y no al sistema social injusto que la genera. Es lo que Cornejo Polar denomina la causalidad trunca y consiste en:

situar en el origen de la historia que narra a la subversión y no al orden social que la explica, de modo que si se trata de explicar responsabilidades en esta historia trágica, todas --o casi todas-- recaen en quienes se rebelaron contra un sistema injusto y degradante, mientras los instauradores y beneficiarios de ese orden o no tienen la culpa o la tienen muy indirectamente (Historia, 85)

Y para concluir: en el capítulo X de Historia de Mayta, el narrador con un cinismo sin límites nos dice a sus lectores:

Mi interés no es político, es literario. ..“ (322)

Espero críticamente haberlo desmentido, y de ese modo haber sacado a luz el gran contrabando ideológico que se disirnula sútilmente en los silencios elocuentes de la novela.

Obras citadas

Cornejo Polar, A. “La historia corno apocalipsis’t, Quehacer , Lima, 33 (1985), 76-86
Chatman, Seymour Story and Discourse, Narrative Structure in Fiction and Filrn. Ithaca: Corneli UP, 1987.
Eagleton, Terry. Criticism & Ideology. London: NLB, 1986
Against the Grain. London: Verso, 1986
Genette, Gérard. Narrative Discourse. An Essay in Method. Trans. C. K. Scott Moncrieff. Ithaca: Cornel UP, 1980
Narrative Discourse Revisited. Trans. Jane E. Lewin. Ithaca: Cornel UP, 1983
Macherey, Pierre. Pour une Théorie de la Production Littéraire. Paris: François Mapero, 1966.
Lintvelt, Jaap. Essai de Typologie Narrative. Le “point de vue”. Paris: Librairie José Corti, 1981
Oviedo, J.M. “Historia de Mayta: una reflexión política en forma de novela”, Antipodas 1(1988), 142-159
Reisz de R, S. “La historia como ficción y la ficción como historia: Vargas Llosa y Mayta”, NRFH 35 (1987), 835-853.
Stanzel, F. K A theory of narrative. Trans. Charlotte Goedsche. London: Cambridge UP, 1982
Urdanivia B, E. “Realismo y consecuencias en Historia de Mayta”, RCLLv 11,23 (1986),135-140.
Rimmon, Shlomith Narrative Fiction: Contemporary Poetics, London: Methuen, 1983
Zapata, Roger. “Las trampas de la ficción en la Historia de Mayta”, En La historia de la literatura Iberoamericana: Textos del XXVI Congreso del Instituo Internacional de Literatura Iberoamericana. Eds. Chang-Rodríguez y de Beer. New York: Ed. del Norte, 1989

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