Alida Castañeda comparte el texto leído por Walter Bustamante Hernández en su presentación en Huamanga.
© Walter Bustamante Hernández
Referirse a la poesía de Alida Castañeda es remitirse a la arcilla en manos de la alfarera y a la misma alfarera en la esencia de su arcilla, plástica y clara, sencilla y profunda enraizada en la médula creativa andina telúrica y ancestral, llena de permanencias y cambios como su decurso histórico en tiempo circular.
A tus aguas vuelvo
a contracorriente
camino de regresos
(...)
Memorias turbias
a veces
bañando edades
La profunda sencillez -con claridad de retrato- de su poesía exenta de circunloquios, recuerda a Noel Clarasó que recomienda “Suprimir toda palabra inútil. Simplificar la frase. Simplificar la idea. Suprimir, suprimir. Esta es la fórmula para escribir bien…”
Este principio, aplicable a todos los lenguajes, caracteriza la poética alfarera de Alida, quien, tanto en español cuanto, en Runasimi, prescinde de frases fastuosas, locuciones excesivas y estructuras enredadas, para modelar belleza desde un estilo natural de palabras y de sintaxis sencilla, que, alejada de inútiles rebuscamientos consigue generar el goce estético desde una versificación clara y llana.
Los ríos danzan
presurosos
para llegar al mar.
Los caminos
van llegando
a su final
Alida Castañeda es poeta del sur andino peruano, apurimeña, cuzqueña y ayacuchana, terruño de cuyas fértiles aguas ha bebido vitalidad y de cuya gravidez ha nacido a campo traviesa. En ese sentido, la Poesía Alidal, dibuja los llanos natales y vivificantes desde la consubstanciación de su verbo con los seres vivos del ande: los Apu Wamami como Qayani, el río en camino contracorriente, los árboles, los animales y sus gentes. Alida consigue transmitir la armonía interactiva de los pequeños detalles paisajísticos con los elementos de la extensión y de la inmensidad, la línea del horizonte y la perspectiva que alcanza la mirada física y espiritual. Es motivante la dialéctica de esta visión sustantiva del espectro andino que, a la par de su objetividad a flor de piel, se distancia del paisaje convencional y remite a uno diferente, inscrito en las honduras del uku suyu o mundo interior, en la explanada ilimitada del espíritu. Y, desde allí, la andinidad se hace universal, identitaria y global.
Hermoso árbol
de Chachacomo
dale sombra
como hasta hoy
a los niños que
en su ojos viven
Que la borrasca
de la niebla
no moje
sus sandalias
Nuestras huellas
están impresas
desde el Saurikalla
y Mallmanya
hasta el Gran Lago
Los versos alidianos son iconos que se enlazan y se integran comunitariamente pergeñando un simbolismo espacial de amplia polisemia cuya observancia es cautivante: la horizontalidad, a través de la fotografía de la pampa; la verticalidad, expresada en la sinergia dialógica del hawa, el hanan, el kay y el uku pacha; la profundidad, a través del retrato de los despeñaderos, las hendiduras y los surcos que abre el rio cuando horada la cordillera enhiesta de los andes.
Fui viento
Fui río
Fui montaña
Fui sonrisa
Canto alado
Verbo y piedra
Nieve perpetua
Aire puro
de cordillera
Jinete sobre
horizontes
cabalgando
ternuras
Alida compone, en el verso fluido de su obra, el diálogo que, desde sus sentires físicos, psíquicos, espirituales, sociales y artísticos, entabla con la multidimensionalidad del cosmos para recrearlos y alumbrar desde su prolífica pluma, la ternura, el asombro y experiencia del universo que sabe transmutar en paisaje interior y revertirlo a la magia de la palabra. En suma, la exoligencia del mundo objetivo en contubernio con la introligencia de su inconmensurable mundo subjetivo revierten desde la palabra como fina inteligencia tejida que convida una mesa generosa en placer estético.
En esa misma perspectiva multicósmica enhebra, lo vibrantemente humano, con énfasis en lo femenino.
María de los andes
doliente sus penas
en pie de lucha
Casada
a los 15
madre de siete
mensajera
inteligente
Eso sí, lo límpidamente humano en una danza de palabras En veces, hace humana la naturaleza que fluye como un manantial y se torna rio y se hace camino cuesta arriba para unir el cielo con el mar: rio camino, camino río: Mayuñan.
Las mujeres
desmontan
el futuro
y atrapan
a manos llenas
todas las estrellas
En Mayuñan, obra de Alida Castañeda que motiva este comentario, se saborea la unidad consustancial del cosmos externo y del cosmos interno. Tal unicidad se hace tangible en la eficacia poética, que transporta a la objetividad vale decir a la operatividad de la obra para cumplir su propósito, y subjetivamente cuando se corporeiza en las emociones que sacuden las fibras sensibles de sus lectoras y lectores. Ambos soplos vivenciales se determinan mutuamente en el entendido que la eficacia se evidencia en la captura que concita la lectura, y el agrado en la lectura obedece a la eficacia con que las obra aborda sus contenidos preñados de hondura. En esta parte, calza perfectamente lo expresado por Borges lector, cuando dice que “la poesía es una experiencia estética, es decir, una presencia que se siente con todo el cuerpo. En esta medida, la poesía es una experiencia concreta, no un concepto. Es una experiencia concreta, así como lo son [...] el sabor del café, el color rojo o amarillo o el significado de la ira, el amor, el odio, el amanecer, el atardecer o el amor por nuestro país”.
El vuelo
del picaflor
despierta
el hueso dormido
Sesentinueve mil
miocardios
unen sus yemas
a uñas desgarradas
Mayuñan tiene, de otro lado, la virtud particular de se ser una producción bilingüe pues Alida presenta sus poemas en español transcreados al runasimi y viceversa, con la adicional valía de que aprovecha indistintamente las riquezas poéticas de las variedades Ayacucho-Chanka y Cuzco-Collao como que se ha nutrido abundantemente de ambas fuentes y como que refleja al Perú megadiverso hermanado al mundo y de manera especial a lo países que compartimos el quechua como herencia ancestral ineludible (Perú, Ecuador, Colombia, Bolivia, Argentina, Chile y Brasil). Así, Alida forma parte de las mujeres y hombres que labran poesía en quechua que jamás perdió vigencia y que cuya continuidad y crecimiento es una tarea obligatoria para todas las culturas quechua hablantes herederos y heredantes de una cultura antigua, actual y de expectante futuro. En esa mística, Alida Castañeda no se limita a escribir las vivencias del presente desarrollando poesía a partir de la sabiduría ancestral, sino que traza sendas para la continuidad del arte poético en las generaciones venideras, contribuyendo al resurgimiento del arte en la contemporaneidad paradójicamente cuando campea la soledad de multitudes.
Llakiyta su’uspaymi
yacharani ñuqawanpuni
kasqaykita.
(…)
Kaypim kachkani
Ñuqawan
Wiñaypaq
Sulpayki mamallay
Urpillay sunqullay
La poesía quechua absorbe la savia que fluye en la sabiduría ancestral y se nutre, asimismo, del flujo creativo universal del cual son parte, también, las comunidades andinas; de modo que ya se tiene una pléyade de escritores con nombre propio y de existencia autónoma a otras artes, sumándose a la modernidad sin renunciar, por ello, a la colectividad creadora, cuya poesía recoge los ritos, costumbres y cosmovisión andinas. En ese contexto, la poesía alidiana en quechua, es una mixtura de sentires antiguos y presentes con proyección futurista, tornándose puntal gravitante de una cultura que pervive y que no está dispuesta a desaparecer.
Cocamamay
Mamacocay
(…)
Iman hamunqa
imanasqam
kay hatun llakiy
willakuway
Cocamamay
En ese sentido cierro esta intervención volviendo a citar a Borges que en 1978 escribió: “les he dicho a mis estudiantes que tengan poca bibliografía, que no lean críticas, que lean [y relean] directamente los libros; entenderán poco, quizá, pero siempre gozarán y estarán oyendo la voz de alguien. Yo diría que lo más importante de un autor es su entonación, lo más importante de un libro es la voz del autor, esa voz que llega a nosotros”
De manera que, para internalizar Mayuñan, todo lo que se diga merece una generosa audiencia, pero nada mejor que el contacto personal con el libro.
Un día
preñarás el retorno
Cuando hayas
Parido el regreso
nos anticiparemos al sol
Muchas gracias.
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