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III: EL CHIVO EXPIATORIO COMO APARATO SEMIÓTICO. Masao Yamaguchi





Empezando con el festival Sitwa de los incas y reivindicando la antropologia de Jamez Frazer, Masao Yamaguchi hace un recorrido comparativo entre el ande, varias culturas del sud este de Asia,  el formalismo Ruso y las ideas de Kenneth Burke en torno al chivo expiatorio por el cual la cultura  brega con sus elementos indeseables. Un ejemplo claro del chivo expiatorio  en el Peru es el indigena, o el «otro», y incluso todas las izquierdas recientes  en periodos de elección y afianzamiento ideologico. Otra de las aplicaciones d esto seria la reciente discusión sobre alteridad e identidad en torno al eurocentrismo. Pero la mirada del profesor Yamaguchi es  mas «semiotica» que sociologica, porque como diria un viejo vistante a Polvos Azules,  Artur Rimbaud «el otro es tambien  nosotros».  No quiero dejar pasar la oportunidad de pedirle a algún lector de Japon o del tukuy mundo, si tienen referencia o conocen a los deudos del Profesor Yamaguchi favor pasarme la voz para hacer los contactos respectivos. (FR, nota 26/oct/22015)



EL CHIVO EXPIATORIO COMO APARATO SEMIÓTICO
 
©Masao Yamaguchi
©Tradución. Fredy A. Roncalla Fernández
 
       
       La vez pasada hablamos sobre la creación mítica, ritual, simbólica y literaria de un espacio contrario al mundano. El viaje al otro mundo supone necesariamente una barra bien marcada por la cual quien se dirige al mundo diferente sufre un cambio brusco. Estas barreras se expresan en los siguientes símbolos: puertas, animales monstruosos, oscuridad, caos, etc. El modelo incluye el encuentro con los símbolos negativos. Los elementos positivos de una determinada cultura sólo pueden renacer tras el encuentro con lo negativo, ya que este es también sustento de lo positivo. El viaje al otro mundo es una manera de realizar este programa cultural. Pero hay otra forma de hacer esto mismo sin necesidad de que alguien se movilice: el ritual del chivo expiatorio. En el caso de los Lio de la Isla de Flores, el ritual expresa al mismo tiempo tanto la vuelta al vientre materno como el chivo expiatorio, sobre el cual hablaremos adelante. Sin embargo, debemos señalar que esta co-ocurrencia muestra una correspondencia interna dentro de la lógica de la cultura.
       La sociedad crea el chivo expiatorio para eliminar sus elementos indeseables, recargándolo con el simbolismo de aquellos elementos sucios de los cuales trata, pero sin éxito, de liberarse. Una sociedad reprime los elementos indeseables porque ella sabe que sus cimientos básicos son, a la vez y crucialmente dependientes y puestos en peligro por aquellos. El chivo expiatorio toma cuerpo en varios elementos de una sociedad:  pobreza, fealdad, vejez, infancia, suciedad, excreciones, oscuridad, enfermedad, podredumbre, lo usado y abandonado, lo sexual, y los diablos y brujos. Los chivos expiatorios son metáforas de aquellos elementos de los cuales la cultura, al tratar al tratar de establecer un orden siguiendo el principio del metabolismo, trata de deshacerse.
       Los hombres regeneran el tiempo y también rejuvenecen el espacio al rechazar aquellos elementos que son imagen refleja (opuestos o marcados) de los valores que las culturas crean para sus miembros. La amplitud de la presencia del chivo expiatorio en todas las dimensiones simbólicas de la actividad humana como un generador semiótico que da bases de clasificación ha sido muy poco estudiadas, a excepción de Frazer, autor de La Rama dorada, donde se brega con el chivo expiatorio. Frazer fue también el chivo expiatorio de la antropología funcionalista inglesa como “el rey asesinado” de su mismo libro.
       Aunque Frazer obtuvo popularidad póstuma en el campo de los estudios literarios (con Frye, Bruke y otros), se ubicó en un territorio prohibido de la antropología. Las referencias a él han sido particularmente disminuidas en la antropología social inglesa. Esto es irónico cuando se piensa en la popularidad que tienen sus contempéranos franceses Marcel Mauss y Emile Durkheim. Para justificar la razón del olvido por parte de los antropólogos sociales de la obra de Frazer se han dado varias explicaciones: acusaciones contra la antropología de sofá, contra las comparaciones arbitrarias, la falta de datos concretos o investigación empírica, el evolucionismo inocente, etc. Fue un golpe fuerte para la antropología frazeriana es ser entendida sólo en el nivel de cosas tales como la existencia o no existencia del asesinato del rey. Pero no sólo fue ese el nivel donde trabajó Frazer, pese a que no sabemos si él fue consciente de ello. Se acepta generalmente que la teoría frazeriana se resume en tres aspectos: a) la naturaleza de lo mágico; b) la transición de la magia a la religión; y c) el asesinato del rey. Sin embargo, un aspecto importante de su pensamiento, puesto a menos cada vez que se discutió, es la teoría de la función del chivo expiatorio como mecanismo semiótico y simbólico usado para restar la entropía y renovar el tiempo y el cosmos.
       Ahora que, gracias a los recientes logros de la lingüística, literatura, antropología y semiótica, nuestro conocimiento sobre la metáfora es más sofisticado es posible releer los trabajos de Frazer considerándolos inventario de la maquinaria semiótica usada para crear y recrear las diferencias entre “adentro” y “afuera”, a través de la visualización de la entropía. Es decir que el orden se revitaliza sólo al confrontarse con el caos. Ahora nos damos cuenta que casi todos los factores negativos, descritos por Frazer como la base de la expiación para la renovación del tiempo, eran expresiones metafóricas de la entropía. Podemos dar al rey viejo, al rey farsante, al loco, al malo y otros como ejemplo.
       Cuando reúne La Rama dorada como una colección de textos en los cuales una cultura expresa tanto las forma en que ella muestra la imagen coherente del mundo circundante como la forma en que marca el paso del tiempo, este libro deviene en algo que ilustra el modo en que una cultura regenera su coherencia al reproducir su reflejo negativo. Ofreceremos un ejemplo inca explicado en este libro:
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